—No lo sé, Harry. Pero estoy seguro de que golpearla no sería la solución.

    Conduje hasta casa luego de la corta e inútil charla con Louis. Pensé que como mi mejor amigo me ayudaría a idear una forma de que mi "madre" se alejara de mi, no que la iba a defender.

    Aparqué en la calle. Sólo iba a buscar un par de libros y apuntes para luego volver a la casa de Louis a ayudarlo a estudiar. Estaba tan angustiado por no pasar los exámenes finales que estaba enfermándome.

    Me detuve en cuanto vi una silueta parada en la entrada de mi casa.

    — ¿Qué está haciendo usted aquí? —pregunté usando mi tono duro—. Le advertí que si no se iba llamaría a la policía.

    —Solo necesito que me escuches, Harry. Un segundo.

    —No quiero escucharla ¿por qué es tan difícil para usted entender eso? —pasé por su lado apartándola y abrí la puerta.

    —Solo un segundo, Harry —dijo antes de que yo atravesara el umbral—. Si quieres que me vaya luego de eso, lo haré. Lo prometo.

    — ¿Por qué confiaría en usted? Me mintió, prometió que no me dejaría y aún así se fue.

    —Solo necesito explicarte, puedes preguntarme y decirme lo que quieras.

    Me aparté de la puerta dándole un lugar para que pudiese entrar, no necesitaba preguntarle nada, solo decirle cuanto la despreciaba.

    —Tiene cinco minutos, ni un segundo más.

    Tomó asiento en el mismo sillón en el que Annie se había sentado días atrás, justo en el mismo lugar.

Me senté frente a ella por si decidía acercarse a mi o algo parecido. Sabía que no soportaría que me tocara de nuevo.

    —Eres tan fuerte y guapo. Se que solo te faltan unos meses para entrar a la universidad. Estoy muy orgullosa de ti —dijo y vi lágrimas asomándose en sus ojos—. Te pareces mucho a tu padre.

    — ¿Por qué está aquí? —la interrumpí antes de que siguiera hablando estupideces—. ¿Por qué después de tantos años?

    —Quiero hacer esto bien contigo.

    — ¿Por qué no comienza disculpándose por habernos abandonado? Si quería hacer las cosas bien tendría que haber empezado por ahí.

    —Y lo siento, lo siento tanto, hijo.

    —Por favor no me llame así.

    —Lo siento. Hay mucho que no sabes, Harry.

    — ¿Cree que no sé que engañaba a papá mientras el trabajaba? ¿Cree que no sé que fue por un hijo de puta cualquiera que nos abandonó?

    — ¿Tu papá te lo dijo?

    —No, se fue a la tumba protegiendo su asqueroso secreto.

    —Harry...

    —Solo tengo una pregunta —la corté—. ¿Por qué no me llevaste contigo? —pregunté, dejando atrás todo tipo de formalismo. No tenía porqué respetar a la mujer que me había abandonado.

    —Porque no sabía que iba a ser de mi luego, no tenía donde ir ni a quien acudir. No me fui con él si es lo que piensas.

    —Estás mintiendo —espeté—. Te llevaste a Gemma. ¡¿Por qué no me llevaste a mi?! —grité—. ¡El lo siguió haciendo! ¡Siguió golpeándome cada día desde que tu nos dejaste!

    —Yo no lo sabía, pensé que sólo...

    — ¡Por supuesto que no lo sabía! ¡Porque huiste! ¡Y no me llevaste contigo! ¡¿Por qué mierda no me llevaste a mi? ¡Dime la verdad!

    — ¡Porque tenía miedo de ti! —gritó de vuelta—. Tenía miedo de que te convirtieras en alguien como él.

    — ¿Y como sabes que no lo soy? —pregunté acercándome a ella. Traté de asustarla, quería que se fuera.

    —Lo sé, porque eres mi hijo. Fui estúpida. No entiendo aún como diablos pude llegar a pensar que tu, mi pequeño niño que siempre buscaba defenderme, iba a hacerme daño algún día.

    — ¿Y le tomó siete años darse cuenta de eso?

    —Traté de contactarte antes... Se que fue tarde, pero desde el verano pasado estuve en contacto con tu padre.

    — ¿Qué?

¿No te das cuenta? Él cada vez te golpea y te intimida más. Estoy seguro de que sabe que tramas algo, Harry.

    Escuché las palabras de mi mejor amigo detrás de mi cabeza y de pronto todo estuvo muy claro como el agua.

    —Créeme, tus mensajes me llegaron.

    — ¿El te lo dijo? —quiso saber.

    —Me golpeaba cada vez que tu llamabas. Al principio no lo entendía, pero ahora si. El comenzó a ponerse muy agresivo un poco antes de comenzar las clases. Debí suponer que se trataba de algo así.

    —Lo siento, lo siento mucho, Harry —lloró—. No quise que esto pasara.

    Suspiré. —Escucha. Estoy seguro de que has pasado por mucho, pero yo he pasado por más. Agradezco que de pronto creas que es el momento indicado para ti el quererme en tu vida, pero yo no te quiero en la mía.

    Ella asintió y se limpió las lágrimas que cayeron por sus mejillas con la manga de su morado suéter. —Es tu decisión, pero no me pidas que la respete tan fácilmente —me tendió un pequeño papel blanco con escritura azul—. Ese es mi número y mi dirección, por si cambias de opinión. Estaré esperándote. A Gemma le agradará verte.

    —No gracias —respondí.

Agony » Harry Styles (COMPLETA)Where stories live. Discover now