twelve

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Luke actuó con rapidez y antes de que la moto pasará por delante de ellos, ya tenía a Alexis llorando contra su pecho.

La adredalina y el miedo corrían por las venas de ambos. Jadeantes y llenos de pánico.

Tan sólo habían sido veinte segundos, pero los peores veinte segundos de sus vidas.

Luke estrechaba fuertemente a Alexis, tardaría un buen rato en soltarla. El pensamiento de perderla lo atemorizaba, y mucho más ahora que tenían una pequeña amistad entre manos.

Alexis, temblando a causa del miedo, no podia quitar de su cabeza la pequeña luz que se iba agrandando a pasos gintasceos hacia ella. Enterró su rostro en el pecho de Luke y lo abrazó tan fuerte como pudo. Ahora se sentía a salvo.

Esos veinte segundos pasaron tan sumamente lentos pero a la vez tan sumamente rápidos que los había dejado destrozados.

Pasaron dos minutos hasta que estuvieron más tranquilos, pero seguían sin si quiera aflojar el abrazo.

Se sentía muy bien, demasiado bien. Todos los miedos de Alexis se esfumaron y Luke se sintió completo al tenerla entre sus brazos. Parecía tan vulnerable, tan débil e inofensiva, pero aquí al que todavía le temblaban las piernas era a él.

Si le hubiera llegado a pasar algo, él hubiera acabado muriendo lentamente.

No podía imaginarse una vida sin ella, por muy cliché y loco que suene. Si él se pusiera a contar el día de hoy, todos lo tomarían por loco. ¿Cómo puede estar tan perdidamente enamorado de una chica con la que sólo había hablado el día de hoy?

Lo que nadie sabe es que él estaba enamorado de ella desde primero de primaria. La gente no cree en el amor a primera vista hasta que lo vive.

- L-Luke, -tartamudeó ella- gracias. -logró decir y otra vez se deshizo entre los brazos de el chico que acababa de salvar su vida.

- Me has asustado, no sabes cuánto. -la abrazó todavía más fuerte- No sé que hubiera hecho sin ti. -susurró, y ella no alcanzó a oírlo.

La única persona por la que él continuaba respirando había sido ella. Él solo se levantaba por las mañanas para poder verla en clase, para poder observarla durante el recreo. Para pintarla y escribirle canciones que nunca le mostraría ni le cantaría. Para expresar todos sus sentimientos por medio un bolígrafo y un trozo de papel.

- Voy a acompañarte a casa, tu madre debe estar preocupada. -habló Luke con voz ronca. No quería separarse de ella ahora que la tenía. Pero debía hacerlo, no podía quedarse el resto de su vida así por mucho que él lo deseara.

Alexis asintió y se separó lentamente.

- Jamás volveré a andar así. -dijo y Luke asintió.

⋆ฺ♥︎*

Su madre estaba en la calle esperándola hecha un manojo de nervios, pero al ver a un chico alto y rubio con su hija, se tranquilizó. Por lo menos no había venido sola desde la casa de Michael.

Luke al ver a la madre de Alexis se puso nervioso. Siempre pensó -o fantaseó- que conocería a su "suegra" en una cena familiar, o algo así. No lo recordaba muy bien, todavía era bastante pequeño cuándo imaginaba ese tipo de cosas.

La madre de Alexis entró en casa y los dejó solos. Aunque Alex ni si quiera se percató de su presencia, estaba absorta en sus pensamientos. Absorta en cómo Luke había salvado su vida y la había abrazado de esa manera tan protectora, aunque ella también había notado cuan asustado estaba.

- Yo... me tengo que ir, seguramente me espera un buen castigo por la hora que es. -dijo nervioso sin mirarla a los ojos.

- Gracias por el día de hoy, a pesar de todo ha sido un gran día. -Alexis sí lo miró a los ojos, provocando un choque de miradas.

Luke sintió, en vez de mariposas, un zoológico entero en su estómago.

- Gracias a ti, por todo. -susurró, pero eso si lo escuchó.

- ¿A mí? ¿Por qué? -frunció ligeramente el ceño. Ella no había hecho nada, es más, le había causado problemas.

- E-eh, m-me tengo qu-que ir. ¡Adiós! -y se fue corriendo muerto de la vergüenza.

shy ➳ lrhWhere stories live. Discover now