Capítulo 17

474 38 0
                                    

Estaba a punto de entrar a mi casa. Empapada y enojada. Había empezado a llover justo a mitad de camino, así que imagínense, si nos demoramos diez minutos en auto, ahora caminando, y lloviendo.

No fue mi mejor día, pero tampoco el peor.

Ventajas de ser real.

Estaba a punto de abrir la puerta, cuando gritan mi nombre. Me giro a ver seria, y eran Dean y Kylan en el auto de Kylan.

—¿Qué quieren?

—¡Nada de qué quieren! ¡Ven para acá en este preciso momento! —grita Dean.

Ruedo los ojos y me agarro el cabello con una liga que tenía en la muñeca. No quería mojar a Dean.

Me acerco al auto y cuando pongo mi mano en la puerta, Dean toma mi mano y no me suelta, por más que yo me mueva. Me rindo y dejo que él tenga mi mano.

—¿Por qué te fuiste así? —murmura Kylan.

—No sabes el jodido susto que nos diste. Tuvimos que estar con la chica que estaba contigo, Anna. Ella nos dijo que te habías ido molesta caminando, nos asustamos al oír que la lluvia cada vez se hacía más fuerte.

Siento un dolor en el estómago y en el pecho cuando Dean termina de hablar, ¿se habían preocupado por mi?

—Sí, Megan. Nos preocupamos, y vaya que mucho —dice Kylan más animado.

Joder. No más, ¿como es que responde a mis preguntas?

Lo miro y me guiña el ojo.

—Yo... Lo siento —murmuro.

Malditos sentimientos. No puedo ser fría con ellos.

Kylan sonríe a mi dirección y me mira con dulzura.

—No te preocupes, Candle. Lo importante es que estás bien.

—¿Candle? —pregunta extrañado Dean, pero hace un gesto para restarle importancia y continúa —¿Te parece si entramos a tu casa para ver una película?

Mi corazón se detiene, ¿que tal que esté igual que la anterior vez? O aun peor, ¿qué tal si Dorothea está adentro?

—Claro, pero... Déjame revisar unas cuantas cosas y listo.

Rápido camino a la casa y reviso rincón por rincón, asegurando que no hay rastro real por ningún lado.

Salgo de nuevo y los dos chicos ya no están en el auto, sino que están en una banca de al frente, sentados y hablando.

—Venga, ¿acaso no quieres ver unas películas de terror? —digo asustandolos. Dean salta y se toca el pecho asustado, mientras que Kylan simplemente sonríe y camina a mi casa.

—Te odio, me asustaste muy feo —se queja Dean.

—Lo siento, no era mi intención —digo fingiendo arrepentimiento y él empieza a sonreír, yo también lo hago y continúo —ah, no, sí era mi intención.

Empiezo a reírme y él me fulmina con la mirada, a lo que yo río más.

Caminamos hasta la casa y de inmediato, saco unas mantas y pongo a hacer palomitas de maíz.

Espero unos minutos y saco la bolsa, para luego salir de la cocina y encontrarme a estos dos jugando.

Ruedo los ojos y dejo la bolsa en la mesa. Intencionalmente hago ruido con mis pisadas, haciendo que los dos se detengan y me miren sonriendo. Estaban sonrojados y despeinados, se veían como niños pequeños.

—Oye, ¿no es mejor que sirvas eso en un recipiente?

Me encojo de hombros y camino a la cocina, saco un recipiente rojo y lo dejo en la mesa, para seguido poner todas las palomitas de maíz ahí mismo.

Agarro el control del televisor y pongo Netflix. No sabia muy bien como funcionaba ni como manejarlo, pero me podía defender como para poner un par de películas en una noche.

—Empezaste de nuevo a quedarte callada, pequeña.

Ruedo los ojos ante el comentario de Kylan y continúo buscando la película.

—¿Qué es lo que quieren ver?

—Yo quiero... Rápidos y furiosos.

—¿No eran de terror? —pregunta Kylan.

—Que le den a las películas de terror, prefiero ver rápidos y furiosos.

—Pues sabes que yo odio esas películas, así que no.

—Decídanse, cuando lo hagan me avisan —digo y luego me acuesto, tapandome con la manta y poniendome en posición fetal.

Se oye un tranquilo silencio, a lo que yo hago qué olvido que hay dos chicos en mi casa y me voy quedando dormida. Pero todo se detiene al sentir un gran cuerpo sobre mi cuerpo.

—¡Dean! ¡Estás aplastando el diminuto cuerpo de nuestra Megan!

No puedo evitar soltar una gran carcajada, aunque es interrumpida por el dolor que siento en el estómago y me callo de inmediato haciendo una mueca de dolor, aunque la quito de inmediato para no preocupar a los dos chicos que tengo al frente.

—Está bien —digo una vez que Dean se haya movido y yo me haya sentado —¿decidieron qué ver?

—Rápidos y furiosos —dice Dean al tiempo que Kylan dice «películas de terror»

Niego con la cabeza y una risa se escapa de mis labios.

—Ay, chicos.

Real (Wattys 2017) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora