Luke abrió los ojos poco a poco para encontrarse con Alex todavía durmiendo a su lado, sus pupilas se dilataron y se quedó mirándola un rato.
No pudo aguantar más.
La besó.
Ni si quiera sabía que estaba haciendo. Era un simple roce de labios, unos encima de los otros. Un leve tacto que hizo que el corazón de Luke volviera a la vida y latiera con fuerza.
Alex abrió los ojos, Luke no se percató de ello hasta que notó la mano de ella en su nuca. Se separó de golpe levantándose de la cama.
— Y-yo, —susurraba sonrojado hasta las orejas— ¡Lo siento! —con los ojos aguados sale corriendo de su habitación, bajando las escaleras rápidamente.
— ¡Luke! ¡Espera! —grita Alexis todo lo que puede siguiéndole.
— ¿Qué pasa aquí? —dice Michael tranquilamente asomándose al salón, pero la puerta de la calle se cierra de golpe y solo ve a Alexis apoyando su frente en ella— ¿Luke se ha ido?
— S-sí.
❁*⋆*
— Soy un idiota, soy un idiota, soy un idiota. —susurra contra sus manos, las lágrimas mezclándose con sus labios mientras esta sentado sobre la piedra de la tumba de su amigo.
— Lo eres.
El cuerpo de Luke se queda inmovilizado durante cinco segundos, él levanta la cabeza y mira sus lados. No ve a nadie y se golpea en la frente.
«Calum esta muerto, idiota» piensa, pero eso solo le hace soltar más lágrimas.
— Luke ya, deja de llorar. —bufa Calum rodando los ojos, pero una sonrisa estira de sus labios.
Cuando el rubio vuelve a levantar la cabeza se encuentra con su amigo de la infancia frente a él.
— Hola. —rie al ver la cara de Luke.
Pero Luke no se rie, para nada. Es más, piensa que ha tocado fondo y esta loco, chiflado. Se imagina cosas que no son reales. Pero de igual modo no puede evitar ponerse a llorar más que nunca mientras intenta abrazar la imagen frente a él. Pero no puede, no puede tocarlo.
— Estoy muerto, Luke. No puedes tocarme. Soy algo así como un espíritu, ¿sabes? —dice, apoyando su mano en el hombro de él– Pero yo sí puedo tocarte a ti.
Pero Luke no podia más consigo mismo, se cayó al suelo de rodillas sujetándose la cabeza, la cual le dolia horrores y empezó a gritar. Parecia alguien verdaderamente loco. Él quería que toda esta broma acabara de una vez. Calum estaba muerto.
— ¡Luke! —gritó como cuando eran pequeños y el rubio no le hacia ningun caso. La mente de Luke se llenaron de recuerdos de esa época— ¡Para de una vez! ¡Esto es real! ¡Soy un espíritu real! ¡Estoy aquí... —la voz de Calum se empezó a quebrar— ¡E-estoy aquí para ti, idiota! —se arrodilló a su lado para poder abrazarlo fuertemente.
Los espíritus sienten. Sufren, lloran, también pueden ser felices. Son humanos muertos pero con el mismo tipo de sentimientos.
Pero todos los sentidos de Luke estaban opacados, su mente recordaba las imagenes de un chico de 16 años saltándo de un puente, sus oídos repetían el mismo grito, sus ojos no podían ver más allá de las innumerables lágrimas, pero podía notar lo que era real, podía notar el cuerpo de Calum aferrandose al suyo en esos instantes, podía notar a Calum llorando a su lado, podía notar que Calum había vuelto y era real, no una persona, pero era algo real.
— C-Calum. —sollozó dejándose abrazar por él, ya que Luke era incapaz de tocarlo.
