Capítulo 11

1K 65 0
                                    

                       ~Katniss~

Los cristales de los edificios empiezan a ceder. Todo se balancea sobre la superficie, y cada vez más fuerte.

A lo lejos un edificio se parte por la mitad y cae a tierra generando una enorme nube de polvo. El ruido es muy molesto.

Todos corren hacia una plaza que hay a la derecha. Es entonces cuando el edificio que hay a mi izquierda emite un sonido semejante al de la cáscara de un huevo rompiéndose y comienza a inclinarse hacia mí.

Empiezo a correr pero me caigo porque la tierra se tambalea demasiado. El edificio choca contra otro edificio que está enfrente formando una especia de triángulo. 

Trozos de cristal de las ventanas vuelan por los aires.

Pongo los brazos encima de la cabeza pero aun así no logro evitar tres pequeños cortes.

El edificio de la derecha se parte por el medio y el triángulo se deshace.
Corro en dirección opuesta a dónde se han ido los demás y caigo de nuevo cuando el edificio partido estalla contra tierra haciendo que el otro caiga encima.

El desgarrante sonido hace que mi cabeza se desoriente.

La Arena deja de tambalearse y se queda unos segundos quieta.
Justo después el suelo, los edificios y todo lo que me rodea empieza a inclinarse.

Corro con cuidado para no caer.
Los escombros que formaban el triángulo empiezan a deslizarse hacia mí por la pendiente, e intento evitarlos  como puedo.
Primero son solo piedrecitas y rocas. Luego son vigas enormes.

La Arena sigue inclinándose más y más.

Si esto no para, en escasos minutos estaremos inclinados a 90º.

Pero no es así.
Deja de inclinarse enseguida y comienza a inclinarse hacia el otro lado. Caigo rendida a tierra y comienzo a vomitar mientras toda la arena se mueve. Ahora los escombros y las piedras caen hacia el otro lado. Yo me agarro fuertemente al asfalto de tierra para no deslizarme. De nuevo vomito y la inclinación cambia de lado.
Un edificio cerca de mí se parte y cae.

Mi cabeza ahora mismo necesita descansar. Me sube más bilis por la garganta y no sé de dónde me saco tanto para vomitar.

Abro los ojos y veo que la Arena está quieta y recta.

Me levanto y me limpio con la manga del traje un poco de vómito de la comisura de los labios.

Estoy temblando y mi boca pide a gritos un trago de agua.

Empiezo a andar hacia los escombros del triángulo para ir hacia dónde habían ido los demás. Pero de repente aparecen dos tigres mutados.

Gruñen un poco antes de empezar a correr hacia mí.
Me detengo un segundo, pero me doy cuenta de que es imposible hacerlo, están demasiado cerca como para sacar una flecha -dos veces-, colocarla -dos veces- y acertar -dos veces-.

Así que empiezo a correr muy rápido. Bueno, tampoco muy rápido: todo lo que mi cuerpo me permite. El problema es que estoy bastante mareada por lo que acaba de pasar y veo un poco borroso.

Los dos tigres me persiguen a toda prisa dando saltos.
La bilis amenaza con subir de nuevo pero trago saliva y se me pasa.

Otro tigre gira la esquina de la calle a dónde me dirijo.
Estoy acorralada: un tigre delante y dos detrás.

Sin pararme a pensarlo ni parar de correr hacia delante, saco una flecha del carcaj y la coloco como puedo en el arco. Me detengo en seco y la disparo hacia el tigre de delante.
Acierto en la cabeza y sigo corriendo.

Miro atrás, los dos tigres me han ganado terreno. Cuando estoy a punto de pasar junto al tigre muerto, me preparo para recoger la flecha. Lo hago y la coloco en el arco.

No me sorprende que no esté manchada de sangre. Seguramente esos animales son mecánicos por dentro. Como los mirajos.
Sigo avanzando todo lo rápido  que puedo con el arco preparado para disparar.

Me paro en seco, me doy la vuelta y me preparo para disparar, pero los dos tigres se han parado en seco y están dando la vuelta.

Comienzan a correr dando saltos por dónde han venido.

Me giro. Los edificios ya han acabado y la carretera también. No hay nada más.

Es entonces cuando me doy cuenta de que estoy a escasos pasos del campo de fuerza con forma de cúpula que rodea la arena.

ESCOMBROS - Los Juegos Del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora