Capitulo 24 Llegadas esperadas parte II

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El humo que desprendían los dos autos a su alrededor indicaban que en un corto tiempo empezarían las explosiones por lo que se alejo aun con el hombre trajeado que tenia sujetado del cuello, no quería darle un final rapido; a lo lejos podía ver a sus Coronas Fúnebres aunque la única que parecía quejarse con Gamma era Blue Bell, no quería ser el rubio en esos momentos ya que su linda Blue Bell era bastante molesta cuando su vestido se ensuciaba mas de la cuenta.

-Ca..a..br..ron

Byakuran entrecerró sus ojos violetas en dirección al hombre a la vez que se escuchaba la explosión de los autos.

Tenia que darle algo de crédito al calvito, tenia agallas para insultar a alguien que le tuviese cogido del cuello, literalmente. Byakuran no estaba molesto por el hecho de que colocaron algunas bombas en su camino haciendo que se volcasen los autos, ese hecho ni le importaba ya que Uni lo predijo a un par de minutos de que sucediese; tampoco estaba molesto por lo que pudiese haberle pasado a sus Coronas fúnebres, quienes ya habían empezado a quejarse entre ellos, ya que podían cuidarse perfectamente bien; tampoco estaba molesto por lo que le hubiese podido suceder a Uni ya que ella estaba mas que a salvo con sus perros guardianes revisándola como tampoco estaba molesto por que su chaqueta de cuero blanco estuviese manchada con algo de tierra, sino que estaba MOLESTO porque sus adorados malvaviscos cubiertos en chocolate blanco de edición limitada, soborno de Gamma, estuviesen todos derretidos y esparcidos por el sucio suelo cerca de donde los autos habían explotado.

Si sus malvaviscos habían muerto de esa manera triste y dolorosa, el causante también lo haría.

La mirada violeta dio un brillo peligroso al entrecerrarse dejando ver sus ojos como medias lunas viendo al hombre de cabeza afeitada y traje negro quien empezó a temblar incontrolablemente bajo la mano del peliblanco.

-¿Quién te envía?

Byakuran sintió una morbosa satisfacción al ver el miedo reflejado en los ojos verdes del asesino de malvaviscos, si bien podía saber toda la información controlando su mente no sentiría la misma satisfacción que verle tan asustado como en esos momentos se veía el hombre.

Vengaría a sus malvaviscos derretidos.

-N..oo..oo lo..o seee.

El peliblanco sonrió de manera zorruna, por supuesto que el hombre no diría nada así supiese pero venganza era venganza, sus malvaviscos lo merecían, ya luego averiguaría la razón por la que el calvito había colocado las bombas en la entrada a Namimori. Detrás del Capo de la Famiglia Gesso empezó a aparecer un dragón blanco quien miraba igual que a una cucaracha al hombre a quien Byakuran sostenida del cuello hasta que una pequeña mano se poso sobre el hombro del peliblanco, calmándole.

Uni camino tranquilamente hasta entrar en el campo de visión del peliblanco quien no dejaba de mirar con resentimiento y molestia al hombre que sujetaba del cuello y quien por la cara que traía parecía querer que la tierra se lo tragase de un momento a otro.

-Byakuran, no es necesario.

El mencionado hizo un puchero observando a la peliverde del tatuaje de flor en el pómulo a la vez que sujetaba con mas fuerza el cuello del asesino de malvaviscos haciendo que este empezase a forcejear inútilmente.

-Peroooo Uniii~...

La suplica inocente en la voz del peliblanco al igual que sus facciones amables desentonaba totalmente con sus acciones, pero así era Byakuran.

La Capo de Giglio Nero negó con la cabeza a lo que el peliblanco hizo un puchero molesto, uno igual al que hace un niño cuando no le dan su dulce favorito.

Llamas temporada 1: ConocemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora