En el siguiente periodo David comenzó a evitarme cada vez más, no entendía que le pasaba. No entendía que me pasaba, ¿Qué sentía por él? Por ahora solo siento dolor, Tomas y Lautaro todos los días me estaba molestando así que mi mente no podía descansar en paz. Esta vez me senté conMicael y Facundo para hacer un trabajo, Micael típico chico que se hace amigo de todos y luego te usa. Si, con el tiempo me di cuenta de eso. Pero simplemente yo seguía siendo la persona más confiada del mundo, exagerando.
-¿Quién te gusta?
-¿eh?
-¿Quién te gusta?
-emm... -me sonroje.
-vamos, creo que se quien te gusta – se ríe.
-¿y si sabes para que me preguntas?
-¿hace cuanto?
-creo que desde que lo conocí.
-wow, ¿Por qué no le dijiste?
-soy tímida.
-pero deberías intentarlo.
-no lo sé.
-si quieres te ayudo para el quince de Aylen.
-ok –dije dudando.
Las fiestas de quince ya que era de noche, ¿acaso yo creía que iba a lograrlo? La confianza no la tendría que haber puesto en un amigo, en unas simples palabras. No entendía lo que me pasaba, ¿acaso verlo desde aquí no era hermoso? La música sonaba cada vez más fuerte, intentaba bailar un poco con mis amigas y Aylen bailaba feliz con su vestido de quince. No soy muy buena bailando y mucho menos me agradaba la música, pero intente simplemente divertirme. Pronto llego el momento que me sentí más nerviosa, y mire a mi amigo.
-sácalo a bailar –tomo un poco de aire y se acomodo la camisa.
-pero soy mujer, el me tiene que sacar a mí.
-el es tímido, no creo que lo haga –dejo su mirada perdida en la pista de baile.
-yo también –mire nerviosa el suelo.
-vamos, deberías intentarlo –dijo nazareno.
-¿vez? Hasta Naza piensa que tengo razón.
-está bien... - me decidí a acercarme a él.
El estaba en un costado de la columna mirando como bailan los demás, decidí tomarle la mano. Pero el me miro y escondió su mano.
-¿quieres bailar conmigo? –comencé a temblar.
-emmm... - se acerco a mi odio- me duele un poco la cabeza, perdón.
- oh, está bien – me sonrojo de vergüenza y me fui rápido.
Era obvio que no quería bailar conmigo, ¿Qué oportunidad tenia? Estaba segura que le gustaba alguna otra chica. Fui triste a esconderme al baño, pero en el camino me encontré con Kenneth.
-¿estás bien?
- no, no te preocupes – quise esquivarlo pero él no me dejo.
-vamos, me preocupa mucho.
-ok, es que me gusta un chico y me rechazo –me sonroje.
-oh, vamos –nos sentamos en la escalera.
-yo no sé si acabo de ser rechazado –sonríe.
-¿Cómo?
-la chica que me gusta está enamorada de otro.
-¿ella te lo dijo?
-me lo acaba de decir.
-...
-tú me gustas.
-...
Se acerca a mí y me besa, lo empujo rechazando su beso. ¡Oh dios mío! ¿Qué estaba pasando? No me conoce tanto como para decir eso, además no siento nada por él. El miro sorprendido, y se levanto. Yo hice lo mismo y vi que nos miraba David.
-¿David? –dije sorprendida.
-perdón por interrumpir –se da la vuelta, agarra sus cosas y se va.
-perdón –dice Kenneth.
-ya es muy tarde para pedir perdón.
Corrí a mirar por la ventana, y vi que se alejaba David. Así que baje y lo seguí. Estaba tan oscuro, el frio hiso que no corra tan rápido, pero logre alcanzarlo.
-¿Por qué me seguiste? –me mira enojado.
-quería saber porque me haces esto.
-¿hacerte qué?
-ya no me hablas, hasta me evitas –dije triste – siempre fuiste mi amigo.
-amigo, eso siempre seré –dejo de mirarme.
-...
-lo siento, pero ya no podemos ser amigos.
-¿Por qué? –dije sorprendida.
Camino rápido y cruzo la calle, yo me quede mirando, mirando cómo se alejaba de mi. Comencé a llorar, ya me sentía cansada. No quería que todo termine así, ¿Qué estaba pasando? ¿¡Qué estaba pasando!? ¿Por qué todo lo malo me pasa a mi?
-¿¡por que!? –grite.
-por que yo ya no te veo como mi amiga –volvió a darse vuelta y siguió su camino.
