Capítulo 3.

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Suelto un gran suspiro y cierro la puertas detrás de mi, ahora a  esperar a Scott.

Scott siempre dice una hora, pero siempre llega a otra. Se pasa la mayor parte del tiempo arreglandose para lucir "sexy" para no perder el prestigio que se le ha ortogado en la escuela, así que, ser el chico popular tiene sus cuidados, y ser la mejor amiga de ese chico tiene sus desventajas, como llegar tarde gracias a sus complejos de chica en la mañana.

Me siento en el pequeño muro que hay a las afueras de mi casa, ya que se que la espera será algo larga. Por esa razón le digo a Scott que se levante mas temprano y así poder llegar a la hora adecuada, pero a pesar de que lo hace, sigue llegando tarde. La ventaja es que mi mejor amigo es muy lindo y convence siempre a la portera para que nos deje entrar.

Mientras espero, me tomo el tiempo de pensar lo que que planeé ayer. No podía dormir por esta loca idea.

Realmente estoy cansada de que los hombres me tomen como la típica chica estúpida con la que pueden jugar, lo que me paso con Alex no es la primera vez que me pasa, no es que sea masoquista, es que soy fiel creyente del amor. Ayer estuve pensando en que estoy un poco cansada de que los hombres se hagan los "chicos malos" conmigo, de esos que enamoran y juegan con las mujeres solo por sexo, para luego dejarlas tiradas y con el corazón roto.

Una extraña e interesante pregunta vino a mi mente ayer, ¿Que se sentirá ser una rompe corazones? Realmente me pica la curiosidad por saber que se siente, así que se me ocurrió una loca idea, sere una.

Una chica mala, una rompe corazones, toda una aventurera a la que le gusta probar cosas buenas. No me juzguen, en el fondo siempre he sido así, tengo el espíritu de mi madre aunque no quisiera admitirlo.

Estoy cansada de ser la chica buena, la "santa", la que no se divierte, la que hace todo bien, estoy cansada de fingir. Pero eso, se va a acabar, es hora de que todos conozcan a la verdadera Suzanne Fitzgerald. 

Para eso, acudiré a el don Juan de los don juanes, el chico más popular y deseado de la escuela. Mi mejor amigo, Scott Sullivan, ¿A quien mas si no el? No es que necesite ayuda para llevar a cabo mi plan, pero estoy un poco oxidada, y mi mejor amigo sería mi mejor tutor.

Nadie me dice en la cara que mis besos y labios son simples y luego se irá y las cosas quedarán como si nada. Le demostrare a Alex, y a todos los demás que dicen que soy una niña tonta que también se divertirme, que puedo ser una chica mala.

Una chica mala con buenos labios.

La bocina de el auto de Scott me saca de mis macabros pensamientos, ok, solo de mis pensamientos. Agarro mi mochila del bolso y entro en el auto. El olor de la varonil colonia de Scott invade mi fosas nasales.

—Mmm, hueles bien. —Le digo aspirando el maravilloso olor.

Mi amigo sonríe y pone el auto en marcha. El camino a la escuela dura quince minutos y ese es exactamente el tiempo que tenemos para llegar a la hora adecuada.

—Te ves muy lindo hoy. —le digo.

—Como siempre. —responde con aires de superioridad.

Suelto una risa. Los dos primeros minutos de viaje fueron agradables hasta que Scott decidió sacar a flote el tema que esperaba evitar.

—¿Como te fue con Alex ayer?

Suelto un suspiro y me recargo en el asiento.

—No muy bien. —Me limito a responder.

—¿Que significa eso? —Pregunta dirigiendo su mirada a mi.

—Los ojos en la calle. —le regaño. —Alex rompió conmigo. —le explico tratando de sonar normal. Se que no lo he dicho, pero, me duele mucho que el haya hecho eso, es decir, estaba un poco enamorada de el.

BAD GIRL, GOOD LIPS. (Editando)Where stories live. Discover now