-Aquí tienes. -dijo una señorita colocando las pizzas sobre la mesa. Acto seguido, colocó nuestras bebidas.
-Muchas gracias. -sonreí.
-Gracias. -dijo él.
Cogí mis cubiertos y corté un pedazo. Él la cogió con la mano y mordió, con hambre. Me hizo bastante gracia, pero me retuve. Estaba todo manchado de kétchup, parecía un niño pequeño. Me miró.
-¿De qué te ríes?
-De nada. -negué intentado aguantar mi risa. Él me miraba divertido.
-Tonta. -rió. Pinchazo.
-¿Qué? -nada negó y volvió a mirarme.
-¿Estás mejor?
-Si, gracias. -asentí
Después de terminar nuestra comida, Franco pidió la cuenta.
-Yo pagaré.
-Yo no pensaba hacerlo, me sacaste a rastras de allí. -volvió a mirarme divertid.
-Vamos.
Nos levantamos de la mesa y salimos de allí. Me dí cuenta que tenía un pequeño coletero en mi muñeca, elevé mi cabello y lo rodeé consiguiendo un perfecto moño alto. Franco comenzó a caminar rápido y entró por una gran puerta de cristal. Volteó.
-¿Qué pasa? -me observó con un rostro confuso. -Vamos.
-¿Qué es esto? -pregunté con el ceño fruncido.
-La empresa de mi padre.
-¿Y qué hago yo aquí?
-Por algo vinimos no? -elevó una ceja.
-Pero...
No me dejó terminar la frase, se acercó y tiró de mi brazo, logré zafarme de su agarre y susurré un 'Args'. Aquel sitió era enorme, Franco se acercó a una especie de recepción, la señorita le sonreía y le entregó una tarjeta mientras yo observaba confusa aquel lugar tan grande. Habían muchas cámaras de fotos por todas partes y modelos muy bonitas en cuadros enormes. Me quedé observando a una de las chicas. Lo que yo daría por lucir linda. A veces, me gustaría saber cómo la gente me ve, como se ven mis gestos, mi físico hasta mi manera hasta mi manera de hablar. ¿Nunca has sentido esas ganas de transportarte a otra persona para poder verte a ti misma?
-Vamos Torres. -volvió a tirar de mi.
-¿Vas a dejar de hacer eso?
-¿El qué?
-De tirar de mí, no soy ningún animal.
-¿No?
Volvió a carcajear, como la primera vez. Ese '¿No?' Llevaba una gran indirecta. desapareció el Franco que había permanecido conmigo la última media hora y dio paso al verdadero Franco. Lo observé con furia y él sonrió arrogante, me quedé observándolo unos segundos luego, di media vuelta. Bajé las escaleras que apenas habíamos subido.
-¿Se puede saber a dónde vas? -bajó las escaleras siguiéndome. El taconeo de mis botas hizo que la recepcionista mirara hacía arriba.
-Adiós. -dije a paso ligero. Volvió a tirar de mi brazo, esta vez bruscamente haciéndome voltear.
-¿a dónde te crees vas? -me preguntó con una ceja elevada. -Ya estamos aquí, ahora no te vas a ir.
-¿Por qué? ¿Porque tú lo dices? -elevé una ceja.
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Desafió al Corazón [FRANGELA]
RomanceFranco Masini, el chico más popular y mujeriego de la Universidad, lo que nadie podria imaginar es que se fijaria en una chica en particular, en una chica que llego siendo su nada y se fue convirtiendo en su todo. Ángela Torres, todo lo contrario a...