BAD GIRL, GOOD LIPS. (Editando)

Epílogo.

Bueno, aquí el epílogo, por fin.
Decidí hacer dos pequeños momentos de la relación #MissCott o como sea que uds lo llamen. Comenzaré, obviamente, con la escena de su primera vez teniendo sexo. Tenia que colocarlo, si o si.

Aquí va.

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Un mes de la relación, primera vez teniendo sexo.

—Hola! —saludo con notoria emoción a Scott cuando abre la puerta de su casa.

El me da una de las sonrisas que me tiene enamorada.

—Hola, preciosa. —saluda el, y se acerca a mi dándome un beso. El abre la puerta, dejándome entrar a su casa. Su padres estan en la sala vestidos muy elegantes.

—Hola, Sr y Sra Sullivan. —los saludo. —Se ven muy elegantes.

Ambos sonríen.

—Hola, Missy. —dicen ambos al mismo tiempo.

—Espero no voten la casa por la ventana mientras no estamos. —esta vez habla la mamá de Scott. —Me alegra tanto que por fin estén juntos.

Este último comentario me hace sonrojar un poco.

—Cuidense mucho. —dice el padre de Scott. Ambos se despiden y salen a donde sea que vayan tan elegantes.

Scott y yo nos miramos sonriendo y caminamos a la cocina.

—¿Vemos una película? —pregunta el.

—Me parece bien. —respondo.

El saca un paquete de palomitas de un estante y lo mete en el microondas.

Ha pasado un mes ya desde que Scott y yo empezamos una relación amorosa. Las cosas no han cambiado, creo que la única diferencia de antes y ahora, es que ahora nos besamos cuando queramos, pero todo sigue siendo lo mismo. No ha cambiado nada, y eso me hace feliz.

Debo decir que jamás pensé que podríamos llegar hasta acá. Luego de que Scott no fuera a la universidad, perdió el cupo, pero decidió estudiar en una universidad de acá, una de las mejores claramente. Yo pude ganarme una beca, y nuestras universidades están a solo treinta minutos.

Así que puedo decir que todo está bien.

Excepto por una cosa. Como sabrán, soy una chica muy hormonal, y Scott sabe como calentar y liberar mis hormonas, pero a el se le ocurrió esperar un tiempo para poder hacer algo, y con eso me refiero a tener sexo. Estoy muy segura de que Scott tiene tantas ganas como tengo yo, porque vamos, es Scott. El no aguantará mucho.

—¿Vemos la película en mi cuarto, preciosa? —pregunta el.

Lo miro alzando una ceja.

—¿Quieres arriesgarte a estar los dos en un cuarto? —bromeó.

El ríe.

—Veamos que pasa. —dice el.

Lo miro sonriendo y me encojo de hombros.

El agarra las palomitas y las echa en un tazón, saca dos bebidas de la nevera y subimos a su cuarto.

Cuando llegamos al cuarto, ambos nos sentamos en la cama, con las palomitas en sus piernas y un brazo rodeandome, me acomodo en el abrazo para sentirme más cómoda.