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ℰ𝓃𝒻𝓇ℯ𝓃𝓉𝒶𝓂𝒾ℯ𝓃𝓉ℴ🌹

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Hay noches en las que sueño con despertar a tu lado. Segundos más tarde, las pesadillas toman mi corazón y todo lo bueno y dulce, se convierte en tristezas y realidad.

No más problemas.
Ese fue el plan de Priscila desde la muerte de Kylee.
Ahora ya no tenía a su lado a la chica que siempre la protegía (aunque de ella nunca salió el empezar una pelea), y tampoco tenía la fuerza mental suficiente oara sentirse con ganas de enfrentarse a alguien por cosas triviales.
Porque, aunque el amor fuese algo maravilloso, también tenía cierto matiz venenoso... Te volvía alguien dispuesto a matar por ver feliz a quien tu corazón deseaba.
Y eso no siempre era algo bueno.

Priscila se ha puesto de pie y con curiosidad, observa las fotos frente a ella...
En la primera, dos niñas sonrientes se abrazan mientras posan ridículamente en un acantilado...
En la segunda, las mismas niñas llevan vestidos de halloween (naranjas fosforescentes) y una bolsa llena de caramelos...
En la tercer foto, las niñas le toman la mano a un hombre alto que les sonríe tímidamente...
En la cuarta foto, sólo aparece una de las niñas, la de cabellos castaños; está feliz sosteniendo un collar en las manos...
En la última foto, vuelven a estar ambas niñas, pero ésta vez, muestran sus manos, las cuales van adornadas por un par de pulseras de plata con un dije al centro.

Un pinchazo en el pecho le provoca un remolino intenso de emociones... Una de aquellas pulseras es la misma que Priscila tiene en casa.
Como hipnotizada, toma el retrato y acaricia la pulsera que adorna la mano de la niña castaña.

—¿Estás bien?.

Priscila no se inmuta. Es consciente de que Mackenzie está a centímetros de ella, pero el aleteo en su corazón le impide apartarse.

—Es la que me entregaste.

No es una pregunta.
No necesita volver pregunta algo que sabe muy bien, es cierto.

Mackenzie sonríe. Permanece cerca de Priscila, ni tan cerca, pero tampoco tan lejos...

—Aquél día, papá nos pidió a todos que dejáramos de lado cualquier plan que tuviésemos porque pasaríamos el día en familia. Por lógica, Esther se negó al igual que Berenice y Patrik; pero papá los ignoró y salimos. Ni siquiera recuerdo el lugar al que fuimos, todo lo que sé es que de repente, Tamara y yo estábamos frente a un puesto de joyería y ese par llamó nuestra atención... Patrik se molestó porque nosotras quisiéramos algo así, pero papá nos lo obsequió. Por la noche, yo le prometí a Tanara que nunca me desharía de él, a menos que alguien, lo suficientemente importante para mí, lo mereciera.

—Tamara me dijo algo sobre eso.

—Se alegró de que terminara en tus manos.

—¿Ella aún trae la suya?.

—Lo hizo por unos meses después de que te la di. Más tarde, dijo que no podía usarla si yo ya no la tenía, así que dijo que la guardaría para entregársela, al igual que yo, a la persona que eligiese como su pareja.

Ante los ojos del resto del mundo, una promesa como la de Tamara Sherwood y Mackenzie Williams, podría sonar estúpida y ridícula; pero ante los ojos de alguien que desde pequeña ha añorado esa clase de unión y amor... Esa promesa suena casi como un tesoro al que debe cuidar contra viento y marea.

—Es muy linda.

—¿Aún la tienes?.

Priscila bien podía decir que la pulsera estaba buen guardada entre sus cosas en su departamento; sorprendentemente, lo que hizo fue levantarse la manga izquierda de la camisa que llevaba para dejar al descubierto su brazo y así, permitirle ver la pulsera de plata.

Princesa de la Inocencia© [Libro #1/ Saga Realeza]Where stories live. Discover now