El internado (Sebastian Villalobos)

Capitulo 24

MARATON 3/4

-Pensaste que algun dia nos volveriamos a encontrar?—le digo mirando a la luna.

-Si, tenia planeado al salir del internado regresar a Colombia con la esperanza de volverte a ver.—dijo y voltee a mirarlo.

-Enserio lo hubieras hecho?—digo sorprendida y nuestras miradas se unieron.

-Si.—dice mirando mis labios y acercándose a mi.

-¿Sabes?, una de las razones por las que quería quedarme en Colombia era porque tenia la esperanza de que volvieras.—digo acercandome aun mas.

-Entonces de una forma u otra nos hubiéramos encontrado—dice rozando mis labios con los suyos.

-Si —digo nerviosa. El da un leve beso en mis labios y me hace estremecer.

-Sigues Igual de hermosa—dice y da otro pequeño beso.—Igual de bella—da otro beso.—Igual de perfecta—dice y me besa.

Siento algo en mi pecho que quiere salir, empezó siendo un beso tierno, luego paso a ser mas intenso, muerdo su labio inferior y nos separamos por falta de aire. Unimos nuestras frentes y nos miramos a los ojos, Dios es tan perfecto, todo el causa emociones extrañas en mi. Sonreímos y dejo un pequeño beso en mi frente y me abrazo.

-Sofia, estas helada—dice separandose de mi.

-No es nada—dije mintiendo, estaba que me moría del frío.

-Ten—dice quitándose su chaqueta de cuero negro que traía.

-No Sebastian te dará frío.—digo apartándo la chaqueta. El la pasa por encima de mis hombros y me la pone.—Sigues siendo el mismo sobre protector.

-Y lo seguiré siendo.—dice sonriendo.

-Chicos lamento dañarles el momento pero creo que deberíamos volver ya a el apartamento es tarde y estamos lejos.—dice Ana y los demás venían tras de  ella.

Mire mi celular y ya Eran la 1:28 am  ¡Dios! se paso tan rápido el tiempo.

-Tienes razon.—dice Sebastian parándose y me ayuda a parar.

-Y si mejor nos quedamos en un hotel que hay aquí cerca?, es muy tarde y estoy un poco cansado—dice Juan.

-Si Tienes razon—dice Mario.

-Esta bien, entonces vamos—dice Sebastian.

Nos montamos a los autos como veníamos, el camino no duro mucho unos 5 minutos y Llegamos, Bajamos de los autos, Sebastian y Mario fueron a preguntar si quedaban habitaciones y no tardan mucho.

-Tenemos dos noticias—dice Mario sonriente.

-Cuales?—pregunto.

-Quedan cuatro habitaciones—dice Mario y todos sonreímos aliviados.

-Y la otra—dice Sebastian haciendo una pausa—En cada habitación solo hay una cama y solo pueden estar dos personas.

-Ehh... nosotros dormimos en.. una—dice Juan nervioso refiriéndose a el y a Arango.

-Claro no hay problema—dice Sebastian mirandolos con cara picara.

-Yo no pienso dormir con Sebastian o con Paisa en la misma cama—dice Mario haciendo un gesto gracioso y reímos

-Ni yo—dice Sebastian.

-Yo dormire con paisa—dice Ana y la miramos asombrados—¿Que? No va a pasar nada, no sean mal pensados—dice Ana riendo.

-Bueno ni modo, les toco a ustedes dormir juntos—dijo Juana y todos reimos.

-NOOO—dijeron los dos al tiempo.

-Juana duerme conmigo, ¿si? Si quieres duermo en el piso.—dice Mario tierno y Juana se sonroja.

-Esta bien.—dice Juana y yo la miro con cara de pocos amigos y ella solo me sonríe.

-Les toco—dice Ana riendo. Mire a Sebastian y me sonrie.

Sebastian entrego las llaves y cada quien busco su habitación, tres habitaciones quedaban en el segundo piso y la de Sebastian y yo en el tercero.

Entramos y había una cama matrimonial muy bonita. Me quito la chaqueta de Sebastian y el se quita sus zapatos y la camisa, quedo embobada con su abdomen, es perfecto. El se da cuenta y sonrie.

-Te gusta?—dice riendo y me pongo como un tomate.—era broma—dice sonriendo.—No Tienes calor?

-Si, pero no Tengo ropa aqui—digo lo obvio.

-Y porque no te quitas el vestido?—dice y de nuevo me vuelvo a sonrojar, no se porque lo hago ahora tan seguido. Me preguntaba ¿me lo quito o no?, el ya me ha visto en ropa interior y hasta desnuda, pero ahora que se que es Joan me da un poco de pena. Opte por quitármelo enserio hacia mucho calor.

~NARRA SEBASTIAN~

No pude evitar quedar boquiabierto al observar a Sofia quitarse su ropa.

-Voltea—dice ella cubriéndose.

-Ya te he visto así y sin...—me interrumpio

-no importa, quiero que voltees.—dijo sonrojada. Me dio risa y le hice caso voltee. La luz se apago y sentí unas manos que subieron por mi espalda y se detuvieron sobre mis hombros...

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