La fría banca de madera rojiza estaba muy helada, la pintura se desprendía de la madera y la repentina lluvia ayudaba con ese proceso. La gente que pasaba clavaba su mirada en mí, eso cada vez me provocaba un mal presentimiento ¿Por qué tardaría tanto Dave? Era tan obvio, el peligro yahabía sido revelado, tan solo quedaba enfrentarlo.
Una mujer me miro con una expresión extraña en su rostro y sentí que una mano se apoyaba en mi hombro.
No tarde en darme vuelta a descubrir quién era – hola –me abrazo Micaela. Era extraño que este aquí, hace muchos años que no le veía pero si mantenía el contacto. Ella era una chica muy bonita, estaba maquillada en forma prolija igual que con su uniforme de policía, parecía un ángel con las flores que rodeaban su cabello. Siempre quise ser como ella, una chica bonita y sin problemas.
-Hola Mica –la abrace.
-me entere de todo lo que te paso y vine lo más rápido que pude –acomodo el arma y volvió a mirarme.
-entonces, ¿sabes que murió... Agustina? –mis ojos se llenaron de lagrimas.
-si...-suspiro – bueno no hay tiempo para lamentarse.
Llego corriendo otro policía, ya era extraño encontrarse con Micaela. ¿Qué estaba pasando? Micaela me indicio que la siga y corrimos a ver lo que sucedía. Lindsey estaba en un costado y Gonzalo le apuntaba con un arma a Dave –morirás por mentirme, por no amarme como yo te amo –grito Lindsey. Gonzalo se rio a carcajadas, mis lagrimas comenzaron a caer.
-no dejare que le hagas nada –apareció Daniel, le disparo el brazo a Gonzalo provocando que tire el arma. Lindsey furiosa levanto el arma y me tomo del cuello. -es tarde –Micaela la esposo y se la llevaron -¡NO! ¡TE MATARE PERRA! –grito. Dave corrió a abrazarme fuerte, y me dio un beso muy tierno.
-mi amor, te amo –lo abrace fuerte.
-yo también mi vida –seguimos besándonos.
-vamos chicos, todo salió bien –se río Daniel.
-listo –dijo Micaela- ¿entonces qué hacemos ahora?
-todavía me queda una cosa que hacer –me miro Dave- ¿Qué tal si salimos esta noche todos?
Micaela y Daniel se pusieron de acuerdo, y se fueron para terminar el horario de sus respectivos trabajos. Micaela termino su turno de guardia de seguridad, y Daniel con el trabajo de la oficina. Dave se arreglo más de lo de costumbre, estaba muy hermoso y no tarde en arreglarme. Nos dirigimos a dar un paseo cuando nos reencontramos con Daniel y Micaela.
-tenemos dos buenas noticias –me miro Daniel.
-¿Qué sucede? –dije sorprendida.
-realmente te extrañe mucho– la voz se parecía a la de... no puede ser ¿¡cómo es posible!?
-¿Agustina? –me di vuelta y estaba ella junto con Micaela con una enorme sonrisa.
-___ -me abrazo, pero no reaccione tan rápido, todavía seguía sin creerlo.
-aquí estoy –mis lagrimas cayeron.
