Broken Memories (Harry Styles) [De vuelta proximamente.]

Hot Chocolate

-Narra Emma-

Eran las diez de la noche. Mamá se había ido a dormir temprano, dejándonos a Tash y a mi solas.

“Tengo antojo de algo dulce” Mi amiga había exclamado mientras esperábamos a que las uñas de nuestros pies se secaran del esmalte verde que les habíamos puesto.

Después de nuestra charla, nos habíamos dedicado a disfrutar de la tarde, viendo películas y haciendo cosas que solíamos hacer desde que éramos pequeñas.

“Qué tal un poco de…” Levanté mis cejas y ambas respondimos al unísono,

“Chocolate con malvaviscos!!!”  

Corrimos a la cocina sin importar la humedad del esmalte. Busqué en la repisa por los ingredientes mientras que Tash recogía las tazas y un paquete de galletas Oreo que mamá siempre guardaba  para la ocasión.

Serví el liquido previamente calentado y coloqué pequeños bombones blancos a su alrededor.

Nos sentamos en la mesa caoba de la cocina mientras empapábamos las galletas en el contenido café.

“Crees que alguna vez nos cansaremos de esto?” Me preguntó, colocando la golosina en su boca.

“Ni en un millón de años.” Le respondí sonriente.

Mantuvimos nuestra conversación por el siguiente cuarto de hora hasta que sentí la urgencia de ir al baño.

“Vuelvo en seguida, Tash.” Le dije a mi amiga, mientras salía por la puerta de la cocina hacía la planta alta.

Me sentía un poco cansada; el día había sido una mezcla de emociones extrañas. Me daba gusto tener a mi amiga conmigo de nuevo, sin embargo, la tristeza por la situación en la que me encontraba con Harry, aún no dejaba libre a mi corazón.

Antes de pasar al baño, decidí ponerme cómoda en mi ropa de dormir. Me cambié rápido intentando no hacer esperar demasiado a Natasha. Coloqué mi cabello en una diadema y mojé mi cara con el agua caliente del grifo.

Mientas me secaba las manos, observé como las gotas resbalaban por el la ventana. La lluvia se había ido hacía media hora, pero la evaporación del agua aún mojaba el vidrio.

La calle se encontraba vacía; y lo único que se alzaba en el fulgor de la noche, era la luz que provenía de los faroles.

Me quedé contemplando la escena por unos minutos hasta que repentinamente sucedieron dos cosas. Vislumbré una figura caminar entre las sombras y unos segundos después escuché la puerta de mi casa abrirse.

Corrí hacía la planta baja, nerviosa por la presencia de una persona a esta hora de la noche. No esperábamos a nadie, y Natasha se encontraba sola en la cocina cerca del posible extraño.

Asomé mi cabeza por el barandal de la escalera sólo para darme cuenta que mi amiga ya no se encontraba en el lugar donde la había dejado. Caminé con pasos cortos hacía la puerta y fue entonces cuando mis ojos distinguieron todo. 

Sentí un remolino recorrer mi estómago en cuanto vi su figura, solamente que esta vez, no estaba solo. El cuerpo de una pequeña niña se alzaba junto a él, y la presencia de mi amiga los cuestionaba desde la entrada de mi casa.  

Tasha mantenía una conversación con Harry desde el pórtico. No podía ver su rostro, pues se encontraba de espaldas hacía mi; sin embargo, por la posición de sus manos en sus caderas, intuí que cuestionaba su presencia en mi casa tanto como yo.

Me mantuve lo suficientemente lejos de la mirada de Harry para no ser descubierta; no quería que me viera, no aún.

“Qué estas haciendo aquí, Harry?” Preguntó mi amiga al chico.