Superior Star-Lord

C60: ¿Capitana Marvel?.

El silencioso zumbido de los motores de la nave Jedi llenó el espacio mientras atravesaba la extensión de la galaxia llena de estrellas. Peter se sentó solo en la cabina, con una expresión contemplativa en su cara. La suave luz de la consola iluminaba sus rasgos mientras se sentaba con las piernas cruzadas, con los auriculares sobre sus oídos, ahogándose en las melodías que lo conectaban con una vida que una vez se vivió.

Detrás de su barco, el barco reparado que una vez perteneció a Cad Bane se arrastró a una distancia segura. Dentro, Groot yacía durmiendo, su sueño pacífico sin ser ser interrumpido por el silencio del espacio.

Aunque a Peter le hubiera gustado viajar en el mismo barco con Groot, este acuerdo era necesario. Groot no pudo quedarse con él en Coruscant debido a las estrictas regulaciones de los Jedi. Es por eso que planeó usar el viejo barco de Cad Bane para regresar a Knowhere después de reunirse con el Consejo Jedi.

Cerrando los ojos, Peter dejó que la música de su Walkman lo envolviera, hundiéndose en una profunda meditación que agitó sus pensamientos más íntimos.

🚨Ring of Fire de Johnny Cash🚨

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..

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A medida que la nave se acercaba a Coruscant, el corazón de la Orden Jedi, Peter permaneció en una profunda meditación. Su mente repitió la reciente batalla, los vívidos recuerdos de la desaparición de Hutt se inundaron con gran detalle.

Sus acciones habían sido oscuras, alimentadas por la ira y el disgusto por las viles acciones de los Hutt. Eran dueños de esclavos y opresores, y la tolerancia cero de Peter hacia tales seres lo había llevado a un borde que rara vez visitaba.

A medida que cada escena de los rostros temerosos de Hutt atravesaba su mente, una parte de él se deleitaba con su terror. Fue una revelación oscura, una que despertó una pregunta preocupante dentro de él. "¿Soy un sádico?" susurró al vacío que lo rodeaba.

El silencio de la nave no ofreció respuestas, pero a medida que las estrellas pasaron, la introspección de Peter se profundizó. Había abrazado una parte de sí mismo que encontraba satisfacción en el miedo de aquellos que consideraba malvados. Era un marcado contraste con el héroe como el que muchos estaban empezando a verlo, pero se sentía justificable contra enemigos tan malévolos.

Además, aunque había aprovechado el lado oscuro y aprovechado su poder, no había permitido que lo abrumara o lo controlara. Él estaba al mando, no la oscuridad. Esta comprensión le trajo una medida de paz, un asentamiento de la tormenta interna que se había estado gestando desde la batalla.

Peter reconoció los hilos más oscuros de su personalidad, aceptando que sus tendencias sádicas podrían dirigirse hacia aquellos que se lo merecían: tiranos como los Hutts, o figuras crueles como Yondu y su banda de Ravagers. Esta aceptación no fue fácil, pero fue necesaria. Era parte de quién era, y negarlo sería negar una parte de su esencia.

A medida que Coruscant creció en la ventana de visión, la meditación de Peter llegó a su fin. Sentía un renovado sentido de propósito y claridad. No era ni solo un Jedi ni un Sith; era un hombre defectuoso, como cualquier otro, que entendía las profundidades de la oscuridad, pero eligió ejercerla contra aquellos que se la merecían.

Al quitarse los auriculares, Peter se puso de pie y se estiró, sintiendo que sus articulaciones rígidas se rompían por el largo y sedentario viaje. Miró hacia el barco de Groot, asegurándose de que todavía estuviera allí.

Con un asentido decidido a sí mismo, Peter se preparó para su llegada. El Templo Jedi esperaba, y con él, su título de Caballero.

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