Capítulo 50 🦊 Epílogo

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—No hay lado positivo, Brand —le interrumpo—. No entiendo por qué irnos a estas alturas, ¿qué hay de importante allá? Es una ciudad mucho más pequeña, una casa a la que hay que hacer reformas y...

La fugaz fotografía que vi en el celular de papá viene a mi cabeza. En ella, una chica que me era irreconocible, pero que gracias a sus padres supe de quién se trataba, me causa un estremecimiento incómodo.

—¿Y...? —Brand me insta a acabar la frase.

—Voy a tener que volver a hablar con la loca que me molestaba cuando era niño.

—Loca es una palabra un poco ruda para referirse a alguien.

—Pues le viene como anillo al dedo.

—Creo que nunca me hablaste de ella —dice a modo reflexivo.

—Porque no vale la pena. Es una amiga de la infancia, si es que se le puede llamar así, que pasaba la mayor parte del tiempo molestándome. Cualquier excusa valía para humillarme.

Brand emite una risa nasal.

—Eso tengo que verlo. Y creo que a esa niña le gustabas.

—Le gustaba tanto que no dejaba de hacerme bromas pesadas —digo con la mirada puesta en una flor margarita que, por alguna razón, me recuerda a ella.

Floyd.

Con solo recordar su nombre me pongo de malas.

Es Syna, la hermana de Brand, quien me distrae de mis pensamientos. Ella entra a la habitación con todas sus anchas, como si fuera su dormitorio, con una pila de libros que lee junto a Brand.

—¿Qué hay de bueno, par de feos?

Brand blanquea los ojos y yo hago caso omiso a la intención de Syna por hacernos perder la cabeza. Su nueva colección de libros —la cual es evidente que viene a presumir— llama poderosamente mi atención.

—¿Qué estás leyendo?

—Ah, ¿esto? —pregunta en tono casual, aunque tiene claro de qué hablo—. Es mi nueva colección de novelas gráficas. Me he enganchado mal.

—Qué novedad... —se burla Brand y se me escapa una sonrisa.

Syna nos levantaría el dedo corazón si tan solo no cargara con los libros. Con un esfuerzo sobrehumano deja la pila sobre un mueble y coloca ambas manos en su cintura, satisfecha de ser parte del consumismo.

—¿Qué será ahora? ¿Vampiros? ¿Hombres lobos? ¿Aliens? —curiosea Brand.

—Nada de eso. Son novelas juveniles sobre dos chicos que se enamoran. Naty, la chica de tercero que siempre tiene las mejores ediciones de libros, me recomendó la saga. Es una saga que ya tiene sus años, pero la historia es interesante.

—¿De qué va? —pregunto esta vez. Hay algo en esos libros que llama mi atención en extremo.

—¿Qué? ¿Felix Frederick no conoce a la grandiosa y graciosísima Kash? Eso me ofende.

—Puntos a favor de Felix —dice Brand a modo de burla.

—¿De verdad no la conoces? —insiste Syna.

—Evidentemente, no.

—Tiene que sonarte. —Siento que Syna quiere amenazarme de muerte por el simple hecho de no conocer a sus cientos de autores. Mi núcleo de lectura es más cerrado—. Sus novelas tienen hasta adaptaciones.

—Eso no responde a mi pregunta —digo, encogiendo los hombros.

—Dos chicos que se enamoran, ¿es que no me prestas atención?

Rompiendo tus reglas ✨Nueva versión✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora