BAD GIRL, GOOD LIPS. (Editando)

Capitulo 27.

—Ya es tarde, Suzanne. —vuelve a repetir mi mamá. Ruedo los ojos y la ignoro. Sigo buscando mi bota, solo he encontrado una. Tengo todos mis zapatos completos, pero hoy quiero ponerme esos y uno se perdió.

¿Por qué siempre se me pierde uno?

Alzo mi vista y me encuentro con la bota, burlándose de mi. Doy saltos para poder alcanzarla, pero esta muy alta. Volteo para ver a mi mamá cruzada de brazos, con señas de pido que me ayude. En un abrir y cerrar de ojos, la bota esta en mi mano. Rápidamente me la pongo y bajo corriendo, Scott esta esperándome.

—Hola, bebe. -saludo a Scott con un beso en la mejilla. Lo halo del brazo para salir rápidamente. El me frena.

—Antes de entrar al auto, debo decirte algo.

Lo miro asustada.

—¿Estas bien? —le pregunto examinándolo.

Scott hace una mueca, abre la boca para hablar, pero una voz lo interrumpe.

—¡¿Scott?! Se hace tarde.

Oh no, maldita sea. No ella. No otra vez.

Volteo, y mis sospechas son confirmadas. Amanda, la cita de ayer esta sentada en el auto de Scott, en la silla del copiloto, en mi lugar.

Cuento hasta diez mentalmente para no gritarle y bajarla de los pelos.

—Amanda ira con nosotros. —susurra Scott. Lo miro y le doy la sonrisa mas falsa del día.

—No hay problema.

Camino y siento a Scott caminar detrás de mi. Cuando llego le doy una sonrisa y un saludo con la mano a Amanda.

El camino a la escuela fue una total porquería, Amanda y Scott no paraban de hablar de algo que paso en su cita de ayer, cosa que no me intereso en absoluto. Fui ignorada por mi mejor amigo en todo el camino, y lo peor, estuve sentada en la parte de atrás. Mi lugar es adelante y esta chica desconocida me lo quito.

Lo peor de lo peor, ese maldito sentimiento extraño, que no tengo ni la mas mínima idea de que es. Quería alejar mil metros a esa chica de Scott, donde no puedan mirarse a los ojos o reírse como enamorados. El solo puede hacer eso conmigo.

Es mi mejor amigo no el de ella.

Cuando llegamos a la escuela, salí del auto sin despedirme de nadie. Estaba tan enojada que podía decir algo de lo que después de arrepentiría.

Ahora estoy en la primera clase, que esta punto de terminar, con el sexy profesor de inglés.

La campana suena. Todos salen rápidamente, yo me quedo en la silla. El profesor me ha dicho que me quedara, que tenía que decirme algo. Seguramente me regañara por mi mala conducta de ayer.

El profesor empieza a acomodar unos papeles en su escritorio. Ignorando mi presencia.

Me sueno la garganta para poder captar su atención.

—¡Suzanne! —exclama cuando me ve. —Lo siento, son muchos exámenes que revisar.

Le doy una sonrisa.

—No hay problema, seamos rápido. —sugerí acercándome mas a el.

El profesor ríe por lo bajo y se sienta en la mesa de su escritorio.

—Bien, ya sabrás de que te quiero hablar. —asiento en respuesta. —Tu conducta de ayer no fue muy buena, y hubo muchas quejas al respecto.

Hago una mueca, Dios, ¿jamás han amanecido de mal humor por aquí?