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Nuestro amor prevalecerá a pesar del tiempo... Tanto como el dolor y la agonía de haber perdido más de lo que teníamos.

El pasado es la peor espina que puedes adoptar en tu vida, porque sin importar cuánto se intente, una vez clavada, ya nada podrá removerla.

Una casa debe sentirse como un refugio, o al menos eso siempre había estado presente en la mente de Mackenzie hasta que sus hermanos y madrastra se encargaron de excluirla de la familia.

Su padre se había casado con Esther un año después de que su madre falleciera y ella lo entendía, ambos estaban solos con una hija y llegaron a aceptar los términos de sus nuevas vidas. Mackenzie llegó a imaginarse una nueva vida llena de felicidad con la nueva esposa de su padre, pero en su lugar, lo que obtuvo fue tristeza y sufrimiento; sus hermanos (Patrik, Berenice y Tanner) unieron por completo a su padre y a Esther, y estuvo feliz por eso, pero aquella mujer poco a poco se transformó en alguien horrible y de paso, influyó en dos de sus hermanos de una manera tan ruín como para no aceptarla como familia, incluso a pesar de llevar la misma sangre en las venas.

Al estacionarse frente a la casa de su padre, suspiró pesadamente antes de salir.
Había decidido no volver a esa casa por voluntad propia nunca más, a menos que su padre realmente lo necesitara, sin embargo, allí estaba, a punto de volver a ver a la mujer que tanto le irritaba.

Afortunadamente (y en contra de los deseos de Esther), su padre le había entregado una copia de la llave de su casa, más que nada para evitar los posibles enfrentamientos entre ambas cuando Mackenzie quisiera visitarlo; por lo que tomó la llave y abrió la puerta sin limitarse en pedir permiso para pasar.

La última vez que Mackenzie había estado en casa, todo había estado decorado de una manera que le transmitía alegría, pero en ese momento, el color azul-gris hacía lucir el lugar muy triste.

—¿Papá?.

—¡En la sala!.

Los cuadros que ella alguna vez colocó como decoración para su padre, habían sido removidos y en su lugar, no había más que imágenes "familiares" en las que ella no estaba incluida.
Caminó directamente hacia la sala, con una clara idea en la mente, sin embargo, todo pensamiento se vio interrumpido cuando al llegar, se encontró con una imágen que le heló la sangre.

En la sala se encontraba su padre, vestido tal y como siempre acostumbraba (pantalones bien arreglados y playera blanca a juego con una boina beige), y a su lado se hallaba una mujer, bastante delgada y un poco demacrada; de no haber crecido con imágenes de su rostro, el verla justo en ese momento, no sería suficiente para reconocerla.

—Papá, ¿qué es ésto?.

—Cariño, toma asiento por favor.

—No. ¿Qué es ésto?.

—Eras muy pequeña cuando sucedió, pero ella es...

—¡Sé muy bien quién es ella!, ¡Lo que quiero saber es el cómo y por qué está aquí!.

—Kenzie, te lo contaré todo pero...

—¡No me llames así!. Mi nombre es Mackenzie.

—Cariño, debes calmarte para que podamos hablar. Araceli es tu madre y necesitas escuchar de ella lo que sucedió.

Princesa de la Inocencia© [Libro #1/ Saga Realeza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora