Surprise

425 19 5
                                    

-Narra Emma-

Esta vez me encontraba delante de la cabaña que tantos estragos me había traído. Una puerta café era lo que me separaba de los secretos que ésta pudiera contener. La abrí delicadamente. El chirrido del metal oxidado hizo eco en su interior, produciendo un escalofrío recorrer mis huesos.

La morada se encontraba vacía. Un cofre de madera y algunas vasijas rotas eran lo único que quedaba dentro de ella. Caminé despacio hacía la ventana.

El paisaje que se alzaba frente a mis ojos, y con el cual ya me había familiarizado, mostraba un matiz gris. El cielo estaba obscureciéndose y las nubes se posaban dentro de el como abejas en un panal.

Me volteé hacía donde se encontraba la pequeña caja.  Intenté abrirla para luego ver  un candado manteniéndola  cerrada. No podía distinguir ninguna llave y sin embargo, el artefacto era lo suficientemente hermético como para romperlo con mis meras manos.

Suspiré, fatigada. Había llegado hasta aquí para nada.

Un tueno resonó en la estancia y gotas de lluvia comenzaron a caer del cielo.

Me senté en la esquina de la casa contemplando el cofre como si mi mente pudiera actuar de llave y revelarme su interior. Otro relámpago cayó, y la obscuridad finalmente se hizo paso en el lugar.

Palpé la superficie buscando el objeto que se había esfumado hace unos segundos debido a la ceguera que la noche producía.

Uno

Dos

Tres toques me llevó encontrarlo y cuando finalmente lo hice, el candado ya no estaba en su lugar.

La caja permanecía abierta, esperando a ser devorada por mi presencia. Metí mi mano hasta el fondo y pude sentir el grosor de una libreta en su interior. La tome conmigo y me encaminé hacía la ventana, deseando que la luz de la luna tuviera suficiente fuerza para alumbrarme. Abrí la primera página y vi mi nombre:

Emma

Esta vez la pesadilla no me había consumido. Quizás porque no podría llamarla exactamente pesadilla. Mi sueño había adquirido otro significado y esta vez ya no me sentía preocupada sino meramente ansiosa de lo que ese pequeño libro delataba.

Eran las seis de la mañana y mi mamá se encontraba en el sofá del hospital, haciendo guardia. Su mirada se encontraba en el techo, siendo victima del insomnio.

“Mamá?” Le hablé. Ella volteó a verme con una sonrisa en su rostro.

“Qué pasa, cariño?” Las palabras que no había formulado ayer fluyeron por mi boca como agua.

“Perdón por todo lo que te he hecho pasar.”

Mamá se levantó y caminó hacía mi; tendiendo su mano en mi mejilla, acariciándome como lo solía hacer.

“Emma, nada más me importa como que tú estés bien. Eres mi tesoro, hija”

Le sonreí.

“Te amo, mamá.”

En poco rato traerían el desayuno y otro nuevo día en este lugar comenzaría. Mi madre había pasado suficiente rato conmigo y las arrugas en sus ojos comenzaban a aflorar.

“Mamá, deberías ir a casa.” Había pasado los últimos días preocupada tanto por mi que se estaba olvidando de ella misma y sabía que su trabajo también la requería.

 “No quiero dejarte.” Me dijo y a pesar de hablar con un tono seguro, podía oír la duda en su voz.

“Estaré bien, mamá. Ve a tomar un baño y cuando regreses, me habrán dado de alta y podremos ir a casa.” Le aseguré.

Broken Memories (Harry Styles) [De vuelta proximamente.]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora