Capítulo 35.

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Luego de hacer algunas cosas en mi nuevo labor, ya que no atendía más mesas. Si no que me encargaba del depósito etc.. Tocaron las 00:00 Am y era momento de irme. 

Me dirigí junto con mi bolso al baño del personal para cambiarme, al pasar por un pasillo. Vi a lo lejos a Dereck y a Ethan hablar sigilosamente, me acerqué para oír un poco mejor.

-Ella no tiene que saber esto Dereck.- Le dijo.

-Pero, ella también tiene el corte.. Sólo que venda blanca, al igual que yo.- Le respondió Dereck mirando por todos lados.

-Lo sé, pero no tiene que saberlo.. Debes ocultarle la verdad a Alice como sea.- Dijo esto y se marchó hasta mi dirección.

Rápidamente seguí caminando hacia el sentido opuesto. Hasta que su voz me sorprendió.

-Alice. Creí que ya te habías ido.- Dijo con los ojos bien abiertos.

-Sí, eh, claro, solo que.. Iré a cambiarme.- Dije nerviosa y fui al baño.

Me cambié con mi ropa de entrada, al salir saludé a todos mis compañeros. Y crucé la puerta de salida.

En la esquina se encontraba Zack, con su campera de cuero , apoyado de espaldas en la pared y con una pierna flexionada en la misma. Con su cigarrillo en la boca, que poco después un humo salió de ella. Se vea realmente.. MUY sexy, y no exagero.

Giró hasta mi lado y me dedicó una sonrisa de costado. Fui corriendo hacia el, tiró su cigarrillo y abrió sus brazos para recibirme. lo abracé del cuello y el me levantó del suelo haciéndome girar. Los dos reíamos a carcajadas. 

-Te he extrañado.- Dijo y me dió un corto beso en los labios.

-Yo a ti.- Dije y le dí otro más.

-Vamos que se hace tarde. ¿Ya comiste?- Me preguntó y asentí con la cabeza.

Y así era, siempre nos daban algo de comer, la casa invitaba, el menú cambiaba todos los días. Por lo tanto, era bueno comer allí. Aunque, engordante. De repente me acordé de lo de Dereck y Ethan y decidí contarle todo a Zack.

-Zack, hay algo raro en Dereck y Ethan.- Mi tono cambió a ser algo más serio.

Zack miró al suelo y acomodó con su dedo la parte del cuello de su remera. Como si estuviera ahorcándolo. Carraspeó con su garganta y continuó.

-Si.. Pues, ellos no son seres humanos normales.- Dijo con naturalidad.

-¿Cómo que no son seres humanos normales? ¿¡Cómo no me lo has dicho antes!?- Me sobresalté.

-Porque te pondrías loca como ahora.- Dijo sacando otro cigarrillo y colocándolo en sus labios ya encendido.

-Cuéntame.- Insistí.

-No se si deba decirtelo yo Alice.- Dijo nuevamente mientras sacaba la ceniza restante del cigarro.

-Oh vamos.- Fruncí el ceño y le quité el cigarrillo de sus labios y lo puse en los mios.Entrecerró los ojos y abrió la boca para hablar. Pero acto seguido puse un dedo entre sus labios. -No. No intentes detenerme, sólo dilo.- 

-Bien-Respiró pesadamente. -Ethan es un demonio Alice, y Dereck es un ángel caído.- Abrí mi boca en modo de sorpresa. -Pero Ethan no és un demonio cualquiera, el es la mano derecha de Lucifer.- Dijo y me estremecí.

Parecía tan humilde.

-Sigue.- Le di pie a que continuara.

-Dereck es un ángel caído como cualquier otro, el es indefenso. Pero, por eso no quería que trabajaras allí. Aún mas sabiendo que has elegido luchar en nuestro ejército. El debería matarte ya mismo.- Me dijo poniéndome la piel de gallina.

-¿Y porqué no lo hace?- Pregunté.

-Eso ya no puedo decírtelo, debes averiguarlo por ti sola.- Dijo y movió el cuello de un lado al otro, tronándoselo. 

-No, Zack. No puedes dejarme así, dime.- Insistí aún mas. 

-Alice, eso ya no me concierne. Debes averiguarlo por tus propios medios, cuando lo sepas me darás la razón. Ahora tranquila.- Dijo y me ponía nerviosa su indiferencia. 

Lo iba a averiguar de algún modo. Averiguaría porque Ethan no quería matarme.  De repente, del local salió Ethan apurado, le dedicó a Zack una mirada asesina, y se marchó en su auto. 
Al mirar a Zack, estaba con una expresión de odio, y con sus ojos entrecerrados.

-Vámonos ya Alice.- Dijo y tomó el bolso que cargaba para llevarlo él. Y acto seguido tomó mi mano.

Depositó un beso en ella y me miró con unos ojos llenos de ternura. Llegamos al departamento y Black había hecho trizas otro almohadón que Zack había comprado hacía una semana para suplantar el otro que también estaba hecho trizas por Black.

-Oh no.- Dijo apretando su mandíbula.

-Hola Blaaack.-Lo saludé amistosamente y Black se deslizaba por mis piernas.

-Gato idiota, no puede ser. LO COMPRÉ HACE UNA SEMANA.- Gritó Zack tomando una bolsa y metiendo el almohadón ya no tan almohadón dentro. 

-Tu lo has dejado a su alcance.-Defendí a Black.

-Claro.- Dijo en tono sarcástico.

Un par de horas mas tarde nos encontrabamos en el sofá mirando una película con Zack, y Black dormido encima de nosotros, la carita peluda de Black estaba en mi dirección. Mientras que su cola le hacía cosquillas en la cara a Zack.

No me di cuenta cuándo nos habíamos dormido. Pero amanecí en el sofá. Yo encima de Zack y Black encima del rostro de Zack. La imagen provocó que una enorme risa saliera de mi garganta.

Amaba a estos seres.. Los amaba.


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