Especial de Navidad

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¿Es que nadie puede comprar regalos a tiempo?

Corriendo de un lado a otro se veían no solo a adultos comprando sino también a adolecentes desesperados por el regalo ideal, había recibido choques en mas de una ocasión ya se estaba fastidiando, por lo rápido que había salido de la Base/Mansión se olvido coger la bufanda aunque no era un gran problemas cuando se cubrió el cuello con parte de su cabello el cual le llegaba por debajo de los hombros, por la repentina esclavización de las chicas no tuvo ni tiempo para cambiarse el traje pero al menos se pudo quitar la capa para su gran alivio, aunque ahora la extrañaba, el frio era abrumador.

El castaño se detuvo en seco al ver un callejón, si no recordaba mal si tomaba este callejón y otros dos mas podría cortar el camino y llegar mas rápidamente a la base/mansión, y para cuando llegase la decoración ya debía de estar lista, y sus guardianes faltantes ya debían de haber llegado; con un encogimiento de hombros el castaño decidió tomar el atajo por el oscuro callejón.

Había pasado el primer callejón sin ningún problema, algo de basura acumulada pero nada que no supiese esquivar con facilidad, dado que no se encontraban ni sus guardianes ni ningún conocido de Namimori se podía mover con esa facilidad y gracia con la que acostumbraba; para legar al segundo callejón tuvo que pasar por una calle con tantas personas aglomeradas que si es que no fuera por la habilidad de esquivar que su querido papá le inculco a base de balazos y bombas no hubiese podido esquivar a todas las personas que pasaban apresuradamente dando codazos y pisotones; el segundo callejón fue el mas largo y estrecho, si es que se movían en demasía chocaba con una de las paredes a sus costados; nuevamente para pasar al tercer callejón tuvo que pasar por otra calle de gente aglomerada en busca de regalos navideños de ultimo minuto o personas comprando pasteles o alguno que otro aperitivo para lo que suponía serian fiestas navideñas, ya en el ultimo callejón que tenia que pasar soltó un suspiro fastidiado, todo lo que tenia que pasar por unas simples latas de nieve artificial.

Tsuna camino por el callejón mal iluminado sin ningún temor, no había nada que le pudiese hacer daño por el momento, además que si alguien por idiota que fuese se le ocurría metérsele en su camino, la pasaría mal, muy mal, a menos de que conozca a alguien interesante en las instalaciones medicas de Namimori.

-Espero que Haru-chan no le busque pelea a Hayato.

Y de verdad lo esperaba, y aunque solo su papá y él mismo se hubiesen dado cuenta, había visto a Takeshi algo celoso cuando la peli marrón y su mano derecha peleaban, creía que era mas por lo que su guardián de la Lluvia pensaba que su guardián de la Tormenta así expresaba su afecto, y en parte era cierto pero realmente pensaba que su guardián de la Lluvia aun no se daba cuenta de la diferencia de como eran las peleas que su amigo peliplata tenia con él a las que tenia con Haru-chan.

Soltó un suspiro derrotado.

Siempre creería firmemente que su mano derecha era un Tsundere y su guardián de la Lluvia un masoquista, aunque ambos parecían bastante felices con ello.

-Pero que tenemos por aquí...

Tsuna rodo los ojos en la oscuridad, ya había sentido como alguien le seguía así que solo se detuvo sin tensarse ni gritar como habría hecho hace unos meses o en la compañía de sus guardianes.

-...acaso te perdiste, niño rico?

Y era por eso que no le gustaba salir con el traje de corte italiano, aparte que le hacia ver como una persona de clase alta, era un letrero fosforescente que decía róbame-y-tendrás-una-navidad-de-rey.

Por la voz masculina que tenia detrás de si mismo podía notar un par de cosas.

Primero, era un adolecente.

Llamas temporada 1: ConocemeWhere stories live. Discover now