Capítulo 26 🦊 No se puede retrasar lo inevitable

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Capítulo dedicado a Fer_hdzp por su reciente cumpleaños y su apoyo en Instagram <3

Parece que han pasado décadas desde la última vez que vi a Nathan, pero no ha cambiado en absoluto

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Parece que han pasado décadas desde la última vez que vi a Nathan, pero no ha cambiado en absoluto. Bueno, solo un poco. Ya no lleva su uniforme escolar con el que solía verlo, sino que viste ropa casual; su pelo negro, heredado de su padre y el que llevaba siempre bien peinado, ahora es corto en las puntas y un revoltijo con flequillos en la parte superior, el cual le sienta más que bien. Pero su mirada sigue siendo la misma: indagadora y misteriosa.

Su presencia aquí es tan familiar que me siento de vuelta en Hazentown.

—¿Quieres que me vaya? Puedo buscar otro asiento.

—No, no, no —lo detengo. Tal gesto lleva a que baje la cabeza y mire dónde lo estoy agarrando. Aparto mis manos al instante y guardo la compostura. Verlo a mi lado me ha dejado perpleja—. Es que creí que eras... ¿Qué haces aquí?

Se vuelve a acomodar en el asiento y deja su bolso sobre la mesa.

—Colarme en la universidad.

Sospecho que es una broma de su parte, pero el tono en que lo ha dicho no me lo deja del todo claro.

—Según mis cálculos, ¿no deberías estar cursando tu último año en el colegio?

—Desde que inicié el colegio avancé un año más por mis notas y capacidades avanzadas.

Y lo dice como si me restregara en la cara sus excelentes notas. Algo que viene de familia, al parecer. Pero, mientras más lo pienso, más tiene sentido; Nathan vivía bajo la presión de su padre, quería ser un buen estudiante y lo más seguro es que posea la inteligencia de su hermano mayor. Solo hay una cosa que no me cuadra...

—Creí que estudiarías Arte —digo sin vacilar y mi voz tiene un peso de decepción—. Fue admirable cómo te enfrentaste a tu padre en el almuerzo.

—Entré a estudiar Economía y tengo clases particulares de Arte tres veces a la semana. Todo está fríamente equilibrado —concluye con una sonrisa torcida inesperada.

—¿No crees que es demasiada presión? —pregunto con auténtica preocupación. No deseo cuestionarlo, pero pienso en toda la presión que tenía yo hace unos meses y me da comezón.

—Vivir bajo la sombra de un hermano perfecto y un padre controlador tiene sus ventajas, como podrás deducir.

Entiendo lo de tener un padre controlador, pero ¿lo otro? Creía que era lo contrario. No quiero pensar que su padre tomaba ventaja de cada hermano y les metía ideas erradas en la cabeza para exigirles seguir sus pasos, pero algo me dice que esta suposición no es tan descabellada.

Pensar en ello me lleva a buscar al chico que en algún momento me hizo la chica más feliz en toda la tierra y, para mi sorpresa, lo encuentro mirando en nuestra dirección. Y no tiene una expresión muy agradable. Y sé que no debería, pero mi lado más malvado se complace con la idea de verlo molesto.

Rompiendo tus reglas ✨Nueva versión✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora