Desde que nos besamos... O mas bien desde que besé a Zack, las cosas habían cambiado, muchísimo. Y por suerte, todo cambió para bien. El se había propuesto ayudarme a entrenar, bueno, a decir verdad me obligó.
Así que por eso en este mismo momento nos encontramos en un bosque de California. Alejado de la urbanización. Me enseñaría a usar mis poderes, aun no entendía como , ya que el es un ángel caído.
Estábamos caminando hacia el centro .-Zack.. ¿Cómo sabes acerca del entrenamiento de los demonios?- le pregunté.
-Princesa, no se si sabias que antes de que me despojaran de mis alas era un ángel, y como todo ángel, debemos saber el entrenamiento de todo tipo de ser.- me dijo sacando una daga.
-¿Qué , para que usaremos una daga? Es demasiado. Terminaremos heridos si tengo en mano una daga Zack, mejor sigamos con otra fase del entrenamiento.- propuse.
-No saltearemos ninguna fase, hay que llevar a cabo todas y cada una. Además, el único poder que tienes no es el de tus ojos. Hay aún mas, solo falta descubrirlos.- Me dio la daga y la tomé.
-Bueno, y que hago?- maneje el artefacto filoso torpemente.
-¿Ves aquél árbol?- Asentí y prosiguió.- Bien, al lado, hay un ciervo. Apuntale.-
-No matare a un pobre animal sólo para un estúpido entrenamiento.- Dije saliendo de mi posición.
-Alice, no seas infantil. Matalo.- Me dijo
-No Zack, no lo haré.- me dispuse a devolverle la daga. Y el la tomó
De un momento a otro la lanzo y la daga quedó incrustada en la cabeza del ciervo.
Pegué un grito que lo hizo reír. Pero se puso serio al segundo y dijo.- Para este tipo de cosas no debes tener corazón. No tienes que tener sentimientos. El enemigo aprovechará eso.- Me miro fulminante y se dirigió a recoger su daga.
Quedé asombrada por aquellas palabras. Volvió y me tendió la daga llena de sangre. La tomé.-Ahora hazlo tú.- Lo miré horrorizada. -Tirale al árbol- Y revoleo los ojos.
Estábamos al menos a tres metros de distancia. Puse una pose un tanto rara.
-No no no,así no.- Y se puso tras de mi, tomo mi mano donde sostenía la daga. Y apunto, me separó un poco las piernas. Y llevo hacia atrás mi brazo.
Su torso chocaba con mi espalda.
Nunca lo había tenido tan cerca.-Así es como se hace. Princesa.- Susurró en mi oído provocandome escalofríos. Y salió de mi lado, se ubico a medio metro con sus brazos cruzados. Observandome. -Sólo mira tu objetivo e imagínate la daga en él, sólo debes imaginarlo.- Me indicó.
-Bien- dije y me imagine el árbol con una daga en el medio, lanzé y la daga quedo exactamente donde debería ir. Sonreí victoriosa.
-Podría haber sido peor- Aplaudió Zack. -Agradezco no haber salido herido- Bromeó.
-Idiota- Golpeé su hombro.
-¿Esa es forma de tratar a su entrenador señorita Lawrence?- Dijo levantando sus cejas.
- Lo es , lo es.- Le dije.
-Otro insulto más y se las verá conmigo.- Entre cerró sus ojos.
-Estúpido.- Dije desafiándolo. El sonrió y se abalanzó sobre mi.
Pero yo fui aun mas rápida, corrí y corrí aun cuando me dolía la panza de tantas carcajadas.
Me escondí tras un árbol. Y observe a Zack buscándome sigilosamente.-¿Donde estás princesita?- Dijo amenazante. -Sabes que te encontraré- Me desafío.
Yo aun seguía escondida, cuando volví a mirar no estaba. Me di vuelta y estaba tras mio con una sonrisa victoriosa.
-Te lo dije- Me miró fijamente. Sonriendo.Su sonrisa relucía en todo el panorama.
Quise correr pero sus manos me atraparon, lo empuje y unas raíces del árbol hicieron que cayera... Junto conmigo.Cuando empezó a hacerme cosquillas. NO . Mi debilidad
-NO-grité entre risas. Intente sacarlo pero me fue imposible, nuestras risas se fundían con el cantar de los pájaros.
Y la luna aparecía lentamente, anunciando la llegada de la noche.
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A n g e l ' s
FantasyAlice es una chica como todas las de 18 años,sólo que ella guarda un secreto muy peculiar.. Sus ojos, son especiales, podían hacer cosas que ni ella misma se creía capaz y esas dudas permanecían en su cabeza durante años, pero su duda mas grande era...