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Familia no siempre significa sangre.
Amor no siempre significa dolor.

[20:20 PM...]

La verdad es crueldad, sin importar desde qué lado la veas.

Vivir en una familia que anhela destacar en cada ámbito social, no es algo digno de presumir. Por ende, a sus dieciséis años, Penelope Williams decidió nunca más volver a permitir que alguien decidiera por ella quién y lo que debía ser.
Les gustara o no, se convertiría en una mujer de fuerte carácter a la que temieran enfrentar; sería todo lo que no le permitieron ser, y su familia entera pasaría el resto de su vida lamentándolo.

Con los años, el gran deseo de aquella chica, se hizo realidad...
Nadie en su familia tenía la fuerza mental para contradecir sus palabras; a su lado, aquellas personas casi parecían títeres... Sólo haciendo lo que ella pedía.
Hasta que Mackenzie (una hermosa chica de cabellos castaños, ojos verdes y mente sumida en fantasías) y Patrik (un atractivo chico de cabellos castaños, ojos marrones y mente sometida en caprichos) Williams llegaron a la edad de 17 y 14 años.

Cada vez que su mente revive la escena, no puede evitar sentirse humillada... Trabajó duro en conseguir el respeto y la habilidad de manipular a su familia justo como lo soñó por años, y en menos de cinco minutos, dos adolescentes rompieron las cadenas que los ataban a ella. En su momento, los odió por cada palabra que salió de sus bocas; horas más tarde, sola en casa, se encontró a sí misma sonriendo mientras admiraba la foto que tenía de ella con su hijo y sus nietos...
Había pasado años creyendo que únicamente Tamara y Tanner eran lo suficientemente maduros para entender que la vida se trata de riesgos y no de absurdos deseos. En cuanto a los otros tres chicos, siempre le parecieron absurdamente inmaduros; por supuesto, no se equivocó al tratarlos de esa manera, pero aquél día, descubrió en esos dos chicos, algo que jamás creyó ver... Determinación y unidad.
Los siguientes tres años, decidió no volver a enfrentarse a sus demonios, pero ahora, estaba más que encantada de encontrarse en la puerta principal de la casa de su hijo, sabiendo que al otro lado de esa puerta, se encontrarían los dos chicos a los que más desea volver a ver.

Hace sonar el timbre y casi al instante, la puerta se abre, permitiéndole ver a la esposa de su hijo, Esther Clark... Lleva un lindo vestido blanco que hace buen juego con su castaño cabello y sus ojos negros; en ella siempre vio a una mujer atractiva, pero junto a esa belleza, también veía un corazón podrido. Siempre obsesionada con ser la mujer más especial en la vida de un hombre que había perdido a su primer esposa y debía criar a su hija.
Desde que puede recordar, ha comparado a Esther con Araceli Blair (la madre de Mackenzie), no porque ello le resultara divertido, sino porque deseaba ver un cambio bueno en ella; lamentablemente, lo único que consiguió de su parte, fue recibir más ira.

—Buen día querida suegra.

—Buen día.

—Pase por favor.

Con tranquilidad y elegancia, Penelope entró a la casa.
Ryan siempre había presumido su hermosa casa, pero allí, cuando por fin la veía, le resultaba un lugar bastante frío y sin vida.

—¿En dónde están?.

—Oh, vamos a la sala.

Juntas caminaron hacia dicho lugar, y descubrió que sin importar a donde mirara o caminara, los colores que decoraban la casa, brindaban una sensación sombría que no le agradaba.
Cuando por fin llegaron a la sala, Penelope se encontró con las miradas de todos...
Ryan, Berenice, Tamara, Tanner, Araceli...
Y detuvo la vista en ella.
La mujer aún lucía tan linda y agradable como la recordaba; le había llegado la noticia de que no estaba muerta, pero no creyó que volvería a ver a la chica que conoció veinte años atrás... Era sorprendente verla.

Princesa de la Inocencia© [Libro #1/ Saga Realeza]Where stories live. Discover now