ESPECIAL NAVIDEÑO 7/10
Espere a que ellas se listaran estaban enojadas conmigo.
-Lo siento.—Dije cuando estábamos desayunando.
-Eres una maldita zorra, lo sabias?—dijo Ana sonriendo, rei.—no puedo enojarme contigo.—me abrazo y despeino mi cabello. Mire a Juana para ver que decía.
-Aparte de zorra, una gran tonta.—sonrio Juana y me abrazo.
-A que se deben tantos abrazos, nosotros queremos—dijo Mario quien acababa de llegar junto con Sebastian.
-No nos incluyen.—dijo Sebastian mirándome.
-NO!—dijimos las tres y reímos. Ellos se miraron y sonrieron entre ellos, se acercaron y nos rodearon con sus brazos a las tres.
-Abrazo.—dijo Mario como si fuera un pequeño.
Les recibimos el abrazo, se sentaron junto a nosotras a desayunar y después llegaron Paisa, Arango y Juan.
-¿Sebastian, aquí?.—dijo Paisa.—Volviste.
-Volvi.—sonrio Sebastian.
-¿Que te había pasado?—Dijo Arango.
-Larga historia.—Suspiro Sebastian.—Quizas después se las cuente.
-Nos alegra que volviera el Sebastian que nos agrada.—Dijo Juan. Sebastian sonrió.
-Y a mi me agrada volver a estar con mis amigos.—dijo Sebastian.
-Owns ya suficiente cursilería por parte de los hombres.—rio Ana.—Coman rápido que vamos tarde.
Estábamos desayunando rápidamente, escuchamos una voz chillona muy desagradable.
-Sebastian, que haces aqui.—era Jade.
-Jade, ellos son mis amigos, no quiero estar cerca de ti no lo entiendes, alejate de mi, ellos son con los que debo estar.—dijo Sebastian.
-No puedes hacer esto.—dijo furiosa
-Si puedo.—contesto Sebastian
-Tu sabes lo que p...—Sebastian la interrumpió.
-Lo que puede pasar, lo se, haz lo que quieras.—dijo Sebastian.
-Eres un...maldito.—dijo hecha furia y se fue.
Todos se quedaron mirando a Sebastian con curiosidad excepto Mario, Juana y yo. Juana por ayudarme a buscar la memoria sabia algo de esto, pero los demás no sabían nada.
Terminamos de desayunar y fuimos a clase, mire la hora y eran las 7:59 am, un minuto para llegar al salón rogando que el profesor no haya entrado aun al salón.
Estábamos frente a la puerta del aula, el profesor ya estaba allí, porque justo hoy se le ocurre llegar temprano. Juan toco y salio el profesor.
-Porque hasta ahora jovenes.—dijo serio
-Perdone, profesor estábamos desayunando y se nos hizo tarde.—dijo Paisa.
-No son excusas, todos ustedes a la oficina del rector.—maldito profesor.
Caminamos hasta la oficina, poniendo apodos al profesor y riéndonos de el, llegamos a la gran puerta de madera, nos hicieron pasar y el hombre que era el rector estaba allí sentado enfrente de un gran escritorio.
-Buenos días alumnos, que los trae por aquí?—dijo en tono amable pero al tiempo serio.
-Buenos dias.—respondimos todos.
-El profesor de Química nos envió aquí porque llegamos tarde.—dijo Mario
-Y a que se debe que todos ustedes lleguen retrasados a su clase?—dijo serio.
-Se nos hizo tarde desayunando.—contesto Arango.
-Ya veo, tendré que ponerles un castigo. Tantos alumnos no pueden llegar tarde auna misma clase.—pauso.—este fin de semana no podrán salir.
-Pero, señor rector...—dijo Juan.
-No les estoy preguntando, este fin de semana no saldran.—dijo firme.
-Si señor—dijimos todos rendidos.
-Pueden retirarse.—nos estábamos retirando.—Y eviten buscar problemas.—Volteamos a verlo, asentimos y salimos.
(...)
Ya era sábado solo estábamos nosotros en el internado, todos se habían ido a disfrutar su fin de semana.
Eran las 10:00 am no sabíamos que hacer estábamos tirados en el pasto aburridos observando el cielo.
-¡Me voy a morir del aburrimiento!—Exclamo Juana.
-Yo igual—la apoyo Juan.
-¿Y si vamos a montar?—propuso Arango.
-¿Hay caballos aquí?—pregunte.
-Si.—dijo Sebastian.
-Y si nos dejan montarlos?—pregunto Ana.
-Claro que si.—dijo Mario.
-Lo hubieran dicho antes, vamos.—dije emocionada.
Nos paramos todos y nos enseñaron donde quedaban los establos. Llevo casi un mes aquí y no sabia que habían caballos y mucho menos que podíamos montar, ¿que mas no conozco de este internado?.
-Llegamos.—dijo Paisa sacándome de mis pensamientos.
Quede asombrada, habían caballos muy hermosos pero uno llamo mi atención era blanco como un copo de nieve, era simplemente hermoso.
-¿Te gusta?—me susurro Sebastian en el oído.
-Es hermoso.—dije observando el hermoso caballo blanco.
KAMU SEDANG MEMBACA
El internado (Sebastian Villalobos)
Fiksi PenggemarHola mi nombre es Sofia Candamil, tengo 16 años soy de Colombia, vivo con mis padres y mis dos hermanas (Daniela y Ana). Ana es mi melliza no nos parecemos físicamente pero si en la forma de ser. En mi escuela soy una de las mejores académicamente...