Capítulo cinco.

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-Te quiero ¿vale? - me dice Jorge antes de cortar la llamada - y te echo mucho de menos.

-Yo también, adiós - cuelgo y se que he sido un poco asquerosa, pero a mi las relaciones a distancia no me van. Y tras lo que me dijo Jesús ayer... ¡No soy de piedra!

Realmente los quiero, pero a cada uno de una manera diferente... Creo que Jesús tiene novia, no me extrañaría pero, no puedo hacer nada para evitar tener sentimientos hacia él.

Doy un par de vueltas en la cama a ver si por casualidad me vuelvo a dormir, pero nada. Mi teléfono suena y sin hacer mucho esfuerzo ni ver quien es descuelgo y me le llevo al oído.

-¿Sí? - contesto algo adormilada.

-¿Emily? Soy Eva, la madre de los gemelos, ¿te he despertado? - dice y la noto nerviosa.

-No, tranquila, ¿pasa algo? - pregunto y ella suelta un suspiro.

-Jesús salió anoche... Y todavía no ha vuelto, son las doce de la mañana y no le localizamos... ¿Sabes de algún lugar donde pueda estar? Por favor - me pide - se que vuestra relación no es la mejor pero... Estamos desesperados Emily.

-Ahora mismo salgo a buscarle - le digo a Eva - si le encuentro te llamo.

-Gracias Emily, muchísimas gracias - dice aliviada.

Cuelgo y me visto a la velocidad del rayo me hago una coleta mientras bajo las escaleras y aviso a Estela de que me tiene que acompañar a hacer unas cosas. En ni siquiera un minuto estamos en el coche yendo hacia las discotecas donde suele ir.

No le hemos encontrado en ningún sitio, he llamado a Eva para ver si sabían algo y nada. Joder, estoy preocupada, muy preocupada. Mi teléfono suena y no tardo ni un segundo en cogerle es Jesús.

-Emily... - susurra al otro lado de la línea.

-¿Jesus? ¿Donde estas? ¿Estas bien? - pregunto apresurada.

-Te necesito... - susurra - ven, por favor.

-Vale Jesús, pero dime donde estas - digo nerviosa.

-Nuestro lugar, no tardes por favor - pide y enseguida le indico a Estela el camino.

Llamo a Eva para que sepa donde esta y así que se relaje. Estela conduce hasta el lugar hasta que llegamos y le pido que me espere en el coche.

Me bajo temblorosa y camino sin encontrar nada, decido ir por un camino de arena que hay a la derecha donde me encuentro una botella de Ron, continuo por ahí hasta que veo a Jesús tirado al lado de un árbol y dos botellas más a su lado.

Me acerco rápidamente y me agacho hacia él.

-¡Jesus! - le llamo meneándole - ¿por qué estas aquí? ¿Te ha pasado algo?

-Eres la mejor - es lo único que me dice.

-Jesús enserio, ¿Que haces aqui? Eva esta súper preocupada, no lo vuelvas a hacer - le advierto.

-Me gusta cuando te pones mandona - dice haciendo que ponga los ojos en blanco.

-Ven - digo poniéndome de pie - vamos a llevarte a casa.

-¿Vamos? - pregunta extrañado.

-He venido con Estela - contesto y asiente.

Como puedo le ayudo a entrar en el coche, ya que va bastante borracho, le digo a Estela que luego le explico todo pero que mi padre no puede saber nada.

-Sus padres no le pueden ver asi - señalo a Jesús que duerme en la parte trasera del coche - sufrieron bastante porque siempre era así... Y mi padre tampoco le puede ver, ¿que hacemos? - le digo a Estela.

-A ver... - Piensa mientras da unos toquecitos en el volante - ya lo tengo - dice con una sonrisa - coge mi móvil y mandale un mensaje a tu padre para que vaya a las galerías rápidamente - dice - yo os dejo en el garaje y entráis en casa sin ser vistos, ya lo demás corre de tu mano - dice asiento.

-Muchas gracias Estela, enserio muchas gracias - digo y le doy un abrazo efusivo que le choca bastante al igual que a mi, pero me abraza al igual.

Cojo su móvil y hacemos lo que teníamos previsto.

También le envió un mensaje a Dani.

Dani, trae a mi casa ropa para tu hermano en cinco minutos, que tus padres no se enteren.

Guardo el móvil en mi bolsillo y miro como Jesús duerme, ¿como habrá acabado allí?

Llegamos a casa y mi padre no esta, Estela me ayuda a llevar a Jesús al baño y se va rápidamente.

-Jesús ya te duchas tu - le digo dejándole una toalla al lado de la ducha.

-Necesito tu ayuda - pide quitándose la camiseta.

-No Jesús - le digo y pone morritos - ya eres mayorcito - digo y salgo del baño cerrando la puerta.

Joder, me he puesto hasta nerviosa. El timbre suena y deduzco que es Dani, bajo y abro, es él.

-Gracias - le digo aliviada.

-¿Donde estaba? - dice enfadado.

-Luego que te lo cuente él, ¿vale? - le digo y asiente.

-Tienes el cielo ganado - dice señalandome con el dedo mientras se aleja de casa.

Sonrío y meneo la cabeza mientras cierro la puerta.

Voy hasta el baño y cerrando los ojos dejo la ropa en el mueble.

-¡Jesus! ¡Aqui te dejo la ropa! - le digo y oigo como se ríe.

-¡Puedes abrir los ojos! - grita sin parar de reír.

Niego con la cabeza y salgo de nuevo. Nuestra ducha es de mamparas y dado que es verano no hay vapor que las cubra, así que.

Decidí preparar café para que se despeje así que bajo a la cocina y preparo la cafetera.

Voy a mi habitación y hago la cama ya que al irme tan deprisa no me dio tiempo, un sonido procedente de la puerta me interrumpe.

Me giro y veo a Jesús con la toalla blanca atada a su cintura y con gotas de agua por su rostro y cuerpo, la madre de dios.

No puedo evitar repasarle bien con la mirada haciendo que él sonria y yo me ponga colorada. Se acerca a mi y los nervios aumentan, Jesús donde vas.

Leave your past behind (II) ||gemeliers||Where stories live. Discover now