Capítulo 28.

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Halo la sabana, haciendo que me arrope el cuerpo entero. La alarma acaba de sonar.

No quiero levantarme.

Cierro los ojos e ignoro la alarma. No me haría daño no ir un día a la escuela. Seria genial no ver como Scott anda con Amada todo el tiempo.

La alarma vuelve a sonar.

—¡Missy! ¡Ya levántate! -escucho gritar a mi mamá. Suelto un gruñido. ¿Por qué me odias tanto, mamá? -¡Missy! -vuelve a llamar en un viejo.

-¡Ya voy! -grito. Con pesadez me deshago de las sabanas y me levanto de un salto.

Levántate con positivismo por primera vez en tu muy mísera pero buena vida, Suzanne.

Me meto a la ducha y trato de relajarme un poco.

Cuando salgo me siento un poco mejor, y en unos minutos estoy lista para irme.

Agarro mi celular y mi mochila y bajo corriendo a comer. Voy tarde y lo más probable es que Scott este abajo esperándome.

-¡Desayuno rápido, voy tarde! -digo cuando entro a la cocina. Mi mamá me hace un sándwich a la velocidad de un rayo. Mientras como, me aseguro de que Scott haya llegado. Se me hace un poco raro que no esté aquí, si a esta hora el ya está listo.

Termino de comer y apurada salgo de mi casa. Mi celular suena y es un mensaje de Scott.

Preciosa, no podré ir a buscarte hoy, iré por Amanda y no me da tiempo.

Con enojo aprieto el celular en mi mano. Scott no me puede hacer esto. No con esa estúpida.

Suelto un gruñido fuerte. Por suerte la parada del bus esta cerca. Me tocara ir en bus. Odio ir en bus, me da mareo y ganas de vomitar.

Doy grandes pasos, maldiciendo a Amanda y a Scott en el camino. ¿Cómo puede ser posible que Scott haya preferido ir a buscar a Amanda en vez de a mi, su única mejor amiga en el mundo? Eso no esta bien.

Y me enoja mucho. El no puede quererla a ella, en vez de a mi.

Casi llegando a la parada el bus llega, así que con todas las fuerzas corro hacia el antes de que se vaya.

Mis piernas duelen en cada paso. Cabe aclarar que no soy para nada atlética. Cuando estoy apunto de llegar, el bus arranca y me deja. Dejando tras el una gran nube de humo que me hace toser.

¡Genial! El bus no vuelve a pasar dentro de media hora, lo cual significa que me toca irme caminando. ¡Gracias, Scott! ¡Te lo agradezco!

Soy la peor consejera del mundo.

Debes tener algo más serio. ¿En que mundo se me ocurrió eso? Que estúpida.

Empiezo a caminar más rápido, lo más probable es que llegue tarde a la primera clase. No puedo seguir jodiendo mis notas así.

Empiezo a correr. Si no llego ahora, tendré que pasar la tarde con Sra Matsuo dándome un sermón.

Cuando estoy por cruzar la calle, un coche se aproxima y antes de que pueda detenerme, este impacta contra mi, haciendo que caiga unos metros en el piso. Escucho los gritos de la gente cuando chocó contra el piso, y millones de carros frenar para no arrastrarme.

Esto era justo lo que me faltaba.

Intento levantarme del piso, pero un dolor en la espalda y piernas me hacen retroceder. Joder.

-¡Dios mio! ¡Lo siento tanto! ¡No te vi venir! -dice una señora que se acerca a mi. Quien supongo es quien me ha hecho esto.

-Señora será mejor que se calme. -le habla un señor que se acaba de acercar. -¿Cómo se siente, niña?

BAD GIRL, GOOD LIPS. (Editando)Where stories live. Discover now