— ¿Quieres cállarte de una vez? —suelta, cansada de oír a su amigo contar historias sobre Luke y ella, completamente inventadas.
— ¡Oh, venga ya! ¡Se nota que le gustas! —ríe.
— ¡Estas completamente paranoico! —bufa Alex cansada, mientras sigue caminando más rápido que Michael para intentar no oírlo— ¡Hemos hablado por primera vez hoy! ¡No puede sentir nada!
Michael adelanta a Alexis y empieza a dar giros intentando imitar a una bailarina.
— Lo llaman amor a primera vista. —canturrea con voz dulce.
Alexis recuerda el sentimiento de cuándo miró los ojos azules de Luke en el patio, pero jamás le daría el gusto a Michael de saberlo, se lo hubiera dicho si no se estuviera comportando de una manera tan infantil.
— Paranoico. —intenta mantenerse seria, pero ver a su amigo haciendo esas posturas tan raras le estaban haciendo mucha gracia.
— Realista.
— Idiota.
— Puede.
— Cansino.
— Asi me amas. Pero tengo razón y lo sabes. —continúa con el tema que Alexis había rezado para que dejaran en paz.
— Me agotas.
— ¡¿Pero acaso no viste su cara cuándo nombraste a Joss?! ¡Me dio pena hasta a mi! —puso carita de perro abandonado.
— Qué sí, qué sí. —quizás dándole la razón se callaría.
— Me estás dando la razón como a los tontos. —se cruza de brazos y hace un puchero.
— Pues lo que eres. —ríe y le saca la lengua. Michael hincha sus mofletes— Aw.
Alexis le aprieta las mejillas haciendo que soltara el aire. Ambos ríen, y todos los que están alrededor imaginan que son una pareja adolescente. Pero están muy equivocados, entre ellos dos sólo existe el amor de hermanos.