Dieciséis*

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"Ouch, ¡no lo toques!" Se quejó Michael, poniendo mala cara mientras se alejaba de Luke. "Me duele."

"No puedo creer que en verdad lo hicieras." Luke rió levemente.

Michael se puso de costado, subiendo su codo mientras posaba su cabeza en la palma de su mano. Luke lo miraba, ninguno de los dos sentía la necesidad de hablar mientras las olas chocaban contra la Costa y se producía un eco de aquel sonido alrededor de la playa vacía. El viento crujía contra el cabello de Luke, pero al rubio no le importaba en ese momento exacto, todo lo que le importaba era la manera en la que Michael lo miraba y le sonreía, el nuevo piercing en su ceja brillando en la semi oscuridad. Las lámparas de la calle eran lo único que alumbraba la playa, haciendo difícil para Luke disfrutar de las características de Michael, excepto por sus brillantes ojos verdes.

"¿Por qué no?" Michael se encogió de hombros levemente. Contuvo una fuerte respiración mientras la delgada mano de Luke alcanzaba a retirar algunos cabellos negros de su cara, permitiendo que sus manos acariciaran la frente de Michael en el proceso. El de cabello negro cerró los ojos y una sonrisa apareció en sus rosas labios, indicando que le gustaba el leve contacto.

"¿Es esto algún tipo de crisis de la mediana edad? Pintándote el cabello y perforándote la ceja." Se burló Luke, riendo mientras veía las oscuras cejas de Michael juntarse antes de que su brazo libre alcanzase la cintura de Luke, poniendo al rubio más cerca de él en la toalla de playa.

"¿Piensas que he alcanzado la Edad Media o algo así? Jesús, Luke, tengo treinta y seis, no soy tan viejo. Además, mi cabello ya estaba teñido, sólo lo teñí de un color diferente."

Luke se permitió acurrucarse más cerca de Michael, alcanzaba a oler la esencia de colonia combinado con el olor a grasa del pescado y papas que habían comido hacía unos minutos. Si a Luke le hubieran dicho que pasaría su tarde viendo como su jefe se perforaba la ceja, y después comería pescado y papas en la playa mientras veía el atardecer con su ya mencionado jefe, Luke se habría reído. Se habría reído mucho. Pero en el fondo de su mente, sabía que esa era exactamente la tarde que necesitaba después de las últimas semanas que había tenido. Y antes de las semanas que vendrían. Tenía demasiado estrés con encontrar el vestido de Naomi, convencer a Calum sobre ir a ver un psiquiatra y seguir esperando a llegar un día a trabajar y oír a Michael decir que ya estaba divorciado.

"¿En qué estás pensando?" Michael sacó a Luke de sus pensamientos, su tono era más preocupado que curioso. La almohadilla de su pulgar acarició el espacio entre las cejas de Luke, justo donde se encontraba el pliegue.

"Tú." Luke suspiró como respuesta, su voz casi se hundía bajo el sonido del océano.

"¿Te hago fruncir el ceño?" Michael habló después de un largo silencio, recostándose en su espalda justo al lado de Luke. Ambos tenían la vista en el cielo estrellado, con una luna creciente iluminándolos por encima.

"A veces." Respondió Luke, sintiendo que no debía sacar el tema, pero no se sentía como si pudiera controlarlo. "Cuando recuerdo que tienes esposa."

Michael suspiró pesadamente. Luke instantáneamente se arrepintió de haber hablado, y justo cuando estaba a punto de disculparse, Michael se adelantó. "Créeme, quiero hacerlo, y debí haberlo hecho hace años, pero he estado con Jane por años. La conozco desde que tenemos dieciséis, y es difícil dejar ir todo nada más porque sí, ¿sabes? No siento nada por ella, pero es triste. Son veinte años de mi vida."

"Entiendo." Luke dijo, realmente entendía por lo que pasaba Michael. "No quiero presionarte para hacer nada y tampoco pienso que estés obligado a estar conmigo o algo por el estilo. Solo... Me toca de cerca. Si sabes a lo que me refiero."

Secretary • mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora