Diez*

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Levantarte a las dos y media de la mañana porque tu teléfono suena es siempre una mala señal. Cuando Luke se levantó gracias al tono de llamada de su mejor amigo, podía sentir que su estómago se revolvía mientras más rápido podía y cómo cada parte de su cuerpo comenzaba a doler. Sabía lo que significaba esa llamada con cada simple sonido que su teléfono emitía, sentía su corazón encogerse cada vez más. Se levantó con un movimiento rápido, sin molestarse en checar si iba vestido lo suficientemente decente mientras buscaba en el piso de su habitación sus Toms. No podía ver nada más que la pequeña porción de la habitación iluminada por la pantalla de su celular, el cual respondió rápidamente.

"¿Hola?" El rubio no trató de ocultar el agotamiento en su voz mientras se ponía un zapato y alcanzaba el otro.

"Luke." La familiar voz del compañero de piso de Calum mandó escalofríos hasta la espina dorsal de Luke. Casi nunca hablaba con Aidan, no a menos de que algo anduviera mal con Calum. Y era obvio, algo estaba mal. "Empezó otra vez."

Aidan no tuvo que decir nada más. Luke podía oír los distantes gritos de su mejor amigo viniendo del otro lado de la línea, haciendo que Luke entrara en pánico un poco más cada segundo que pasaba. "Estaré ahí en cinco, mantenlo seguro por favor."

El rubio no esperó a que el compañero de piso respondiera. Terminó la llamada mientras se ponía un jersey por encima de su torso desnudo, sin siquiera pararse para pensar en el hecho de que no usaba más que un par de pantalones de pijama y corría hasta la puerta con el teléfono en su mano. Luke no pensó en su auto en ese punto. Salió de la puerta y después partió por la salida de emergencia tan rápido como podía, ignorando el frío aire cuando corría al departamento de Calum. El camino hasta el apartamento de Calum no era una cosa que Luke considerara corta, pero la adrenalina en su cuerpo lo invitaba a correr lo más rápido que podía antes de llegar al frente de la puerta de Calum. Cuando lo hizo, se tomó un segundo, jadeó pesadamente mientras se paraba con una mirada vacía ante la puerta de madera. Oía los quejidos y gruñidos de Calum viniendo desde dentro, haciendo que cada pulgada de su cuerpo doliese.

Abrió la puerta, sabía que Aidan la dejaría abierta para él. El apartamento estaba en el mismo desastre usual, pero en ese momento, Luke no lo apuntó con una mirada de disgusto. En vez de eso, ignoró todo eso y corrió hasta la habitación de Calum. La imagen que tenía al frente era la misma que había visto un número incontable de veces. Calum estaba sentado al borde de la cama, con sus rodillas pegadas al pecho y sus manos agarradas y tirando de su cabello mientras iba a un lado y al otro. Aidan estaba arrodillado ante la cama, mirando a Luke con ojos curiosos antes de ponerse de pie. Sabía que tenía que irse y dejarlos solos para que Luke resolviera todo. Siempre lo hacía.

"Cal," Dijo Luke gentilmente tan pronto como oyó a Aidan cerrar la puerta. "Soy yo, estás bien ahora."

Alcanzó el brazo del chico titubeante, Luke podía ver la mirada temerosa de Calum mirando entre la mano de Luke y su propio brazo en la semi-oscuridad, iluminados solamente por las luces de fuera. Luke podía ver el miedo en los ojos de su mejor amigo; podía ver todo lo que Calum trataba de ocultarle al mundo y a él mismo. Pero a veces tomaba lo mejor de él.

"Están devuelta." Suspiró Calum, alejándose del contacto de Luke. "Volvieron por mí."

"Estoy aquí para protegerte." Luke había hecho eso muchas veces. Para él, era como si las palabras fuesen casi automáticas, pero cada vez que tenía que repetirlas, dolía un poco más. Mientras más tenía que decirlo, más evidente era que algo estaba muy mal con Calum. "No voy a dejar que nadie te lleve, ¿de acuerdo?"

"Es mi mamá." Calum sacudió su cabeza frenéticamente, poniendo las sábanas más cerca de su cuerpo mientras bajaba para recostarse en su cama individual. "La vi en mis sueños de nuevo. Ellos siempre saben cuando sueño con ella."

"Puedes soñar con ella, Cal." Luke asintió lentamente. "Nadie te puede lastimar por extrañar a tu madre."

"Ella se ahorcaba de nuevo." Por primera vez desde que Luke había entrado en la habitación, los ojos de Calum se encontraron con los suyos. Podría decirse que Calum volvía en sí: el temor en sus ojos estaba siendo lavado por una ola de tristeza. Ver a su madre suicidándose no era algo que Calum pudiese olvidar. Pero mientras más tiempo pasaba, más parecía lastimarlo. Y parecía ponerse peor. Calum no quería eso.

"Ven aquí." Murmuró Luke mientras se metía a la cama junto a Calum, sin importarle que pudiera haber algún peligro estando tan cerca. Sólo pasó su brazo por el cuerpo de Calum, asegurándose de no asustar a su amigo, para después acercarlo más a su pecho. "Estoy aquí."

Luke no tuvo que decir más. Sabía que lo único que Calum necesitaba y quería era oír eso viniendo del rubio antes de que las lágrimas comenzarán a correr. Siempre era lo mismo: Luke se sentaba tranquilamente con el moreno entre sus brazos, dejando que Calum llorase tanto como quisiera. Murmuraba incoherencias, gritaba, golpeaba el pecho de Luke por frustración y se enrollaba en los familiares brazos del rubio. Las manos de Luke acariciaban el cabello de Calum levemente, manteniéndolo lento y estable para devolver a su amigo a su tan merecida siesta. Aquellos silenciosos momentos eran los peores para Luke. Llegaba ahí para escuchar y ver a su mejor amigo sacar toda la tristeza de su usualmente fuerte estado, y se preguntaba con frecuencia qué podía haber hecho Calum para merecerse todo eso. Por qué, de toda la gente del mundo, Calum tenía que haber sido el que viese a su madre quitar la silla que la mantenía viva. Por qué el Calum de nueve años, quien era apenas lo suficientemente mayor para entender lo que estaba pasando, tenía que llamar al triple cero y decir 'mi madre se ha suicidado' fuerte y claro. Por qué Calum tenía que ser el que se quedase sólo sin padre, sin madre, ni siquiera con una nota de suicidio. Calum, quien merecía el mundo entero, había sido abandonado con nada.

En el momento en el que Luke volvió de sus pensamientos, Calum estaba dormido y él era el que lloraba. Gentilmente, se deslizó por debajo de su mejor amigo, sabiendo que si se quedaba allí, el sería el que se vendría abajo. Salió del apartamento, sin molestarse en decirle a Aidan que todo estaba bien ya que el joven rubio estaba dormido en su sillón. Luke cerró la puerta lentamente, ignorando el eco de los pesados pasos por el largo pasillo junto el sorbido de su nariz. Sentía que podía perderse. Desbloqueó su teléfono, fue hasta sus contactos y escogió el primer número en la pantalla sin siquiera pensarlo.

"¿Luke?" La ronca voz desde el otro lado de la línea sólo hizo que Luke llorase más, sus sollozos hacían que todo su cuerpo se sacudiera. "Luke, ¿estás bien?"

"Te necesito." Luke lloraba por la línea mientras abandonaba el edificio de Calum. "Por favor ven conmigo."

Secretary • mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora