Santana colgó aquella llamada que la había alterado a sobremanera. Se quedo apretando el móvil en su mano con una fuerza fruto de la rabia y decepción que sentía en esos momentos. Suspiró profundamente
Santana: JODEER!! - grito y estrelló su móvil contra la pared haciéndolo mil pedazos-.
No podía explicarse lo que sentía en esos momentos, decepción, rabia, tristeza, desesperación…demasiadas emociones juntas. Sin ni siquiera darse cuenta estaba llorando con unas lágrimas llenas de furia.
Estaba totalmente parada en el centro de la habitación que ahora compartía con su novia. Se quedo observándolo todo, su mirada estaba llena de dudas y dolor. No se lo pensó más y corrió hacia la mesita donde semanas atrás le encontró la droga a Brittany, abrió el cajón con tal fuerza que cayó al suelo. Rebusco en él pero no encontró nada. Se levanto y fue a la otra mesita, con la misma brusquedad lanzó el cajón al suelo buscando pruebas que en realidad no quería encontrar. Pero nada allí tampoco encontró nada.
Santana: Dónde estás? Dónde las esconde?! – se preguntaba a ella misma en voz alta-.
Se dirigió a una cajonera que había delante de las cama dónde se encontraba una pequeña televisión. Allí guardaban toda la ropa que usaban en las clases, Brittany tenía sus medias y maillots y Santana toda su ropa deportiva. Se tiró al suelo empezando por el cajón de abajo, saco toda la ropa en él con furia, y así con todos los cajones, tirando toda la ropa por la habitación, y sin encontrar nada.
Sentía una gran impotencia, y sus lágrimas lo evidenciaban. Le tocaba el turno al armario, lo abrió, con una fuerza que ni siquiera sabía que tenía. Cogía los pantalones colgados y miraba en todos y cada uno de los bolsillos, tampoco había nada ahí. Miro en el suelo del armario en todos los rincones. Nada, no encontraba nada.
Se llevo las manos a la cabeza, estaba desesperada, respiro un poco y de nuevo siguió. Ahora fue hacia el baño que tenían en la habitación. Abrió todos los cajones, sacando y tirando por el suelo todos los productos que se interponían en su búsqueda. Pero de nuevo no encontraba nada, estaba totalmente desesperada.
Santana: Mierda Brittany!! Porque me haces esto? Sé que tienes escondidas puedo presentirlo…-decía en voz alta todo lo que le pasaba por su cabeza-.
Dejo la habitación patas arriba, parecía que había pasado un tornado por allí. Sabía muy bien lo que buscaba, tenía el presentimiento que su novia escondía drogas de nuevo, al enterarse que no acudía a las sesiones con la psicóloga y ver lo contenta que estaba esos días, fue la primera suposición que su cabeza hizo, y estaba totalmente dispuesta a encontrar cualquier evidencia para culpar y pedir explicaciones a Brittany.
Lo registró todo, y nada, no había nada. Se sentó en la cama completamente abatida. Ya no podía más, no podía soportar más esa situación, aquello la estaba superando, se sentía muy cansada, no sabía que más hacer. Así que simplemente lloro.
Estuvo así como cinco minutos así, hasta que se dio cuenta que no había mirado en las camas. Se levantó como si su vida dependiera de ello, y miro bajo las camas. Nada. Entonces las deshizo buscando entre las sabanas, pero se encontró con el mismo resultado. Entonces aparto los colchones, aquella era la última oportunidad que tenía de encontrar algo, ya no le quedaban más lugares dónde mirar, pero para su sorpresa tampoco encontró nada allí.
Sentía como la rabia crecía por segundos en su interior. Se sentía estúpida, había ayudado en todo a Brittany, en todo lo que había podido y más y se lo pagaba así. Pues se sentía la mayor estúpida del mundo. Empezó a descargar su rabia dando patadas en los cajones que había por el suelo. Unos golpes en la puerta la hicieron parar en seco.
