Pasaron los días hasta que llego el día que cumplía años Gonzalo, seguí juntando con los demás chicos pero con menos frecuencia. Hablaba a escondidas con Gonzalo, David se daba cuenta de lo que estaba haciendo pero no me decía nada. ¨por favor tene cuidado¨, pero yo no lo escuchaba. Gonzalo estaba feliz en ese día, mi madre me dejo ir pero quería que alguien me acompañe.
-dile a tu mama que yo iré a buscarte.
-David ira a buscarme, mama... si...ok gracias... adiós mama – corte el teléfono.
-no estoy seguro que tengas que ir a su fiesta de cumpleaños.
-no puedo dejarlo solo ese día.
-el siempre está solo.
-oh... -comencé a dudar.
-está bien, pero iré temprano a buscarte.
-ok, gracias –me abraza.
-iré con los chicos un rato cuando pase por ti.
-oh, está bien.
Pronto David se volvió como mi hermano, lo quería demasiado. El hacía que no me sienta sola en todo esto, en toda esta extraña situación. Mi mente era como una ensalada de pensamientos y sentimientos a la vez. Con David nos quedamos charlando hasta que llegaron los chicos de cuarto, David me indico que no diga nada hasta que el hable.
-hola chicos –se ponen en ronda.
-hola, veníamos a preguntarles una duda.
-es que ustedes están siempre juntos o con un grupo de chicos.
-si – se ríe un chico del fondo.
-¿ustedes son novios?
-somos amigos, ¿y si fuéramos novios cual es el problema?
-tu novia es muy fea – se ríen todos a carcajadas.
-cállate idiota –dice enojado David.
-oh, el nene sabe hablar – se ríen todos a carcajadas.
-váyanse al demonio –me agarra de la mano – vamos.
-todos se ríen a carcajadas-
No podía creer que me haya defendido de esa forma, cada vez me sentía más segada en una horrible fantasía. Debía salir de este castigo, así que decidí ir ya con la última esperanza de ver si en él hay en verdad alguien bueno. Llegue a la casa oscura, donde se encontraba charlando con otros chicos, la madre estaba abajo cocinando y el padre me saludo con todo el respeto. Al menos tenía algo bueno su familia, ¡pero jamás te confíes! El me saludo y junto con otros chicos se fue a jugar unos videos juegos. Yo quede sola en el sillón, sentí que mi corazón se aceleraba. Tenía un mal presentimiento, el volvió y se sentó a jugar video juegos ahora con la ¨Playstation¨. Me miro y raramente sus amigos bajaron, cada vez tenía más miedo.
-oye, siempre quise decirte algo – se sonrojo.
-¿Qué sucede?
-tú me... tu me gustas mucho.
-yo...
- lo sé, sientes lo mismo que yo – se acerca y me besa.
Lo empujo, el me mira confundido.
-yo estoy confundida, perdón – dije con miedo.
-....
-¿Gonzalo?
-....
-¿estás bien?
-entonces... ¡sí! Ahora entiendo todo...
Se levanta, me tira del pelo y caigo al suelo. Comenzó a golpearme y gritar, ¨ ¡lo sabia! Eres toda una zorra¨. Luego intento arrancar mi ropa, sentí algunos pasos y llegaron sus amigos.
-miren lo que le voy a hacer a esta zorra – intenta manosearme pero yo lo empujo.
-átala Gonza –todos se ríen.
-déjame en paz idiota.
Si, era cierto siempre estuve equivocada en todo lo que pensaba sobre él. Siempre ignore a David cuando me advertía que todo esto estaba mal, que era malo. Siempre me segué en esas malditas palabras, las palabras de una persona que se siente excluido por todo el mundo. Ya estaba cansada, pero estaba segura que ahora no tenía otra opción. No podía escapar, aunque le gritara todo lo que me hiso en su cara me agarrarían entre todos y me lastimarían de la peor forma.
