Capítulo 24 🦊 La felicidad al alcance de una notificación

586K 40.5K 44K
                                    

Capítulo dedicado a todas las personitas que siguieron la historia hasta aquí :D

Mención honorable a May07490, AzaLectora_ y todas las personitas que me escribieron para saludarlas en sus cumples.



He pasado la semana encerrada en mi habitación, tomando helado y viendo películas sangrientas. Es la única solución que he encontrado para olvidarme del dolor en el pecho que todavía no se me pasa del todo. Mis padres han intentado hacer lo posible para que salga de mi cueva, pero mis ánimos están por el suelo y prefiero matar el tiempo durmiendo en mi habitación o jugando con Pato esperando a que algo ocurra.

Ni siquiera he abierto mis correos electrónicos, no tengo idea si he recibido mi certificado de alumna egresada o si me han aceptado en alguna universidad a la que postule en caso de que no me acepten en Atkins.

En estos días lo único que he querido es desaparecer del mundo y no sentir nada más allá de repulsión cuando en las pelis el asesino saca su lado más violento. En esos momentos mi lado sádico y disfruto como nunca, pero, cuando aparecen los créditos y vuelvo a recordar lo que pasó, mis ánimos van en picada.

—Desearía no poder sentir —le digo a Anne cuando llega a mi cuarto. Es la segunda vez en la semana que viene a visitarme ya que ha estado ocupada con sus diseños. Su foto en redes sociales se volvió viral y le han llegado muchos pedidos.

—Yo también —dice frunciendo la nariz al contemplar mi cuarto. Sus ojos grandes y expresivos terminan de posarse en mí y tuerce todavía más los labios al hacer un repaso de mi cabello y mi vestimenta—. ¿Hace cuánto que no te bañas?

—Tres días. —Su horror queda en evidencia—. Me da flojera, ¿sí? Bueno, por eso y porque estoy evitando pensar, y cuando me baño pienso en demasiadas cosas.

—¿Y te ha funcionado?

—Algo. Cada vez que pienso en eso lo asocio con alguna escena de película sangrienta. Si fueras una asesina en serie ¿qué arma usarías?

Coloca ambas manos sobre mis hombros y suspira, como si acabara de sopesar mi situación.

—Michi, tú y yo tenemos que dar un paseo.

—Me hablas como si me quisieras llevar a rehabilitación. Y no quiero paseos, quiero venganza.

—No voy a permitir que permanezcas otro día encerrada en tu habitación como una ermitaña.

—A veces salgo a la sala.

—¡Se acabó! —sentencia a gritos— Cámbiate el pijama y vamos a dar una vuelta.

Por mucho que intente poner cientos de excusas, sé que no servirán contra Anne, así que me armo de valor para decirle la verdadera razón por la que no salgo de casa.

—Es que... ¿Y si me lo encuentro por ahí?

—Imposible, no está en la ciudad, ya no tienes que preocuparte por eso.

¿No está en Hazentown? ¿Dónde está? ¿La universidad? Tiene sentido, debe estar haciendo los preparativos para marcharse cuando acaben las vacaciones de verano. Queda a varias horas de acá, es imposible que se quede viviendo en el departamento, de alguna forma tiene que quedarse y la mudanza será agotadora. O quizás está en algún retiro manteniendo la mente despejada, buscando alguna salida al remordimiento que lo persigue. Podría preguntarle a Anne, pero me da vergüenza y a mi orgullo le pesa, aunque poquito queda de él después de rogarle que no terminara conmigo.

Rompiendo tus reglas ✨Nueva versión✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora