{1.1} Someone you really love

Start from the beginning
                                    

— Pero tú tampoco te has ido a la cama —refunfuñó ella, avanzando hasta tumbarse en la cama de su hermano y envolverse entre las mantas, pues hacía un poco de frío esa noche— ¿Qué es lo que tanto haces aquí encerrado?

— No te importa.

— Vamos Dames, dime, dime, ¡Dime! —comenzó la pequeña con una sonrisa encantadora, Damon la miró de reojo y odió en el momento el hecho de tener que compartir genes con Jessica, la niña tenía su sonrisa, compartían esa preciosa sonrisa que convence a todo el mundo y sí, también funcionaba entre ellos mismos, y eso le apestaba.

— Intento... hacer una canción —soltó frustrado, no tenía idea cómo hacer una, cómo inventar algo para atraer a Graham y comenzar otra vez.

— ¿Y por qué? —Damon se mordió el interior de la mejilla, intentando no ser sincero con ella pero Dios, desde que había aprendido hablar jamás había podido mentirle a Jess. Tenía doce años y había aprendido a mentirles magistralmente a sus padres pero no a su hermana menor. Otra cosa que le apestaba.

Pero esta vez no era mentir el problema, era que ni el mismo sabía bien la respuesta. ¿Por qué? ¿Por qué estaba tan obstinado en conseguir comenzar de nuevo con ese niño? ¿Por qué quería comenzar de nuevo solo para oírlo hablar, reír, pasar el rato con él, olvidar a los bravucones, imaginar un futuro a su lado, con su amistad? ¿Por qué?

Damon, te gusta ese niño, pensó, No, no me gusta, no soy..., yo no... Suspiró, ¿No se supone que a los chicos les gustan las chicas y eso? Se preguntó, mentalmente confundido, un niño de doce no se cuestiona ciertas cosas, un niño de doce no sabe qué está bien y qué está mal socialmente pero la mayoría de las películas tontas de su hermana y hasta la relación de sus padres y la de sus amigos le indicaban que lo correcto es que un chico gustara de una chica. No de otro chico.

Por otro lado, su propia madre una vez les había dicho a él y a Jess que "no importa la persona, la clave es que siempre tiene que ser alguien a quien realmente ames" y ya, y nada sería incorrecto. Parecía tan simple y entretenido pero ahora era... algo más para Damon, es decir, debía admitir que todo el asunto era algo nuevo, era la primera vez en su corta vida que se empeñaba en algo con tantas fuerzas, y Graham tenía la culpa de todo ese mérito, por algún motivo Graham se había colado en su vida y era el culpable de un par de cosas aún sin siquiera saberlo.

Era... extraño.

Y por eso debía conocerlo, ser su amigo, hablarle, poder algún día... años después, contarle entre risas el calvario por el que estaba viviendo esos días sin encontrar un plan para conocerlo.

— Por un chico —murmuró y se despegó del papel que escribía, un par de garabateos que intentaba hacer parecer una gran obra maestra de un gran músico que sabe lo que hace, pero la realidad era que era solo un niño y esa idea estaba siendo un poco ridícula. Graham y él al parecer jamás se unirían a través de la música, quizás tenía que empezar a pensar en otra cosa.

— ¿Quieres hacerle una canción a un niño? ¿Te gusta? Oh, Dames, cuéntame, ¿Lo conozco?

Bueno, estaba seguro de que Jess lo había visto por ahí pero no quería darle la identidad de Graham tan pronto, era demasiado pronto, era como construir castillos en el aire.

Además NO le gustaba Graham.

— No, no, no, es solo que... bueno —suspiró— Verás, fui grosero con él y me siento muy mal por eso, y no es una canción PARA él, Jess, es... es como un señuelo, ya sabes, para que podamos volver a hablar y... ya sabes.

— Oh, ¿Por qué te importa tanto?

— ¡Porque fui grosero!

— Pues discúlpate, acércate, ya sabes, con tus pies, y le dices "lo siento", es una excelente forma de comenzar una conversación sin tener que incomodarse —razonó la pequeña con un tono bastante odioso, según su hermano, quien le envió una mirada de muerte y luego comenzó a boquear, intentando ganar una discusión ya perdida.

— ¡No! Yo... yo...

— Te gusta.

— ¡Jessica! —Damon se acercó y se sentó en la cama, a su lado, ocultando su pequeño rostro de niño entre sus rodillas, intentando no dejar que su hermana supiera que se estaba sonrojando pero la suspicaz chica ya se había dado por enterada.

— Damon, eso es lindo —opinó sentándose para poder acariciarle la cabeza a su hermano mayor— Anda, dime quien es.

— No intentes persuadirme, y no es lindo, todo esto es... Jess es... es un chico, por dios, no seas tonta, eso sería... raro.

La niña continuó acariciándole el cabello, no quiso seguir molestándolo, pero sabía que cuando tartamudeaba en realidad estaba en problemas, pues Damon jamás se ponía tan nervioso por nada y ahora estaba actuando como si todo eso del chico desconocido fuera un plan maestro para convertirse en presidente del mundo, algo aparentemente enorme pero en realidad tan pequeño.

Deseó poder ayudarlo a pensar de otro modo, como chica, aunque tuviera 11 años, sabía bastante, y una de las primeras cosas que supo fue que nada es incorrecto en el amor, incluso eso de los géneros que, por supuesto, no mostraban en las películas.

Dios, se sintió como cupido, sonrió como idiota durante unos segundos antes de reaccionar.

— Mamá siempre dice que no importa quien sea, lo importante es lo que sientes —sí, Damon también había recordado aquello anteriormente— Mamá no nos miente ¿Verdad?

Damon negó.

— Y yo, Jessica Albarn, te juro a ti, Damon Albarn —Damon comenzó a reír entre dientes, intentando silenciarse por si sus padres escuchaban, ya que si eso ocurría ambos estarían en problemas, pero el acento que le ponía Jessica a su discurso era tan divertido— Que voy a conocer a ese chico, y que te irá bien con esa canción de amoooor, sí, te lo juro, continua, trabaja en ella y hazla muy bella para que te perdone por ser tan odioso.

Besó su frente.

— Te adoro, hermano —sonrió con inocencia y saltó de la cama para ir hacia la puerta.

— ¡Jessica! —protestó su hermano mayor, rascándose la cabeza. Jessica se volteó y le guiñó un ojo antes de largarse corriendo a su cuarto con una sonrisa satisfecha en el rostro.


SingWhere stories live. Discover now