El día transcurrió tranquilo como los últimos, y eso Luke lo agradeció. Las palabras de Colton le habían hecho estar alerta, tenía miedo de que algo le pudiera pasar a Alex.
Esa misma tarde él decidió salir a la tienda de música que estaba cerca de su manzana, entró y simplemente los minutos pasaron y pasaron, Luke estaba absorto entre todos los discos de música que se encontraban a su alrededor, quería llevárselos todos.
Cuando por fin pudo escoger uno se dio cuenta de que estaba solo en la tienda, la cual no era muy grande. Un ruido de algo cayéndose hizo que se sobresaltara un poco y detras de la caja donde iba a pagar su nuevo disco vio que la puerta estaba entreabierta. ¿Y si alguien tenia algún problema ahí dentro? Se coló en el mostrador y cuando abrió la puerta su mandíbula podia rozar el suelo.
Se esperaba de todo menos aquello.
Bueno, quizás si lo pensaba un poco podia esperarse encontrar a Michael y Ashton besándose dentro de ese pequeño y minúsculo almacén como si sus vidas dependieran de ello.
En el suelo habian varios discos precintados que seguramente se habian caido cuando Michael apoyó su espalda en la estantería.
— Mierda. —susurró Ashton separándose rápidamente e intentando acomodar su ropa.
El rubor en sus mejillas era casi mayor que el de Michael, que este al ser tan blanco de piel podia verse a distancia ese rojo tomate tan tierno.
— L-Luke. —dijo Michael y su acompañante le miró extrañado al ver que se conocían.
— ¡L-Lo siento, seguid como si nada! —gritó Luke saliendo rápidamente del local dejando el disco en el mostrador, corrió hasta llegar a su casa y empezó a reir a carcajadas.
Debia contarle a Alex el número de chupetones que pudo ver en el cuello de Michael.
El rubio y su amiga se pasaron la noche entera hablando por teléfono fijo, sobre las tres de la mañana cuando Luke estaba diciendo por octava vez que no tenia sueño por medio de un bostezo, se durmió sin poder terminar la frase. Su respiración tranquila y más sonora que antes dieron a entender a Alex que se habia quedado frito, esta sonrió y después de oir unos minutos la respiración de él, susurró un "buenas noches, Luke" y colgó.
