Princesa de la Inocencia© [Libro #1/ Saga Realeza]

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Enfrentarnos al mundo por nuestro amor no será sencillo, pero estando a tu lado hay un poco de esperanza para el "nosotros".

Pasar nuevamente una noche con Mackenzie había resultado extrañamente gratificante para Priscila; por meses había llegado a creer que no volvería a saber de ella, que ya no la amaba y simplemente la había abandonado para sobrevivir a su pasado ella sola. Pero ahora estaba de regreso y más que dispuesta a intentar que lo que habían tenido funcionara, y aunque la idea le agradaba bastante, su corazón se mantenía alerta pidiéndole ir despacio.
Aquella mañana había sido difícil para ella salir de entre los brazos de Mackenzie, la chica podía verse delgada por fuera, pero tenía bastante fuerza incluso dormida. Después de entrar al baño y asearse, salió del departamento con una sonrisa en el rostro.
La calle a las cinco y media de la mañana era algo lindo de ver, frío pero lindo, Australia siempre había sido su hogar, pero Sídney y Perth eran lugares muy diferentes; Perth ahora ocupaba un lugar especial en su corazón, y salir a esa hora, le hacía llenarse la mente de recuerdos que amaría por siempre. Bajó las calles alegre y una punzada en el pecho le recordó el tiempo que había pasado desde que sonreía sin algún motivo en especial, se sentía más que llena de una alegría que desconocía, por inercia levantó la mirad al cielo y le sonrió a la persona que llevaba en el corazón y que confiaba estuviera cuidando de ella.
Le daba miedo equivocarse, ya había perdido una vez y la idea de volver a pasar por ello aún le lastimaba demasiado, sin embargo, la adrenalina de ir hacia lo desconocido era mucho mayor de lo que se había imaginado y estaba feliz de mantenerse en ese camino con alguien como Mackenzie.

El tiempo caminando se le hizo demasiado corto mientras pensaba en lo tanto que había vivido a sus diecinueve años y en lo mucho que le faltaba por afrontar debido a su sexualidad. Tema del que aún no se atrevía a hablar con sus hermanos.
Pronto las luces del restaurant destellaron haciéndole saber que ya estaba abierto, con una sonrisa fue hacia el lugar; como de costumbre, el lugar estaba vacío, muy pocas personas pensaban en comprar algo oara desayunar antes de ir al trabajo, pero Tamara había implementado que el restaurant se abriera a esas horas por si las dudas y ya todos se habían acostumbrado a ello. Al entrar se sorprendió al ser recibida con una música ligera y alegre.
Habían pocos chicos ordenando las mesas, pero todos parecían relajados y contentos con la música de fondo.

—Buenos días.

—Buenos días Priscila.

Varios de los chicos le sonrieron y se acercaron a saludar.

—¿Quién abrió?.

—Zoe, la señorita Mackenzie le pidió que lo hiciera porque llegaría tarde.

—Oh, ¿y en dónde está Zoe?.

—En la cocina con Verónica.

Sonriente, Priscila fue hacia la cocina después de dejar la bolsa que llevaba en el mostrador.
Al entrar el rostro sonriente de Verónica cambió a una expresión de desagrado.

—Hola Pris.

—Hola Zoe.

—Vero y yo hemos decidido el menú de la comida y esperamos puedas cambiar un poco la presentación de los postres de hoy.

—Por supuesto, pásame una copia de la carta y con gusto lo haré.

Tanto Zoe como Verónica la observaron sorprendidas. Priscila siempre había renegado a los menús que Verónica elegía, pero en esta ocasión los había aceptado con una auténtica sonrisa en el rostro.
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La mañana había resultado tranquilamente extraña para Mackenzie, había querido despertar feliz al lado de Priscila, pero la rubia se había marchado para cuando ella despertó.
Sabía que la chica era demasiado dedicada a su trabajo, por lo que con una sonrisa se dispuso a ordenar el departamento después de ducharse; había desorden, pero afortunadamente nada de eso era difícil de deshacerse, por lo que pudo terminar bastante rápido. Ahora había decidido comer mientras veía una película, sin embargo, su felicidad duró poco cuando el timbre sonó y tuvo que levantarse para atender.
Y para su sorpresa, quien apareció allí fue una chica a la que no creyó que volvería a ver.