Capítulo 4

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Peeta entra en casa con bolsas de la compra del supermercado a las que miro inmediatamente con decepción.

-Se me había olvidado decirte que hoy iría a cazar. No importa.

-Oh, Vale, entonces pongo la compra en la nevera y ya para mañana...

-Sí -contesto.

Peeta abre la nevera y mete la compra. Cuando termina me mira.

-¿Te pasa algo Katniss?

Seguramente me lo pregunta por la cara que tengo. Estoy muy cansada por que me he levantado pronto, he echo mucha faena en casa de Sae, he ido a cazar, y me acabo de enterar de una cosa que me desconcierta un poco.

-Peeta... ¿sabes que la presidenta Paylor va a dimitir para ceder su presidencia a Plutarch?

-¿Plutarch Heavensbee? -me pregunta extrañado. Normal que lo esté.

Buttercup sube de un salto al sofá y se acomoda a mi lado.
Es el primer acto de esfuerzo que le he visto hacer en mucho tiempo.

-¿A qué otro Plutarch conoces? -le pregunto haciendo una sonrisa torcida-, han salido él y Paylor en el programa de Marston.

-Ajá -asiente Peeta.

-¿Ajá? Vamos a tener que ir a esa estúpida ceremonia -digo y Buttercup hace su extraño bufido.

-No veo el problema -dice levantando los hombros.

-Déjalo... El problema es que vamos a tener que ir al Capitolio -tengo la costumbre de llamar a los sitios de Panem como se llamaban antes-, a la Ciudad Central -corrijo.

-Katniss -dice Peeta con cara preocupada. Se acerca al sofá y se sienta a mi lado-, tienes que superarlo ya -ahora me pone su cálida mano rodeándome el cuello.

Me acerco para besarle cuando de repente suena el timbre.
Me dispongo a levantarme cuando Peeta me pone una mano en la pierna para detenerme y levantarse él.

-¡Papi! -gritan nuestros dos hijos cuando Peeta les abre la puerta, y (como siempre) entran corriendo.

A veces me da la sensación de que a "Mami" no la quieren tanto como a "Papi"

<<Son solo imaginaciones tuyas>> -me dijo Peeta cuando se lo comenté hace tiempo.

Y así es, son solo imaginaciones mías, porque enseguida vienen a abrazarme los dos.

Lucía se retira un segundo y recoge algo del suelo: mi arco y mis flechas.

-Katniss, que te tengo dicho sobre dejar las cosas por ahí tiradas -dice ella imitándome.

-Bueno, adiós chicos -dice una voz familiar que sale de la puerta. ¡Ah! Es Finnick.

-Adiós -nos despedimos Peeta y yo a la vez.

Recojo el arco y mis flechas y los subo a mi habitación.
Aún conservo el arco "con vida" y las flechas que Beetee me hizo para ser el Sinsajo; las incendiarias (las amarillas), las explosivas (las rojas) y las normales que son las que uso para cazar.

-¿Qué os parece si mañana nos vamos al lago de Picnic? -escucho decir a Peeta que está haciendo la comida abajo.

-Sí -gritan los niños alegremente. Los escucho canturrear <<¡Picnic!, ¡Picnic!>> desde el cuarto de baño.
Estoy relajada en la bañera, con el agua caliente cubriéndome el cuerpo.

El agradable olor a perfume entra por mis fosas nasales y me quedo completamente dormida con la cabeza apoyada en una toalla.

***

Noto los labios de Peeta en la mejilla despertándome de mi siesta acuífera.

-Katniss la comida ya está en la mesa.

Me seco y me visto. Bajo a la mesa y comemos una deliciosa carne de ciervo que he cazado hoy.
Peeta es un gran cocinero.
De postre ha echo unas natillas con galleta muy ricas.

Peeta enciende la tele y pone el canal: "Últimas noticias".

-Claudius Templesmith ha cumplido sus diez años de condena -empieza la voz que da las noticias.

En la pantalla aparece un hombre que sale de la Cárcel (que está en el Distrito 9), debe de ser Claudius. Creo que nunca he visto su cara, sólo he oído su voz dos veces en la Arena. <<Damas y Caballeros, ¡que empiecen Los Septuagésimo Cuartos Juegos Del Hambre!>> y <<Damas y Caballeros, ¡que empiecen Los Septuagésimo Quintos Juegos Del Hambre!>>.

-Ha sido liberado de la cárcel esta misma mañana -continúa la voz de las noticias-, después de tanto tiempo por su presunta participación en la realización de Los Juegos Del Hambre como presentador de tales.

-¿Qué son Los Juegos del...? -pregunta Gabriel, pero yo interrumpo de inmediato.

-Bueno... ¿Qué queréis que prepare para el picnic de mañana?

-Mami ¿cómo se juega a ese juego? -me pregunta Gabriel pasando de mi pregunta-, ¿Me pueden meter en la cárcel por jugar a un juego como el escondite?

-¿Os parece bien unos sandwiches? -digo irritada.

-¡Mami! ¡Contesta!

-¡GABRIEL, YA! -digo dando una palmada en la mesa-. Ese tema se acabó. Lo comprenderás cuando seas mayor.

Lucía está callada. Ella tiene tres años más que Gabriel y en el colegio ya le han enseñado qué eran Los Juegos Del Hambre, por eso sabe que no debe de hablar de ello. Y menos con Gabriel delante que aún es pequeño.

-Lo siento cariño -le digo. Me levanto con mi plato para llevarlo a la cocina.
La noticia de Claudius desaparece y se ponen a hablar del tiempo.

En cierto modo no estoy del todo de acuerdo con que personas como Claudius, Caesar Flikerman, todo el grupo de diseñadores y diseñadoras ( si Cinna estuviese vivo él estaría también en esta lista), Effie Trinket, etc... Hallan tenido que cumplir condena, por que al fin y al cabo ellos tampoco tienen culpa de nada. Ellos no eligieron trabajar de lo que trabajaban. ¿Qué remedio les quedaba?, ¿acabar de avox?
Toda la culpa es de Snow.
Toda la culpa.

Por suerte, Effie cumplió sólo un año de condena. Y las personas que formaban mi grupo de preparación (Octavia, Venia...) entre seis y ocho meses.
Cuando después de la guerra se hicieron todos los juicios, también llevaron a Haymitch al juzgado, lo que me pareció una injusticia, pero no importó al final. No se le culpó de nada. Ganar los Juegos y dar consejos a Tributos de tu mismo Distrito sobre cómo sobrevivir a ellos no debió de ser un delito.

***

Termina el telediario y aparece el símbolo de Panem -el Sinsajo- que en la televisión se prende, se estira y suena el himno de cuatro notas.

Plutarch aparece en la tele sentado frente a la cámara y dice con voz poderosa: -Como hay muchas personas que trabajaron con implicación en Los Juegos, para el Capitolio, que deben de ser sentenciadas a muerte, he llegado a la conclusión (junto con el resto del consejo), de que lo mejor que podemos hacer, es organizarles una muerte como se merecen.

-Damas y Caballeros -dice después de una pausa y continúa con voz seductora-, ¡demos la bienvenida a los próximos Septuagésimo Séptimos Juegos Del Hambre!

ESCOMBROS - Los Juegos Del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora