Parte/75/Guadalajara

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Llegamos a las 7 de la noche a Guadalajara, nos fuimos a la casa de la patrona de Tacha

Al otro día muy temprano la mujer Tacha llevo a mis hermanas a las casas donde ocupaban, las dejo ahí, después me presento con la patrona, La señora se llamaba Valentina su esposo Juan Manuel, y tenían siete hijos cinco hombres y dos mujeres

Juan Manuel, Rafael, Carlos, Rogelio, Jorge, Rosalía y Laura.

La señora me dijo

-Que Tacha te diga lo que tienes que hacer

- La entrada a la casa era por un cancel seguía un caminito hasta  una escalinatas daban a la  puerta de madera muy bonita estilo antiguo, a la derecha había un jardín,  a la izquierda era la cochera los señores tenían dos camionetas una de la señora y otra del señor, la casa estaba en medio.

Entrando  por la puerta principal  había un recibidor muy grande  la usaban como sala de televisión y juegos, al fondo estaba el comedor también muy grande había una puerta y ahí estaba la cocina muy grande.

Entrando por la entrada  principal a mano izquierda estaba una puerta y ahí estaba la sala de lujo, seguía otra puerta y era la recamara de los señores, adentro de la recamara había una puerta que comunicaba a un baño, el baño tenia otra puerta y se comunicaba a otra recamara en total eran 4 recamaras.

En una recamara había dos juegos de literas donde dormían los cuatro hijos más grandes

En otra recamara había camas gemelas donde dormían las dos mujeres y el bebe dormía con los señores en su cuna.  la otra recamara era de tiliches, de juguetes, de guardarropa de todo. Atrás de la cocina estaba el cuarto de lavado y planchado y una escalera donde estaba la recamara de las chachas o sea de Tacha y mía,

También tenían una mujer que lavaba y planchaba ella entraba y salía no se quedaba a dormir, y eso que estaban pobres, ja, ja, ja, bueno lo primero que yo tenia que hacer era barrer la calle y la cochera y el jardín, mientras yo barría se levantaban toda la familia hacían fila para bañarse y desayunaban les hacían el lonche y salían los papás el señor llevaba a los hijos y la mamá a las hijas a la escuela.

Luego de eso nos poníamos a desayunar las tres chachas desayunábamos lo mismo que los patrones puro bueno ja, ja, ja, empezaba a arreglar primero las salas y las recamaras, llegaba la señora y se ponía a hacer gimnasia y luego se bañaba se ponía a desayunar, y después levantaba el bebe lo arreglaba para eso yo ya había terminado el aseo como la señora no sabia hacer quehacer pues no era muy exigente que digamos.

Ya que tenía listo el bebe casi siempre nos salíamos en su camioneta a hacer las compras me llevaba con ella porque yo iba cuidando al niño. O a veces íbamos con alguna amiga, de ahí nos íbamos por las hijas a la escuela, llegamos a la casa al rato llegaba el esposo con los hijos, se hacia un alboroto empezaban a comer y ya que comían ellos comíamos las chachas.

Los hijos empezaban a hacer la tarea, ya que terminaban nos salíamos a jugar a la calle

Yo también porque salía a cuidar a el bebe yo también jugaba al niño lo dejábamos en la carriola la hija mi tocaya Rosalía era de mi misma edad jugamos muy a gusto me dijo

- Vamos a decir que eres mi prima porque si mis amigas saben que nos ayudas no van a querer jugar contigo.

-Esta bien

 -Así lo hacíamos cuando había un cumpleaños de alguna amiga yo también iba como invitada y me trataban igual que a todas las invitadas me amarraban para pegarle a la piñata me daban mi bolo y toda la cosa. y para terminar el cuadro la señora me regalos varios vestidos de la hija y zapatos, cuando me pagaban mis ciento cincuenta pesos no me hacían falta para nada.

- Tacha  me decía, eres muy igualada con los patrones

-Yo no le hacia caso, salía un domingo si y otro no y cuando salía me iba a el pueblo a visitar a mis papás la señora me daba veinte pesos de domingo, el pasaje costaba siete cincuenta en total eran quince pesos de ida y vuelta y cuarenta centavos el camión urbano, gastaba quince pesos con ochenta centavos y todavía me quedaban cuatro pesos con veinte centavos para gastar. Pero cuando no salía de todos modos me daba mis veinte pesos pues ya llevaba más dinerito para gastar en el pueblo.

El domingo que no salía nos íbamos a una granja que los señores tenían en alguna parte de la ciudad, se juntaban otras familias amigos de los señores así se juntaban muchos chiquillos jugábamos muy a gusto cuando me tocaba ir al pueblo ya me daba flojera ir, pero tenia que ir.

El hijo Rafael decía que iba a ser maestro siempre me estaba dando clases

Me hizo un examen y en lo que salí más mal fue en matemáticas a pesar de que termine hasta sexto siempre se me dificultaron, me ponía muchas operaciones  sumas, restas, multiplicaciones,divisiones quebrados, me dictaba palabras y las que sacaba mal me ponía a hacerlas hasta veinte veces cada palabra, me dejaba leer libros y cuando llegaba me preguntaba de que se había tratado.


Acontecimientos.

Mientras yo trabajaba en esa casa, surgieron algunos acontecimientos que vale la pena recordar, Uno de ellos fue que a mi papá, por fin lo liquidaron y se vinieron a Guadalajara, bueno el resto de la familia pues mis hermanas y yo ya vivíamos aquí, empacaron y se vinieron a la capital, llegaron a la casa de unos compadres que vivían en San Pedro Tlaquepaque, don Abelino y su esposa Eufrosina,

Cuando fui al pueblo a visitarlos me dijeron.

 La próxima vez que saliera ya no fuera al pueblo si no a San Pedro y nos dieron la dirección y las señas de cómo llegar a la casa. El domingo que me toco salir me fui a San Pedro y pues si di con la dirección, cuando llegamos nos presentaron y yo vi la casa y me dije santo inmortal y donde vamos a dormir pues los compadres tenían el mismo numero de hijos que mis papás y la casita era muy pequeña.

No me acuerdo de todos los nombres, pero la hija mas grande se llamaba concha, la otra Leti, seguían dos hombres y otros chiquillos y chiquillas.

Había tres recamaras la cocina el baño que por puerta tenia una cortina con muchas marcas de que la usaban como papel higiénico y un corral, era toda la casa, bueno la primera recamara que era la de la entrada tenía una cama y ahí dormimos todas las mujeres cinco en total, como salchichas. Esa noche que me quede estaba profundamente dormida cuando en la madrugada me despertó el ruido de una sirena y campanadas.

Desperté y ya no había nadie en la cama oí mucho barullo en la calle salí a ver que pasaba y pues nada que la casa contigua se estaba quemando salían unas llamara dotas

Inmediatamente me acorde del incendio que provoque en la casa de mi abuela, afortunadamente no llego a mayores, los dueños de la casa estaban afuera también viendo con mucha tristeza como su patrimonio se les estaba quemando, los compadres de mis papás como buenos vecinos los invitaron para que se fueran a dormir a su casa mientras veían que iban a hacer.

Ya se imaginaran el montón de gente de por sí ya éramos un montón, afortunadamente yo nada más me iba a quedar lo que quedaba de la madrugada, ya en la mañana nos levantamos y nos fuimos a trabajar.


Pasajes de mi infanciaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin