"ALGO PARA DISTRAERNOS"

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-¿Vic?-escucho como esa angelical voz lo llamaba. Víctor giro el rostro, Kellin lo miraba de forma divertida-¿Qué haces? ¿Hablando con la ventana?-cuestiono divertidamente.

Vic rio, y era realmente impresionante la forma en la que podían actuar, como si nada estuviera pasando, como si cada uno no tuviera secretos guardados, como si todo estuviera bien.

-no, estaba esperándote, angel-respondio, acercándose al pelinegro, depositando un casto beso sobre sus labios.

-oh ¿saliste temprano de clase?-cuestión de nuevo el menor.

-no, llegue algo tarde y no alcancé a entrar-respondió, tomando la mano del oji-azul, comenzando a caminar llevándolo junto a él-¿vamos a la cafetería? Tengo hambre.

-sí, claro ¿estas bien?-volvió a preguntar Kellin.

-perfectamente bien ¿tu estas bien?-respondió y pregunto el castaño

-muy bien, si-respondió.

Sin embargo, ninguno se miro a la cara ¿Por qué? Porque simplemente estaban mintiendo, ambos sabían que nada, absolutamente nada, estaba bien.

Por un lado estaba Vic, que sabia el pasado de Kellin, y que además, sabía que la persona que lo había dañado andaba suelto y que su madre y mejor amiga lo sabían, pero no querían decirle.

Y por el otro lado estaba Kellin, el cual había sido besado a la fuerza por Oliver y además sabia que tal vez Vic estaba en peligro, pues las amenazas de Sykes habían sonado muy en serio, pero tampoco quería decir nada.

En ocasiones las personas mienten para ayudar o no dañar a esa persona importante para ellos, pero lo que no saben es que, las mentiras, duelen más que las acciones.

Ambos chicos se sentaron en la misma mesa, ya con sus perspectivas bandejas donde llevaban lo que comerían. El silencio reinaba entre los dos, y es que ninguno de los dos sabía como comenzar una conversación si quebrarse en el intento.

-¿sabes? He estado pensando es que, deberíamos salir más seguido-fue Vic el que decidió romper con ese silencio incomodo.

-¿tú y yo?-preguntó el pelinegro mientras ponía la pajilla a su jugo de manzana.

-si-se encogió de hombros-tu y yo, o con amigos, como quieras-explico el castaño, jugando desinteresadamente con su ensalada de atún-ya sabes, hacer "algo para distraernos"

Kellin frunció el ceño-¿distraernos de que?-pregunto extrañado.

Vic puso los ojos en blanco-ammm... ya sabes... de la escuela y los exámenes finales-respondió nervioso, pero la verdad era que el que necesitaba distraerse más que nada era él.

-oh-dijo Kellin, jugando nerviosamente con la pajilla de su jugo. Por un momento creyó que Vic se había enterado de lo que había pasado esta mañana. Se lo diría, pero no ahora, pues según él, las cosas estaban bien.

-¿entonces qué dices? Escuche que la feria acaba de llegar a la ciudad ¿quieres ir? Puedes invitar a quien quieras, o podemos ir solos-pregunto el castaño, para después darle un trago a su lata de refresco.

Kellin sonrió ampliamente, y esa sonrisa, esa enorme sonrisa de dientes blancos y mejillas sonrojadas hizo que los miedos y preocupaciones de Vic, se esfumaran por un momento, pues por ahora sabía que Kellin estaba bien, que por ahora era feliz, y con eso le bastaba.

-¡si! ¡Si quiero!-respondió el pelinegro animadamente dando brinquitos de la emoción en su propio asiento.- ¡y podemos invitar a los chicos! Y ¡a Kate! Y ¡a Mike!-gritaba feliz el oji-azul.

¨Hero¨{Kellic Quentes}Where stories live. Discover now