Capitulo 59

110 4 0
                                    

Carla:
Ya habían pasado cinco días desde que Brian y yo habíamos tenido nuestro primer encuentro íntimo. Estaba feliz, habíamos hecho muchísimas actividades todos juntos, habíamos salido a visitar el pueblo y hoy empezaba nuestra semana libr.
Mañana sería mi cumpleaños y tenía pensado celebrarlo con mis mejores amigos y con los de Brian, los cuales los había conocido mucho mejor y me caían genial.
-¿Estás lista?- me preguntó Brian desde la habitación.
-Sí, solo me quedan los tenis- me dirijí al balcón y cogí mis superstars blancas de lunares azules marinos.
-¿Vas a ir así vestida?- asentí con la cabeza y me giré hacia él- Odio que lleves esos pantalones.
Ya me había repetido demasiadas veces para mi gusto, que no le gustaban ninguno de mis leguins.
-Y yo que tu lleves esa camisa tan ajustada- le reclamé, encogiéndome de hombroso.
-¡Eso no tiene sentido común!
Se puede Mirar, que mas da. También se te nota todo.
-Pero no se nota tanto como lo tuyo.
-¡Se nota mucho más!- exclamé cansada de la situación.
-¡Sabes que no!
Negué con la cabeza, cogí mi móvil y salí de la habitación sin esperar por él. Bajé las escaleras y toqué en la habitación de Jeza, a los pocos segundos se abrió y de ella salió.
-¿Ya están?- dije un poco de mal humor.
-¿Qué te pasa?- negué con la cabeza, no tenía ganas de explicar nada.
-Les espero en la plaza que hay abajo.
Seguí bajando por las escaleras, atravesé la puerta de la recepción y salí a la pequeña plazoleta que había en frente del hotel. Me senté en uno de los bancos y saqué mi teléfono para despejarme y contestar algunos mensajes de mi familia, la cual empezaba a echar de menos.
Me cansaba que Brian no me dejara poner los pantalones que me gusten, tampoco es que se notara tanto, odiaba sus celos irracionales, pero aún así no podía hacer nada. Lo quería igual y eso me fastidiaba. No poder molestarme con él por esas cosas.
Sentí como el banco a mi lado se hundía un poco, giré mi rostro y vi la figura de mi exasperante pelirrojo. Volví a girar mi vista hacia el móvil pasando de su presencia.
-Oye...lo siento ¿vale? A veces no puedo controlar mis celos y no quiero que nadie más pueda ver lo que es solo para mí- me giré y vi como tenía su rostro agachado y sus manos entrelazadas en sus rodillas.
-No puedes elegir lo que me quiero poner Brian, se que te molesta pero a mi también que tu uses esas camisas, por ejemplo. Y no te digo nada.
-Lo sé, pero me jode y lo sabes. Entiéndeme, Carla- se excusó, pero...
-¿Y a mi quien me entiende?- justo cuando acabé de hablar los chicos aparecieron.
Jeza estaba al lado de Nick con sus manos entrelazadas, James venía solo y unos pasos por detrás Jason. Me puse de pie y me acerqué a Jason dejando a Brian solo en el banco, siguiéndome con la mirada.
-Hola...- murmuré, necesitaba su apoyo y sus abrazos. Su cariño como mejor amigo.
-¿Qué te ha hecho?- preguntó con obviedad mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros.
-Hemos discutido...- hice una pausa y seguí- Una pelea por celos -sacudí la mano quitándole importancia, aunque la tenía, para mí la tenía.
-Pasa de él, Carla.
-No puedo pasar de el, Jason, es mi novio.
-Pero te está haciendo sufrir...- negué con la cabeza, eso no era cierto.
Vale que tuviéramos nuestras peleas, pero aún así lo quería. Me hacia reír más que llorar y lo necesitaba más que a nadie.
-Me hace feliz al mismo tiempo.
-Pues entonces deberías perdonarlo.
-Sé que lo tengo que hacer, pero mejor después. Tiene que saber que no puede manejar mi vida como a una marioneta.
-Tienes razón -asentí con la cabeza y justo llegamos a la pequeña discoteca que había un par de calles mas allá del hotel.
Entramos sin problemas, aunque todos fuéramos menores, menos James.
Veníamos a celebrar mi cumpleaños, así que la intención era quedarnos hasta tarde. Nos acercamos a la barra y James pidió una ronda para todos.
-¿Vamos a bailar?- me preguntó Jeza.
Giré mi vista hacia Brian, para ver que estaba haciendo y me encontré con su intensa mirada.
-Sí, claro, vamos- dejé mi vaso casi vacío sobre la barra y fui a la pista detrás de mi amiga.
Por los altavoces resonaba una canción movida que no conocía. Comencé a mover mis caderas al ritmo de la música y a subir las manos, riéndome con mi mejor amiga.
De repente, sentí unas manos posadas en mi cintura y me giré sobresaltada. Detrás mío había un chico alto, moreno, de ojos azules y una sonrisa socarrona que me dio arcadas.
-¿Te podrías alejar?- le cogí sus manos y las alejé de mi cuerpo.
-Vamos, no me seas estrecha- en mi cuerpo se sembró la rabia y cuando estaba apunto de contestarle me pegó a su cuerpo.
-¡Suéltala...!- escuché una voz furiosa detrás de mí que conocía bastante bien.
-¿Y tú quién coño eres?- mencionó el desconocido.
Yo Tenía las manos en su pecho intentando alejarme, cuando un gran empujón lo hizo por mí.
Brian se situó encima del desconocido propinándole fuertes golpes. Mis manos se situaron en mi boca y en la discoteca se formó un gran revuelo.
-¡Brian, para!- grité casi llorando- ¡Nick, has algo por favor! -le grité cuando este se acercó junto a James.
Estos dos lo cogieron por los brazos y lo separaron de aquel chico. Sus amigos vinieron junto a él, pero mi mirada se dirigió a un chico en especial. Mí chico.
Tenía la respiración agitada y una brecha en la ceja y el labio, me fulminaba con la mirada y se revolvía en los brazos de sus amigos. Cuando consiguió que lo soltaran salió volando de la discoteca, y yo, como la tonta que soy, detrás de él.
Cuando ya nos encontrábamos fuera comenzó a caminar por la calle solitaria y oscura que nos llevaba al hotel.
-¡Brian, espera!- grité detrás de él, pero este no se detuvo- ¡Por favor, espera!
Reconozco que estaba desesperada. Yo no había tenido la culpa de todo aquello, pero él sin embargo no pensaba igual.
Corrí detrás de él y lo alcancé, lo tomé del brazo y este se giró hacia mí, furioso. No lo había visto así antes...
-¡TE LO DIJE, CARLA, SABÍA QUE PASARÍA ALGO POR EL ESTILO!- me gritó furioso.
-¿El qué me dijiste?- cuestioné yo, comenzando a enfadarme por su tono.
-¡TE DIJE QUE TE VISTIERAS DE OTRA MANERA! AQUÍ TODOS LOS TÍOS SON UNOS ASQUEROSOS, COMO ESE. PERO CLARO, SIEMPRE TIENES QUE ESTAR DESAFIANDOME- volvió a gritar y en ese momento bajé la cabeza y unas cuantas lágrimas se escaparon de mis ojos.
-¡Lo siento!- exclamé con la voz rota- ¡Son tus celos los que me provocan a no hacerte caso, no puedes controlarme tanto!
-¡Sí que puedo! Siempre y cuando sea por nuestro bien- me gritó, aunque esta vez no tan furioso como antes.
-¡No sabía que esto podría pasar, yo no tengo la culpa!- se dio la vuelta y siguió caminando y yo siguiéndole por detrás, llorando desconsolada.
-Si me hicieras caso no pasaría nada de esto...- se volvió a dar la vuelta pero esta vez le propino un fuerte golpe a una papelera que había a nuestro lado, haciéndome sobresaltar y abriéndose un poco más sus nudillos.
-¡Joder, lo siento! No quería que pasara nada de esto.
-¡Pues ha pasado!- dijo volviéndose a dar la vuelta y caminando lejos de mí.
Mí llanto se pronunció mucho más y como tonta que soy volví a correr detrás de él y a tomar su brazo.
-Por favor, perdóname- susurré, este negó con su cabeza- ¡Por favor, Brian! Yo no sabía que esto podía pasar- se soltó de mi agarre y se dio la vuelta- ¡Tambien podía haber pasado al revés y yo te tendría que haber perdonado!- se quedó estático en su sitio, pensando y analizando mis palabras.
-Pero no fue así, Carla.
Dicho todo siguió caminando y me dejó sola, en medio de la nada y llorando desconsolada. Me apoyé en la pared y me deslice hacia abajo. Esto no podía acabar así, yo no tenía la culpa de nada.


Cuando me recompuse me dirijí al hotel, sola. Tenía un moton de llamadas de Jason y otro montón de Jeza, eso significaba que habían llegado.
Cuando llegué al hotel, subí a la primera planta y toqué en la habitación de Jason. No pensaba quedarme en una habitación en la qué no me querían.
Cuando este abrió la puerta y me vio me hizo pasar, me Tumbé junto a él en la cama y entre sollozos me dejé dormir.
¡Vaya cumpleaños de mierda!

Acabando Contigo.Där berättelser lever. Upptäck nu