Princesa de la Inocencia© [Libro #1/ Saga Realeza]

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𝒫𝓇ℴ𝓅𝓊ℯ𝓈𝓉𝒶🌹

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Te amé. Te amo. Y te amaré hasta el último de mis días. No importarán los obstáculos, siempre serás mi primera opción.

A la mañana siguiente, Priscila se levantó y después de ducharse (y colocarse una muda de Mackenzie), se dispuso a hacer el desayuno mientras limpiaba un poco el desastre que la castaña había creado.
Siempre fue enemiga de ver que su hermano tomara y destrozara la casa (desafortunadamente, ni ella ni Leah consiguieron que eso cambiara en él, pero gracias a Melissa, la vida de su hermano duo un giro para bien y eso siempre se lo agradecerían); a pesar de eso, su primer relación (con Kylee) tuvo muchos altibajos precisamente por ello y cuando Mackenzie llegó a su vida, se sintió feliz por ver que ella no era igual... Pero después de la noche anterior, empezaba a sospechar que el corazón de la chica aún le ocultaba demasiadas cosas sobre sí misma y le aterraba descubrir lo que se esforzaba por ocultar.

Sus pensamiento fueron interrumpidos por el sonido de la puerta de la recamara, no se giró, se centró en la sopa que tenía frente a ella y el corazón le aleteó de felicidad cuando su cintura fue rodeada por los brazos de Mackenzie.

-Buenos días.

Inevitablemente, sonrió al escucharla.

-Buenos días. ¿Cómo te sientes?.

-Justo ahora me siento muy bien.

-Me alegro.

Al girarse, se encontró con una chica de cabellos castaños despeinados, su delgado cuerpo sólo estaba cubierto por el short gris que utilizaba para dormir y con la blusa blanca manchada que ella misma le había entregado la noche anterior.

-¿En qué momento te pusiste eso?.

-Anoche después de que te durmieras. Yo no podía dormir así que la busqué y me la coloqué.

-Tiene sangre.

-Y huele a ti.

Sonrientes, se acercaron para darse un beso en los labios y el olor a pasta dental (por parte de ambas) le impactó de inmediato a Priscila, obligándola a apartarse. Lo odiaba.
Afortunadamente Mackenzie lo entendió y alegre se sentó en el mismo lugar de siempre frente a la mesa.

-¿Estás lista para hoy?.

-Supongo. Pero no quiero ir al restaurant.

-Bien, entonces no vayas.

-Pero tú tienes que ir y yo no quiero...

-Descuida, Tamara me ha dado el día, así que no tengo que ir.

-¿Mi hermana te dió el día?.

-Así es. Dijo que tú eras su prioridad y que si no querías ir, yo podía quedarme contigo, ya que a nadie más dejarías entrar a tu departamento.

-Oh. ¿Pero tienen pasteles para vender?.

-Les dejé varios, pero en caso de que no haya, le dije a Zoe que me lo dijera y se los iría a hacer.

-Bueno, entonces veamos una película.

-Claro, pero primero desayuna.

-De acuerdo.

Priscila colocó cada platillo de comida en el centro de la mesa, envió un corto mensaje a Tamara y luego se sentó frente a la mesa al lado de Mackenzie para desayunar.
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El resto de la mañana, Priscila se dedicó a terminar de escombrar el departamento antes de sentarse con Mackenzie en el gran sofá.