Parte /34/ Doña María

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Había una vecina se llamaba Doña María su esposo se llamaba Tiburcio, creo que  a ella le dio una embolia porque tenía la boca chueca, un día la señora fue a buscar a mi mamá y salí yo y le grite a mi mamá

-Mamá te habla doña María

-¿Cuál María?

- La de la boca chueca.

-Híjole que sale mi mamá muy apenada pidiendo disculpas

-Hay esta muchacha

-No tenga pendiente son niños

-Yo bien asustada que me digo - creo que ya la regué, que se va la señora, y que mi mamá me habla

-¡ Rosa¡

 -No pues ya que me decía Rosa era porque ya estaba súper enojada, y pues ahí me dio un sermonaso

-Que majadera eres porque le dijiste eso.

-Bueno pues así tiene la boca la tiene chueca yo que culpa tengo.

- Ahora veras te voy a poner unos buenos cuerazos para que se te quite lo contestón.

 -Pues a ti no se te entiende si digo la verdad malo y si no la digo malo, yo dije la verdad doña María tiene la boca chueca.

-Que te calles.

 Que corro pero que me alcanza y que me dice.

- Ven para acá te voy a dejar la cara igual que a ella

-Que me da unas buenas cachetadas. No me enchueco la boca pero si me la dejo bien hinchada, eso sirvió para que yo aborreciera a la pobre mujer después cada que pasaba y la veía y si iba con alguna chiquilla le gritábamos

-  Doña María la de la boca chueca

- Y corríamos gracias a Dios nunca le dijo a mi mamá si no sabe Dios como me hubiera ido, no era por falta de disciplina, cuando eres niño no actúas con prudencia, la vida es una repetición de actos mis hijos también fueron traviesos y imprudentes, muchas veces hicieron lo mismo que yo hice cuando eran niños, ellos se encargaron de que nunca se me olvidaran mis travesuras.

Pasajes de mi infanciaWhere stories live. Discover now