Capitulo 62

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Carla:
Mi madre me cogió de la mano y me arrastró al coche, donde nos esperaba mi padre.
-Hola cariño- me saludó con cariño.
-Hola...- me acerqué a él y deposité un pequeño beso en su mejilla.
-¿Cómo te lo has pasado?
-¡Genial, no pido haber sido mejor!- exclamé contenta. Nunca podré olvidar esas dos semanas.
-¿Y eso...?- mi madre se asoma por el asiento del acompañante, intentando mirarme con una sonrisa cómplice.
-Pues...he conocido a un chico...y...
-¡Y están juntos!- termino mi madre por mí, más contenta que nunca.
-¿Enserio...?- preguntó mi padre sorprendido, yo asentí- ¿No era que no te ibas a enamorar nunca, que eso era una perdida de tiempo y tenías mejores formas de perder el tiempo?- me reclama mi padre, diciendo exactamente las mismas palabras que decía yo tres meses atrás.
-Bueno...supongo que he cambiado de opinión sobre enamorarse- mi padre suelta una carcajada, burlándose de mí.
-Nunca digas nunca hija.
Dicho esto nos bajamos del coche cuando aparcó en el parking de uno de los mejores bares de la zona. Entramos y nos sentamos en una de las mesas del fondo.
-¿Te llamaron el día de tu cumpleaños?- pregunta mi madre, es el primer cumpleaños que no lo paso con mi familia.
-Sí, toda la familia- sonrío de oreja a oreja.
-¿Y que han dicho tus abuelos?
-Me dijeron que me mandarían algún regalo, pero les he dicho que no hacia falta.
-Tu hermano viene la próxima semana- me informa mi padre. Una alegría se instala de inmediato en mi estómago. ¡No me lo puedo creer!
-¿¡Enserio!?- exclamo sonora mente entusiasmada, mis padres se ríen y asienten- ¿Se van a quedar ya a vivir aquí?- pregunto con esperanza.
-No lo sé cariño, pero creo que sí.
-¡Genial!- festejo, riendo emocionada.
La comida transcurre entre conversaciones triviales, explicaciones de mi viaje a la costa y hablar sobre mi novio. Cuando acabamos de comer nos vamos directos a casa.
-En tú habitación tienes un regalo- me informa mi madre cuando entramos a casa.
-¿De quién?
-No lo sé, ve y míralo- me pica un ojo y subo las escaleras corriendo.
Cuando llego arriba me encuentro con dos cajas encima de mi cama: una pequeña y otra grande con agujeros; y muchísima ropa nueva en ella.
En la caja grande hay una nota que dice:
Bueno pequeña...como podrás ver no puedo estar contigo un día tan especial, te dejo a esta pequeña compañía para que nunca te quedes sola, sabes que siempre me tendrás para lo que quieras. Nos veremos pronto, te quiero.
Fran.
Mi hermano.
Abro desesperada la caja, y cuando lo consigo me derrito al instante. Un pequeño cachorrito de labrador yace durmiendo dentro de ella. Es peludo, blanco y rechoncho. ¡Me Encanta!
Continúo abriendo el otro regalo y mi cara se transforma al instante cuando de ella sale un iPhone 6S. ¡No puede ser! Llevo un año pidiendo este maldito cacharro. Esto tiene que ser obra de mis padres.
Bajo corriendo las escaleras en busca de mis padres que se encuentran en el sillón.
-¡Gracias...!- exclamo mientras me tiro arriba de ellos, los cuales se ríen en mi compañía.
-¿Que te ha regalado tu hermano?- me pregunta mi madre con picardía.
-¡Un perrito!- exclamo con voz infantil
De pronto somos interrumpidos por el sonido de mi móvil en mi cuarto.
-Voy a cogerlo...
Subo y miro de quien se trata, me sorprende ver el nombre de Brian reflejado en la pantalla. Descuelgo la llamada.
-¿Brian?- susurro, aunque no sé muy bien por qué. Nadie contesta al otro lado de la línea- ¿¡Brian que pasa!?- exclamo asustada.
-¿Carla?- oigo su voz desgarrada al otro lado del altavoz y mi preocupación aumenta.
-¿Que pasa?
-Carla...necesito verte, necesito que vengas- me dice desesperado.
-¿Que pasa Brian?
-Mi madre...está en el...hospital- me da un vuelco al alma, los pelos se me ponen de punta y me imagino lo que ha pasado.
-¡Voy para allá!- digo con un nudo en la garganta.
-Por favor...- suplica su monótona y dañada voz.
-¡Estoy allí en menos de cinco minutos, cariño!.
Corto la llamada, me visto con lo primero que veo, ni siquiera me arreglo el pelo ni el rímel y salgo corriendo escaleras abajo.
-¿Que pasa?- dice mi padre preocupado cuando me ve.
-La madre de Brian esta ingresada, tengo que irme- les informo rápido.
-¿Como que está ingresada?¿Que le ha pasado?- pregunta mi madre tan oportuna como siempre.
-No lo sé mamá, me tengo que ir- les doy un beso rápido a cada uno y me dirijo a la puerta.
-¿A que hora vas a llegar?
-¿Enserio mamá? No sé, yo te llamo cuando salgamos del hospital- estoy empezando a frustrarme.
-Si quieren pueden venir a dormir aquí, sabes que es bienvenido y que os apoyamos- dice mi madre con un tono más tranquilo.
Asiento dulcemente y le regalo una triste sonrisa antes de salir corriendo de mi casa.
Esquivo a todo el mundo y me tropiezo con medio de él. El hospital está a unos pocos metros de mi casa.
Cuando llego a las puertas de este me meto por urgencias y pregunto en la recepción.
-Hola querida ¿la puedo ayudar en algo?- me dice amablemente la recepcionista.
-Me puede decir donde esta...
-¿Carla...?- me interrumpe una voz detrás de mi.
Me doy la vuelta y veo el rostro demacrado y triste de mi chico. Corro hacia él y lo cojo del cuello apretándolo contra mí, ofreciéndole mi apoyo y cariño. Me corresponde lentamente, sus manos van a mi espalda baja y su cabeza se entierra en mi cuello. El nudo vuelve a intensificarse en mi garganta.
-Brian...- digo lentamente- ¿Que ha pasado?
-No lo sé, cuando llegué me la encontré tirada en la cama y bajo de ella un gran charco de sangre- me tenso al escuchar lo ocurrido, ¿como coño a podido vivir así durante tanto tiempo?
-Tienes que poner fin a esto- le digo separándome un poco de él para que vea en mi cara la total seriedad.
-No puedo Carl...mi madre no lo permitiría- se me desgarra el alma.
-¡Tiene que hacerlo!¡Ha estado a punto de matarla!- exclamo y un par de personas se me quedan mirando, pero me da igual.
-Lo sé, ¿te crees que no se lo he dicho?- me grita ferozmente, me quedo mirándolo callada y me alejo de él un paso- Lo siento...- se da cuenta- Lo siento...- vuelve a repetir.
-Vamos a la sala de espera.
Lo cojo de la mano y lo llevo junto a mí a la sala de espera, nos sentamos en una de las sillas de la esquina del fondo y me acurruco contra él.
-Carl...tengo miedo- susurra, más para él que para mí, pero lo consigo escuchar todo.
-Todo va a salir bien, ya verás.
Me separo un poco de él para mirarlo a la cara, una pequeña lágrima baja por su hermosa cara. Levanto la mano y la atrapo acariciando su mejilla con suavidad.
Me acerco despacio a él, sé que me necesita, y yo estoy dispuesta a todo por él. Mis labios chocan con los suyos y son envueltos en un beso cálido, suave y necesario para los dos.
-Te quiero...- susurra rozando mis labios y yo vuelvo a darle un corto pero apasionado beso en ellos.
-¿Familiares de Rufina Roselle?- nos interrumpe la voz de un doctor.
Brian se levanta de un salto y yo hago lo mismo detrás de él.
-Nosotros...- nos acercamos al doctor y este nos mira con el ceño fruncido.
-¿Vuestro padre?- siento como Brian se tensa y le paso la mano por su estrecha cadera acariciándolo.
-No está- dice entre dientes.
-Bueno...su madre a sufrido contuciones cerebrales, tiene tres costillas rotas y hematomas por todo el cuerpo. De momento está estable pero esta noche determinará su futuro. ¿Saben quién le ha podido hacer esto? Parece que no se trata de una simple caída.
Levanto la cabeza y miro a Brian, este hace lo mismo. Entonces asiento dándole ánimos a que haga lo que tenga que hacer.
-Ha sido mi padre...- dice mientras me apreta contra sí con fuerza.
-¿Cómo?- el doctor parece sorprendido y confuso.
-Sufre maltrato desde hace años- vuelve a decir, aunque le cuesta.
-¿Quiere denunciarlo?- me vuelve a mirar y yo le vuelvo a apretar la mano, dándole más animos.
-Sí- afirma.
-Necesitaría sus datos, nombre y apellido, por favor.
-Claro, Richard Roselle- el doctor asiente y sale de la sala, mientras, Brian cae aplomado sobre una de las sillas.
-Lo has hecho genial- susurro poniéndome entre sus piernas y tomándole las mejillas- No tienes de que preocuparte, has hecho lo correcto, nene.
Me impresiono a mi misma llamándole de esa manera, pero lo cierto es que me gusta.
-No me dejes nunca, por favor Carla- suplica.
Lo tomo de la nuca y lo acerco hasta dejar nuestras frentes pegadas.
-No puedo Brian, estoy tan enamorada de ti que no puedo.
Mis labios chocan con los de él y noto como por primera vez después de dos horas una pequeña sonrisa aparece en sus labios.
-Te quiero demasiado- me dice entre beso y beso, y esta vez soy yo la que sonríe.


Después de tres horas en las cuales he estado acurrucada al lado de Brian, con la cabeza enterrada en su cuello; el doctor vuelve a aparecer en la sala.
-Chicos...- dice despacio y me temo lo peor- Vuestro pad...
-Es solo mi padre- le interrumpe Brian con una expresión dura en la cara mientras me pega a su cuerpo.
-Lo siento...- se disculpa el doctor- Su padre ya ha sido localizado y esta siendo intervenido, lo han encontrado con una niña pequeña...
-¡Es mi hermana!- exclama preocupado Brian- ¿Está bien?
-Sí, la pequeña está bien, pero su padre ha muerto. Al no colaborar han tenido que intervenir los servicios.
Veo como los hombros de Brian se tensan. Por mucho que les haya hecho es su padre y lo sabe
-La niña está de camino al hospital. Con respecto a su madre va mejorando. Desde que llegue la niña pueden irse a casa a descansar, pueden volver mañana- Brian asiente y el doctor se marcha.
-¿Te quedarás conmigo?- niego tristemente con la cabeza- Te necesito Carl, ¿no puedes convencer a tu madre?
-Me ha dicho que te puedes quedar en mi casa- veo la expresión de sorpresa en su cara.
-¿Enserio...?- asiento- Pero mi hermana también esta conmigo, no quiero molestar, nena.
-No molestan Brian, hay sitio para los dos- sonríe tristemente y me acerca a el por la cintura.
-Gracias...- susurra sobre mis labios y me besa como nunca antes lo ha hecho.

Acabando Contigo.Where stories live. Discover now