Capitulo 32

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Nos subimos al auto estacionado en una esquina, era un auto realmente hermoso. Un toyota corolla gris, nos pusimos los cinturones, Lauren colocó música de su celular y empezamos viaje.

-Ahora que ya arrancamos, vas a decirme donde vamos?

-Camilita por favor, no empieces que mientras más preguntas menos te voy a decir.

El viaje fue bastante largo, estábamos a mitad de camino y Lauren decidió que era momento de descansar, habían pasado alrededor de unas 8 horas y ella se sentía cansada, buscamos un motel para quedarnos y mañana poder seguir.

-Entonces, como te sentís? – Me dijo mientras caminábamos abrazadas hacia la habitación.

-Genial, fue divertido cantar tanto en el auto y jugar al veo-veo. – Reí.

-Mañana ya estaremos. Hay que descansar bien ahora y mañana arrancar temprano.

-Lauren de verdad confio que no me estás llevando hacia una red de trata de personas o algo así.

-Confias bien, jamas te haría daño naricita. – Tocó mi nariz con su dedo índice y abrió la puerta para que podamos entrar.

El lugar era un pueblo pequeño y el motel no era justamente un hotel de cinco estrellas, pero me conformaba con un lugar limpio para poder dormir y bañarme sin pasar frío ni calor.

-Laur? – Dije una vez que deje mi pequeño bolso en una de las sillas dentro de la habitación.

-Sí? – Apareció su cabeza por la puerta del baño, donde ella estaba cepillando sus dientes.

-Tengo hambre.

-También yo, podemos ir a un lugar de comida rápida que vi cerca de acá.– Sonrió y desapareció otra vez.

Yo solo sonreí y espere mi turno de ingresar al baño para después poder ir a buscar comida.

Caminamos dos cuadras y encontramos un lugar, con ventanales grandes,color gris por fuera con un gran cartel rojo que decía "LAS HAMBURGUESAS DEL TÍO JOE". Adentro era parecido a los lugares de comida de los 70's. 

-Buenas noches, pueden ser dos hamburguesas con papas fritas? – Dijo Lauren cuando llegamos al mostrador.

-Como no, para llevar o para comer acá? – Dijo un señor grande con bigote.

-Para llevar por favor. 

 -En seguida están, ahora las llamaremos. - El señor desapareció por unas puertas grises que dirigian a, supongo, la cocina.

Nos sentamos en uno de los asientos cerca del mostrador, solo habían 5 personas comiendo ahí.

-Solo un par de horas más y vamos a llegar linda. – Dijo Lauren mientras jugaba con mis dedos encima de la mesa.

Mi compañera de habitación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora