Capítulo 55

7K 452 12
                                    

Nora.

La madre de Christian llamó al resto de la familia y en seguida bajaron todos. Habían tres chicas y un hombre, supuse que era el padre de Christian. Me aparté un poco. El porche de la casa era grande así que me puse en una de las esquinas mientras sonreía al ver feliz a Christian. Él estaba muy feliz y podía notarlo a kilómetros. Para mí aquel fue un momento incómodo. Christian debería disfrutar de su llegada con su familia, yo sobraba. Decidí ir a casa de mi mejor amiga. Tenía muchas ganas de verla y estaba segura de que ella también quería verme. Bajé del porche intentando no hacer ruido mientras ellos se daban un abrazo. Anduve apenas una calle. No sabía dónde me encontraba. Tenía hambre y frío. Era invierno y yo vestía un vestido. Los pies me dolían de los tacones. Crucé la calle y miré a mi alrededor, intentando orientarme.

Christian.

Estuve unos minutos hablando con mi familia. Estaba realmente contento de verlos. Mis hermanas habían crecido mucho en esos tres años. Todos lloraban de felicidad al verme, incluso mi padre. No paraban de darme besos y abrazarme diciéndome lo mucho que se alegraban de verme.

- Christian, eres todo un hombre ya. Cómo ha crecido mi niño. Debes tener mucho frío. ¿Estás cansado? ¿Tienes hambre? Pasa, cariño. Te prepararé una comida deliciosa. Tu habitación sigue igual que siempre. La he limpiado pero no he tocado nada. Vamos, entrad todos. - Dijo mi madre sonriendo. Entraron todos menos yo. Mis hermanas me miraban confusas al igual que mis padres. - Vamos, Christian, ¿por qué no entras?

- Nora, ¿ha entrado ya? - Pregunté preocupado.

- ¿La chica que trajo el policía? - Preguntó mi madre y yo asentí. - No, no ha entrado.

- ¿¡Qué!? ¿Dónde está? - Dije alterado mientras miraba a mí alrededor.

- Pero si estaba aquí hace unos momentos...

- ¿Quién es Nora? - Preguntó Dayanne, mi hermana mayor.

- Ella es... fue mi compañera en el secuestro. Nos escapamos juntos. ¡Nora! ¿¡Dónde estás!? Papá, ¡Llama a la policía! - Grité nervioso.

- Hijo, tranquilízate. Seguro que está cerca. A lo mejor fue a su casa. - Dijo mi padre.

- ¡No! Su familia no está. ¡Vamos a buscarla! - Contesté empezando a caminar por la calle. Todos asintieron y vinieron detrás de mí. Grité su nombre mientras caminaba por la calle buscándola.

SecuestradaWhere stories live. Discover now