¡Comienza segundo año! ¡el castigo continua! Entro al colegio con David y Aylen, ¿la mejor sorpresa fue mirar a Gonzalo sentado en el patio? La peor, indudablemente. El me miro con mucho odio, y Agustina se acerco rápido a mí.
-hola, ¿Cómo están?
-bien.
-eu, ¿Qué te pasa? – Se da vuelta y mira a Gonzalo – no lo mires.
-me da miedo.
-no te va a pasar nada, estamos nosotros para protegerte.
-gracias Phi –lo abrace y Gonzalo miro para otro lado.
Este año no fue muy largo, las cosas seguían sucediendo cada vez peor. Los meses pasaron, y Gonzalo estaba en todas partes acosándome. David no podía soportar la presencia de Gonzalo, los dos lo evitábamos.
-deberías aclararle las cosas, si te pasa algo quiero que sepas defenderte –me miro serio.
-me da miedo.
-¿Qué harás si en el momento que te haga algo yo no llego a tiempo?
-no lo sé.
-como sea, debes enfrentarlo.
-está bien.
Entramos a la clase de informática, el profesor no había llegado todavía. Ya era las última semana para terminar el año nuevamente, igual no cesaban los problemas. David se fue por unos minutos, y quede sola en el salón.
-qué lindo que hayas hecho amigos.
-¿Qué pretendes?
-eres una zorra.
-piensa lo que quieras de mi, tú me arruinaste la vida –dije enojada.
-¡ah sí! ¿Cuánto cobras por hora zorra deformada?
-por qué no te vas al demonio.
-mejor ¿Por qué no te vas a alguna esquina a venderte?
-eres un imbécil.
- cállate zorra –me pega un puñetazo y caigo al suelo -¿¡ahora que vas a hacer!?
-lo que no pude hacer hace casi dos años – me levanto y lo empujo.
-¿¡qué haces!? –entra el profesor.
-ella me pego –me señalo.
-¡AHORA LOS DOS VAN A LA DIRECCION!
-profesor, el me pego.
-¡BASTA AHORA VALLAN A LA DIRECCION!
Salimos apurados para la dirección, Gonzalo no dejaba de murmurar insultos hacia mí. El profesor no tardo en llegar a la dirección, y la directora nos miro sorprendida.
-¿Qué paso? –mira al profesor.
-los alumnos estaban a los golpes en el salón de clases.
-ella me pego –dijo Gonzalo.
-yo no le pegue.
-¡claro que sí!
-basta los dos –nos miro enojada - ¿Qué sucedió?
-Gonzalo comenzó a insultarme y luego me ataco.
-¡yo no hice eso!
-ssshh... ¿entonces por qué le pegaste?
-me tenía que defender.
-entonces los dos tienen la misma culpa –me miro.
-no.
-póngale amonestaciones –dice el profesor enojado.
-está dicho, ahora llamare a sus padres para que los retiren –agarra el teléfono – y los dos recibirán cinco amonestaciones.
No lo podía creer, solo por defenderme. Después de todo lo que me dijo, todo lo que me hiso sufrir. Ya no lo soportaba mas, le conté todo a mi mama, y se vio obligada a charlar con la directora. Pero no sirvió de nada, después de toda no valía la pena. Falte la semana que quedaba, solo volví para rendir las materias que me había llevado a diciembre.
