Santana: Cambio de habitaciones? – dijo algo sorprendida-.
Brittany: Si!! No es genial? – decía entusiasmada-.
Quinn y Rachel, solo asentían a lo que la rubia había dicho les parecía la mejor de las ideas. Menos Santana que no parecía muy convencida, algo de lo que se dio cuenta su mejor amiga.
Quinn: Venga San! Ya se que te encanta compartir habitación conmigo – dijo de broma. Pero estoy segura que te gustara más compartirla con la bailarincita.
Santana: Primero se llama Brittany, no bailarincita y…
Quinn: - cortándola- Vale pues no le digas a mi estrellita, enana, gnomo, hobbit…
Santana: jajaja yo eso no lo voy a cambiar, y lo sabes, bueno continuo, y segundo, soy la única capaz de pensar ahora mismo?
Brittany: Yo estoy pensando – dijo sin saber muy bien de que iba aquello-.
Santana: Lo sé cielo…-dijo mirando a la rubia- Pero me refiero a que todo son problemas.
Rachel: Porque??
Santana: Primera y principal, los pisos están divididos por estilos de baile, creen que los otros bailarines no se darían cuenta de que estáis viviendo en otra habitación?
Todas se quedaron pensativas.
Santana: Y la más importante…-dirigiéndose a Brittany- Sabes que me encantaría compartir habitación contigo – ambas compartieron una sonrisa- Pero chicas! Esto es la academia de baile, os acordáis? Los profesores son duros, somos unas privilegiadas por estar estudiando aquí…y, muy a mi pesar, si estuviéramos juntas en la habitación siempre llegaríamos tarde y nos acabarían expulsando…
Brittany: Tienes razón…-dijo algo decepcionada-…
Quinn: Es cierto, la emoción del momento no me dejaba pensar bien…
Rachel: Si…
La latina noto el ambiente de desgana y desilusión, así que decidió cambiar eso.
Santana: Ei! No os pongáis así, ahora sabemos nuestros secretos así que podemos vernos cuando queramos, y cambiar de habitaciones…y hacernos visitas, será genial igualmente- dijo alegre-.
Todas sonrieron felices, la morena como siempre tenía razón.
Pasaron dos semanas, llenas de felicidad. Ya era Octubre y el frío empezaba a llegar con fuerza. Las clases seguían su curso, nada había cambiado, las profesoras seguían siendo igual de duras que siempre.
Las Faberry como las llamaba Santana, no podían ser más felices cada día juntas era el mejor que el anterior. Y Brittany y Santana, bueno estas dos creían estar viviendo un sueño, todos los días después de clases salían por la ciudad, o pasaban un buen rato en la habitación, no podían estar más de dos horas sin verse, vivían su propio cuento de hadas. La capitana de ballet seguía su falsa relación con Sam, pero siempre guardando las distancias, desde que le dio aquel beso en recepción él quería más y más, pero ella siempre encontraba cualquier escusa. No podía besar a alguien más que no fuera su latina, sentía que la engañaba…aunque en realidad el engañado era Sam.
Era viernes, y Santana y Brittany, habían quedado con los dos grupos para enseñarles una coreografía que habían montado. Tenía que ser buena porque se jugaban sus puestos en la academia, así que antes de continuar querían saber la opinión de sus compañeros.
Eran las 5 de la tarde y habían quedado en 15 minutos, ellas ya estaban allí.
Brittany: Odio cuando tenemos que estar todos juntos…-dijo la rubia algo triste-.
