23. Lazos quebrantables [Prt. I]

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André se debatió en entrar o no al campo de tiro en el que se convirtió la salida de la ciudad de Voreskay. Con Alexander a su lado, consideró una posible emboscada aunque siendo dos, así intentaran parar las ballestas, no podrían evadir a los guardias que de seguro las estarían defendiendo. En definitiva era estorboso tenerlo cerca pues no podía actuar por su cuenta, necesitaba estar sola para detener la ráfaga de flechas que no dejaban pasar a nadie.

De repente, como si sus suplicas fueran escuchadas, en la lejanía, un fuego infernal sacó despavoridos a sus adversarios, uno anormal que no pertenecía a un dragón. Era como un manto de un rojo intenso cubriendo a los dragos que retrocedían clamando piedad, sacudiéndose desesperados, rogando que se extinguiera, cosa que nunca pasó.

Ante la nueva amenaza que puso en ventaja al Cuartel Murder, los soldados que quedaban del ejército de Transaleste trataron de evitar esas brasas que parecían provenir del mismísimo averno. Atónita, sin esperarlo del pelotón que dirigía, André contempló cómo sus hombres eran guiados por un guerrero inquebrantable que parecía hecho de piedra, con las manos envueltas en un fuego que no se extinguía, luciendo como una antorcha humana en una noche de vigilia, al frente de un séquito de feligreses que luchaban por la libertad, siendo él la luz en su sendero, la esperanza en su búsqueda de justicia.

La Intérprete presintió saber quién era, no obstante, tratándose del príncipe Drek Turner de Grant Nalber, era imposible que abandonara su reino ante la inminente guerra. El futuro rey era incapaz de abandonar a su pueblo por proteger la causa que ella encabezaba. No, ese sujeto no era él, se negaba a que lo fuera.

A su lado, Alexander, inmutable como aquel caballero de fuego que batallaba sin ser piadoso, tomó sus espadas a sabiendas de lo limitado que estaba en sus dones, sin concernir que luego quedaría débil por su sobreexposición elemental. Hizo brillar el filo de éstas de manera intensa y, de una zancada, como un relámpago se lanzó a combatir; André lo perdió de vista enseguida.

Las bajas eran evidentes en el suelo escarchado de blanco en aquellas invernales tierras, siendo el ejército drago el que más adornaba el tapete de sangre y cuerpos mutilados. Cada vez más se acercaban al fin de la batalla que dejaría a muchos sin un padre, hijo o hermano. Los muertos también eran considerables para el cuartel; de casi trecientos hombres quedaron más de cien, los más destacados. La tropa de novatos dragos no fue más que un desgaste, atrasando la victoria segura, debilitándolos ante el verdadero rival que aguardaba refugiado en la ciudad.

André observaba la contienda, demostraba que nada la afectaba, aunque por dentro quería desatar el resentimiento acumulado ante esa pelea injusta. Dando media vuelta, concentrándose esta vez en la entrada de la ciudad que pronto recuperaría, analizó su siguiente objetivo.

La batalla no dio tregua al cuartel quienes avanzaron más rápido, siendo ellos los que sacaban corriendo al enemigo o lo dejaban reducido a la humillación a todo aquel que no podía en su contra.

El caballero de fuego se adelantó, dejando atrás a quienes dirigía. Su objetivo era uno solo; sentía la presencia de André desde lejos, sabía que algo cambió. Sólo por ella dejó atrás su reino que tal vez correría peligro sin su presencia, estaba allí jugándose la vida por esa mujer que lo motivaba a sacar todo su potencial, por quien luchaba imparable en esa batalla.

Drek Turner solo fue a Grant Nalber a cerciorarse que su protector, Deseo, le informara de cualquier posible percance. Viajó a Borsgav como pudo, de allí a Voreskay cuando se enteró de que el ejército de La Rebelión atacaría las fronteras y que el Cuartel Murder estaría al frente de ello, llegando tarde a la batalla. Se mantuvo incognito entre la milicia de trecientos hombres, no quería destacar, pero ante la amenaza a la que se enfrentaba André, entró en acción. Sacó todo de sí para dar para terminar esa contienda, preocupándose cada vez que la veía al frente, siendo un escudo para el Cuartel Murder.

El mensaje de los Siete [IyG II] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora