Capitulo 31

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Carla:
Habían pasado ya dos semanas desde que ocurrió el percance. No lo volví a ver y no tenía pensado hacerlo. Todos eran igual: te ilusionan y luego te desepcionan. No iba a perder mi tiempo con alguien al que no le importaba, era algo que tenía bastante claro.
Estaba sumida en mis pensamientos cuando choqué con alguien.
-¡Joder!- gritó una voz masculina muy conocida.
Levanté la mirada, encontrándome con unos ojos verde esmeralda. Lo miré con asco e intenté esquivarlo; digo intenté por que el muy estúpido me agarró del brazo.
Tiré de este tan fuerte que me solté de inmediato, provocando que él me mirara con absoluta confución.
-¿Que te pasa?- preguntó.
Su confución provocaba una rabia monumental en todo mi cuerpo.
-Pasa de mi ¿entendido?- le dije sin más, intentando continuar mi camino, pero este volvió a coger mi brazo.
-¿Por que me evitas?¿Te has olvidado ya del castigo? Nos lo aumentaran por tu estupidez de niñata- me reprochó elevando la voz.
-¡Que le den al castigo!- le grité con frustración.
-¿Que le den? Debemos de cumplir el castigo Carla, sino nos lo aumentarán- su ceño fruncido mostraba una especie de sentimiento que me frustró.
-¿Sabes que Brian?- dije dando pasos para detrás y bajando mi tono de voz- Alejate de mi, olvídame, no te convengo ni tu me convienes a mi, solo tienes que hacer algo muy simple que veo que no te cuesta tanto...OLVÍDAME- dije haciendo énfasis en la última palabra.
Este me miró con sorpresa en su rostro a la vez que yo me giraba y retomaba mi camino. Pero no duró mucho, unos pasos detrás de mi confirmaba que me seguía.
-Carla...- dijo con nerviosismo.
-¡Que me dejes en paz!- grité, a la vez que me giraba drásticamente.
-Carla el director nos echará la bronca. Esto puede costarme la matrícula en este instituto, me pueden echar- dijo con desesperación.
-¡Que me da igual! Haber pensado antes todo lo que has hecho, esto te lo has buscado tú solo...- acabé chillando en medio del pasillo.
Ya lo había dicho, este chico sacaba lo peor de mi.
-Hablaré con él si tanto te preocupa, solo quiero que me dejes...- dije más tranquila.
Tan difícil no sería dejarme ir en paz, al fin y al cabo a él no le importaba. Además, necesitaba no saber de él, olvidarlo y dejar de sentir esta estupidez.
-No es solo eso Carla, ¿no lo entiendes?- dijo acercándose a mí, al tiempo que yo volvía a retroceder.
Gracias a dios no había nadie en el pasillo, ya que era hora de la última clase antes de comer.
-No tengo que entender nada, Brian- dije mientras seguía retrocediendo. Hasta que, como no, mi espalda chocara contra una taquilla.
-Debes entenderlo, Carl- dijo mientras posicionaba sus manos a ambos lados de mi cabeza- Debes entender que me vuelves loco.
Un dolor profundo se instaló en mi pecho. No me lo podía creer, no podía creer que haya vuelto a decir esas palabras. Sobretodo, después de lo ocurrido.
-No creo que sepas el significado de esas palabras...- dije mirándolo directamente a los ojos.
Había tomado una proximidad peligrosa, que me ponía un tanto nerviosa.
-Lo sé mejor que cualquier persona...- dijo apoyando su frente en la mía y mirando mis carnosos labios con algo de deseo reflejado en sus hermosos ojos.
Y ahí iba denuevo...
-¿Le sueles decir eso a todas...? Te recuerdo que no soy como las demás- puse las manos sobre su pecho y lo empujé ligeramente, pero como era obvio, no cedió.
No sabía como mi voz había salido tan clara y menos de esa manera tan imponente.
-Sé que no eres como las demás Carla ¡Joder! Lo sé mejor que nadie- dijo con frustración.
Bajé la mirada, no quería esto para mi vida, no quería seguir ilusionándome con algo que no existía.
-Aléjate de mi, por favor- mi voz se quebró y tuve que cerrar los ojos para no venirme abajo.
-¿Por que me intentas separar de ti, Carla? No te das cuenta de que siempre acabamos encontrándonos denuevo. Esto no tiene sentido- su tono me lo reprochaba todo.
-Esta vez no será así. Alejate de mi Brian, solo te pido ese favor. No nos hacemos bien el uno al otro- dije mientras una lágrima monótona caía por mi mejilla.
Me levantó la cabeza por la barbilla, causando un cosquilleo en mi interior. Pasó sus ásperos dedos por mi mejilla, secándome la lágrima.
Abrí los ojos lentamente encontrándole con su mirada atenta en los míos.
-No puedo Carl, no sé por que, pero no puedo- me respondió mientras negaba con la cabeza.
La confución se hizo presente en mi rostro.
¿Como que no podía? No era tan difícil, no era la primera vez que alguien lo hacía. Así que, no era para nada difícil.
-Sí puedes, no es tan difícil- dije finalmente jalando su brazo para abajo y saliendo de allí.
Esta vez no me siguió, gracias a dios. Sino no sabría como actuaría esta vez mi temperamento.
Me fui al patio, ya que solo quedaban cinco minutos para finalizar las clases.
Cuando llegué me senté en una de las gradas de abajo y saqué mi móvil, miré mis redes sociales hasta que el timbre sonó y finalmente me dirijí al comedor para encontrarme con mis amigos.

Acabando Contigo.Where stories live. Discover now