-Deja la mente en blanco. -Continuó.

Eso me iba a costar, porque tenía un huracán de emociones en la cabeza y sentía que iba a explotar.

-Iris relajate, estás nerviosa. No pienses, solo respira.

-Vale.

-Déjalo fluir. Centrate en lo que necesitas y deja que surja.

Yo asentí aun con los ojos cerrados, conseguí dejar la mente clara depués de unos segundos y empecé a notar una corriente electrica que me recorría el cuerpo. Cuando abrí los ojos todo lo que vi me desconcertó, era incluso diferente de aquella vez frente al espejo, toda la imagen de la sala y las personas estaba cubierta por una capa casi transparente de color violeta, les miré a todos, podía sentirlo todo, pero a la vez no entendía nada, era como una corriente, una marea que ascendía y descendía por todo su cuerpo, no podía verlo pero estaba ahí, como una frecuencia, cada uno tenía una diferente pero la de todos era parecida, sobre todo la de Isaac y Liam, y la de Stiles se movía de otra manera a las suyas, pero aun así seguía habiendo... Belleza. Lo definiría como eso, belleza, un bien preciado. De alguna manera sentía que era algo que necesitaba.

Scott dejó caer las manos sobre la mesa y miró a Lydia y ella asintió.

-Traed el bestiario.

Noté un dolor agudo en la sien y todo se volvió borroso antes de volver a la normalidad de nuevo, estaba algo mareada. Lo que acababa de ver... simplemente no podía entenderlo y era lo que más odiaba. Mi cabeza iba a explotar y necesitaba gritar. Tenía que soltarlo todo, todo había cambiado repentina, hacía tan solo unas horas todo era normal, y ahora todo lo que pensaba parecía tener una parte incierta, sentía que todo lo que era acababa de terminar, que mi vida acababa de cambiar para siempre.

-No había visto nada así antes. -Dijo Deaton-. Que yo sepa no es nada que conozcamos. Tal vez podría ser una Banshee, pero es muy improbable. Ni Mujer Jaguar, ni Wendigo, ni Kitsune...

-Vale entonces no es nada que conozcamos. -Afirmó Stiles-. Así que es algo totalmente nuevo, vete a saber qué. ¿Qué es lo próximo? ¿Un Power Ranger?

-Yo voto que sí. -Liam levantó la mano divertido.

-Yo no se lo que es eso. -Dijo Malia confusa.

-Luego te lo explico.

-Podemos volver al mundo real por favor... Un poco de seriedad. -Pidió Kira-. ¿Qué te ocurre?

Yo me encogí de hombros negando con la cabeza.

-No se.

-Lo poco que sabemos es que sus ojos se vuelven violetas.

-Iris. ¿Te importaría dejarnos un segundo? -Dijo Scott educadamente.

Yo asentí y salí a la sala de espera, me senté en una butaca y apoyé la cabeza en la pared con los ojos cerrados, me quede con los ojos cerrados así. Estaban hablando y podía oirles perfectamente.

-Isaac se que hay más. -Decía Scott-. Y sea lo que sea puedes contarnoslo. No vamos a hacerla daño.

-¿Y ella? No sabemos que puede hacer, tal vez es ella la que nos va a hacer daño a nosotros.

Stiles tenía razón.

-Podemos confiar en ella. -Afirmó Isaac.

-Eso no lo sabemos. -Insistió Stilinski.

-Cada criatura que viene a este maldito pueblo intenta matarnos o es un lunático que intenta unirse a nosotros, a parte de Kira ella es la única que no ha intentado ninguna de las dos cosas.

-Estoy de acuerdo con Isaac. -Dijo Kira.

-Pues yo creo que debemos tener cuidado. -La voz de Malia sonaba calmada-. No sabemos lo que es.

-Y eso es lo que tenemos que averiguar. Isaac, se que Iris te importa, pero no podemos precipitarnos. Si nos cuentas todos los detalles de lo que ha ocurrido no solo nos ayudas a nosotros. También la estás ayudando a ella. -Abrí los ojos al oir lo que dijo Lydia. Ella era definitivamente la mas razonable de todos, y estaba en lo cierto de tantas maneras que mo sabría ni como empezar-. Se que piensas que de esta manera la estás protegiendo. Pero ¿De qué? Nosotros no vamos a hacerle daño.

-No la protejo de vosotros, la protejo de lo que ha estado intentando matarnos. También la protejo de si misma.

-Tienes que contarnos todo Isaac. La ayudaremos. -Insistió Scott.

Se produjo un pequeño silenco y yo comencé a jugar con mis manos nerviosa cuando Isaac comenzó a hablar.

-Estabamos besandonos cuando todo ocurrió. Podía sentir un cosquilleo entre nuestros labios, pero siempre lo sentía cuando estaba con ella así que no le di importancia. Notaba a Iris algo rara pero no la paré, de pronto las cosquillas se convirtieron en una corriente electrica, al principio no mucho, pero acabó siendo doloroso, como si fuera un cable de alta tensión. Cuando la paré me di cuenta de que sus ojos brillaban de color violeta. Poco después comenzó a sangrarme la nariz. Se que ella no lo hacía queriendo es solo que...

-¿Qué? -Preguntó Liam.

-Si ha sido capaz de provocarle todo eso a un hombre lobo no quiero imaginar lo que puede hacerle a un humano.

Pensé en ello por por primera vez, no hacía falta imaginarlo, porque ya había ocurrido, la primera noche que llegué aquí, en la fiesta. Jamie me beso, y fue lo peor que pudo haber hecho, fuí el motivo por el que estuvo inconsciente, por mi estuvo en el hospital más de una semana.

Era mi culpa, todo era por mi. Hice daño a Isaac y Jamie casi muere. Había sido yo.

Sentía que no había aire suficiente en la habitación para respirar, sentía que todas las emociones estaban ahogandome, necesitaba espacio, necesitaba salir.

Me dirigí hacia la puerta y comencé a andar lentamente por el callejón hasta la calle , con la mirada perdida.
Me giré al oir la voz de Isaac. Estaba en la puerta de la clínica. Pero no podía diferenciar su expresión, las lágrimas me cegaban.

-Iris. -Isaac se acercó corriendo y también lo hice pero hacia la carretera. No tardó en alcanzarme, me agarró y yo pataleé

-Déjame. -Grité-. Vete, aléjate de mi.

-Iris cálmate.

-Casi muere por mi culpa. -Sollocé aun intentando que me soltara.

-¿De qué hablas? Iris tienes que calmarte.

-De Jamie.

Isaac se quedó en silencio unos segundos.

-No quiero hacerte daño. No quiero hacer daño a nadie. -Continué

-Aprenderás a controlarlo.

-¿Y si nunca lo consigo?. Y si fui yo inconscientemente la que provocó los asesinatos de los dos chicos.

-Iris eso es mucho suponer tienes que calmarte.

Acumulé toda la ira, todo el dolor, toda la inseguridad, todo lo que sentía en mi puño y lo estampé contra el asfalto.

-No puedo. -Dije entre dientes.

Miré hacia abajo mi puño había abierto un pequeño socabon en el suelo. Levanté mi mano, temblorosa, mis nudillos estaban ensangrentados, pero al instante comenzaron a cerrarse, mi mano quedó intacta, tan solo manchada por la sangre pero estaba curada. Totalmente curada.

Sinners. 《Isaac Lahey》[1]Where stories live. Discover now